CT2_ Poblaciones en crecimiento del jabali causad naturales o artificialesPoblaciones en crecimiento del jabalí: ¿causas naturales o artificiales?

Matías García Morell, Ingeniero Técnico Forestal

En este artículo se pretende alertar de los problemas que se pueden derivar del creciente manejo artificial en la gestión de las especies cinegéticas a partir del suministro de alimentación de origen vegetal y del empleo de productos atrayentes. En concreto, en el caso de las poblaciones de jabalí (Sus scrofa), esta gestión las hace susceptibles de derivar en diferentes problemáticas debido a la atracción, concentración y crecimiento de sus poblaciones. También otras especies de fauna silvestre son a su vez susceptibles de generar problemas, destacando los daños a los cultivos agrícolas y los riesgos para la seguridad vial, así como para la sanidad de la fauna silvestre y del ganado doméstico y para la conservación de la flora y la fauna silvestres.

INTRODUCCIÓN
Nadie duda que la expansión de especies autóctonas oportunistas como el jabalí es un hecho en toda Europa debido a diferentes causas: inexistencia de depredadores naturales, altas tasas de reproducción, alimentación omnívora, disponibilidad de alimento sin limitaciones y nichos ecológicos vacíos, entre otras. Una vez que los animales se instalan en el medio natural y lo colonizan se expanden, por lo que son susceptibles de causar importantes daños a la agricultura y a la ganadería, afectar negativamente a la seguridad vial y a las especies de flora y de fauna autóctonas, llegando a provocar al enrarecimiento de su poblaciones y, en casos extremos, su desaparición.

El jabalí es la especie de caza mayor más ampliamente distribuida en la Península Ibérica. Los factores que lo han favorecido parecen estar ligados a sus especiales características reproductivas y de organización social, además de a aspectos relacionados con el manejo del territorio por parte del hombre.

Estadísticas cinegéticas como la elaborada por la Fundación para el Estudio y Defensa de la Naturaleza y Caza (FEDENCA) así lo confirman. A partir de los datos de capturas oficiales de la especie suministrados por los diferentes servicios responsables de la actividad cinegética de las diferentes comunidades autónomas se estima la fluctuación de las poblaciones de la especie. En el periodo 2000-2010 los datos de capturas indican un claro crecimiento, duplicándose las mismas al final de la década (la Comunidad Valenciana y el País Vasco, excepto Vizcaya, no envían datos habitualmente).

La media anual de capturas se estima próxima a los 160.000 ejemplares, convirtiendo a esta especie en la más cazada dentro de las incluidas en la caza mayor española, siendo relevante en la mayor parte de las comunidades autónomas, a excepción de las insulares, donde no aparece.

Duplica las capturas de la siguiente especie en la clasificación, el ciervo, estando muy alejadas el resto (corzo, gamo, muflón, cabra montés, rebeco, arruí y lobo, por orden decreciente), confirmando así su gran importancia económica en zonas rurales, y social, puesto que se trata de una especie ampliamente distribuida cuya caza resulta accesible en términos monetarios al conjunto de los cazadores.

LA ESPECIE
El jabalí habita gran diversidad de ecosistemas donde encuentre agua, comida y una vegetación lo suficiente alta para poder encamarse, incluso en zonas donde la cubierta no supere el 10 % del terreno, pues en casos llega a instalarse en áreas costeras casi desprovistas de vegetación. Si a estos factores se une la tranquilidad, se dan las condiciones óptimas para el desarrollo de sus poblaciones, sin necesidad de realizar grandes desplazamientos.

Se trata de un animal que llega a medir hasta 90 centímetros en la cruz, con una longitud total del cuerpo de hasta 150 centímetros. Si la alimentación es abundante los machos llegan a sobrepasar los 100 kilogramos, siendo el peso de las hembras algo menor debido al desgaste de la reproducción.

De movimientos nocturnos, durante el día reposa en sus encames. La madurez sexual se produce en ambos sexos cuando los ejemplares alcanzan los 40 kilogramos de peso (alrededor del año de edad). Los nacimientos se producen entre los meses de diciembre y junio, durando la gestación 120 días (2-6 rayones por parto según la edad de la hembra), entrando en reposo sexual hacia el mes de junio, que llega hasta el comienzo del otoño, época habitual del celo.

GESTIÓN Y APROVECHAMIENTO CINEGÉTICO
El ajuste de las poblaciones de jabalí en cada territorio se produce en función del alimento natural disponible en la época de menor abundancia. Pero la demanda cinegética y su fomento han propiciado que se apueste por el incremento de sus poblaciones mediante la práctica de aumentar la cantidad de alimento disponible, principalmente en la época de escasez, aunque esta medida de manejo se está extendiendo a la  mayor parte de los meses a partir del uso de comederos artificiales, incluso de tipo automático, con dispensadores de comida programados en la unidad de tiempo seleccionada.

Sus hábitos nocturnos y huidizos dificultan la estimación de sus poblaciones, por lo que se recurre al análisis de huellas, señales y excrementos, o bien al resultado de las propias cacerías para determinar el sexo y la edad de los animales abatidos y así elaborar pirámides poblacionales aproximadas.

El aprovechamiento de las poblaciones de jabalí varía considerablemente en función de la titularidad de los terrenos. En la mitad sur peninsular se impone el manejo artificial de sus poblaciones a partir del vallado de fincas, el traslado de ejemplares o el refuerzo con animales de granja y el suministro de alimento artificial con productos naturales o piensos específicos, en algunos casos, medicados. Debido a las dificultades de su caza diurna en modalidades tradicionales como las monterías, las batidas y los ganchos, cuya organización se complica por el elevado número de participantes, se impone la práctica de la caza del jabalí en aguardo, unida al suministro de alimentación artificial por su comodidad y por las garantías que ofrece.

Casetas, torretas y puestos de diferentes materiales se han convertido en infraestructuras habituales en cotos de caza con la pretensión de hacer más cómoda la práctica cinegética y prolongarla en el tiempo. A estas mejoras en las infraestructuras se añade el uso de dispositivos que informan de la presencia de animales, siendo posible conocer el horario de sus movimientos e incluso sus características morfológicas, así como sofisticados accesorios para su identificación mediante dispositivos de iluminación y localización nocturna (monoculares, binoculares, gafas, miras, etc.) y sistemas de identificación termográfica, que colorean las partes calientes de los animales.

A partir de diferentes estudios realizados se concluye que el suministro artificial de comida altera el ciclo biológico del jabalí, provocando variaciones en el periodo de celo normal, que se da en los meses otoñales, de octubre a noviembre. Así, se produce el adelanto del periodo debido a que las hembras alcanzan antes la condición corporal necesaria para entrar en celo al disponer de abundante alimento artificial, produciéndose cópulas en los meses de agosto y septiembre. Teniendo en cuenta que el periodo de gestación es de 120 días, este suministro da lugar a hembras con crías en los meses invernales  de diciembre-enero, en plena temporada de caza y pleno invierno, sujetas por tanto a una alta mortalidad debido a la presión cinegética, las inclemencias meteorológicas y la escasez de alimento de origen animal necesario en los primeros meses de vida.

De esta forma se llega con frecuencia a los dos partos anuales, agostoseptiembre y febrero-marzo, de 4 a 6 ejemplares. Esto hace que los machos pierdan sus querencias naturales, desapareciendo de las zonas en las que estaban presentes gran parte del año.

Por otra parte, estas medidas de gestión atraen ejemplares de cotos colindantes donde no se suministra alimento, así como un nutrido grupo de especies, entre las que destacan herbívoros de carácter cinegético (ciervos, corzos, muflones, gamos, cabras montesas, arruíes, etc.) y especies amenazadas de alimentación granívora u omnívora.

PROBLEMÁTICA DERIVADA DEL CRECIMIENTO DE SUS POBLACIONES
El jabalí es una especie típicamente generalista, con capacidad de alcanzar densidades de población elevadas (posibilidad de reproducción varias veces al año y camadas numerosas). Su capacidad de adaptación le facilita medrar en muchos entornos diferentes y alimentarse de un amplio espectro trófico (raíces, rizomas, tubérculos, frutos, semillas, hierbas, invertebrados y carroñas -incluso de su propia especie-), incluyendo un porcentaje variable de especies cinegéticas y amenazadas, de las que consume huevos, pollos y crías especialmente. Estas especies oportunistas recuperan rápidamente sus poblaciones cuando se realizan controles, al ser capaces de aprovechar cualquier situación de abundancia local o temporal de cualquier tipo de alimento.

Las causas pueden ser de índole natural o artificial.

CAUSAS NATURALES:
- Abandono del medio rural y crecimiento de la superficie forestal.

Consecuencias:
o Daños en la agricultura.
o Incidencia negativa en la seguridad vial.
o Daños en poblaciones de fauna silvestre amenazada y cinegética: mamíferos, reptiles y aves que nidifican en el suelo, fundamentalmente aves acuáticas y esteparias.

CAUSAS ARTIFICIALES:
- Suplemento artificial de alimento, sobre todo aportes de maíz, principalmente en la estación estival, lo que altera, como ya se ha indicado, la alteración de su ciclo biológico.

Consecuencias:
o Daños en la agricultura.
o Daños en la ganadería.
o Incidencia negativa en la seguridad vial.
o Daños en jardines, viviendas rústicas, carreteras, caminos, manantiales, campos de golf, etc.
o Daños en poblaciones de fauna silvestre amenazada y cinegética: mamíferos, reptiles y aves que nidifican en el suelo, fundamentalmente aves acuáticas y esteparias.
o Concentración y atracción no deseable de otras especies de fauna silvestre amenazada y cinegética, con los problemas que de ello se derivan.
o Problemas sanitarios, transmisión de enfermedades de carácter epidemiológico con afección potencial sobre el hombre (tuberculosis, brucelosis, enfermedades transmitidas por garrapatas, triquinelosis, hidatosis o protozoos que pueden contaminar el agua potable) y los animales domésticos (peste porcina, enfermedad de Aujeszky, salmonelosis, sarna y trasmisión de parásitos como garrapatas y piojos).
o Gastos para los cazadores y otros organismos para evitar o paliar los daños.

NORMATIVA LEGAL RELACIONADA. LEGISLACIÓN ESTATAL:
Ley de Caza de 1970, artículo 31, punto XVII, donde se establece la prohibición como norma general de “cualquier práctica que tienda a chantear, atraer o espantar la caza existente en terrenos ajenos”.

Reglamento de la Ley de Caza de 1971: “se entenderá por acción de chantear aquellas prácticas dirigidas a sobresaltar o alarmar a la caza existente en un predio con vistas a predisponerla a la huida o a alterar sus querencias naturales”. “No se consideraran como ilícitas las mejoras del hábitat natural que puedan realizarse en terrenos sometidos a régimen cinegético especial, aun cuando supongan atracción para la caza de los terrenos colindantes”.

La reciente Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad, especifica textualmente lo siguiente en su Anexo VII: Procedimientos para la captura o muerte de animales y modos de transporte que quedan prohibidos:
a) Medios masivos o no selectivos.
- fuentes luminosas artificiales, espejos, dispositivos para iluminar los blancos, dispositivos de visor que incluyan un convertidor de imagen o un amplificador de imagen electrónico para tiro nocturno.

LEGISLACIÓN AUTONÓMICA:

Región de Murcia
Ley 7/2003, de Caza y Pesca Fluvial:
Artículo 43.- De las prohibiciones en beneficio de la caza.
Con carácter general y sin perjuicio de las medidas de protección de la fauna silvestre y sus hábitats recogidas en la legislación vigente, así como de la observancia de los restantes preceptos de la presente Ley, queda prohibido:
15) Cualquier práctica que tienda a chantear, atraer o espantar la caza existente en terrenos ajenos. Se entenderá por acción de chantear aquellas prácticas dirigidas a sobresaltar o alarmar a la caza existente en un predio con vistas a predisponerla a la huida o alterar sus querencias naturales. No se considerarán como ilícitas las mejoras debidamente autorizadas del hábitat natural que puedan realizarse en terrenos cinegéticos, aun cuando supongan atracción para la caza de los terrenos colindantes.
Artículo 46.- De los métodos y medios de captura o muerte prohibidos.
3. Queda prohibido el empleo, sin autorización de la Consejería competente, de los siguientes métodos y medios de captura o muerte de piezas de caza:
g) Todo tipo de cebos, humos, gases o sustancias que crean rastro, venenosas, paralizantes, tranquilizantes, atrayentes o repelentes, así como los explosivos.
Artículo 99.- Infracciones leves.
19.- Cualquier práctica que tienda a chantear, atraer o espantar la caza existente en terrenos donde al cazador no le esté permitido cazar.

Castilla-La Mancha
Según Decreto 257/2011 de modificación de Reglamento de Caza, establece en el apartado q) del artículo 27: “queda prohibida cualquier práctica fraudulenta para atraer o espantar la caza, no entendiéndose como tal el aporte de alimentación complementaria, agua o nutrientes en forma de sales aportados por el titular cinegético en las épocas de escasez de agua o alimentos o para evitar la dispersión de las poblaciones cinegética, siempre y cuando se realice a distancias superiores a 250 metros con respecto a los limites de los cotos colindantes y no afecte a especies migratorias en los lugares de paso. Así mismo, se excluirán como practica fraudulenta para atraer o espantar la caza aquellos casos en que las piezas hayan sido atraídas como consecuencia de mejoras realizadas en el hábitat o espantadas mediante procedimientos y medios permitidos para proteger cultivos u otros bienes”.

Cataluña
Según resolución MAH/2584/2010, de 23 de julio, por la que se fijan las especies objeto de aprovechamiento cinegético, los periodos hábiles de caza y las vedas especiales para la temporada 2010-2011 en todo el territorio de Cataluña, se especifica:
8.14 No se puede suministrar alimento a los ejemplares de jabalí fuera de su periodo hábil de caza (establecido desde inicio de septiembre a finales de febrero), salvo que esté autorizado excepcionalmente por los directores/as de los servicios territoriales del Departamento de Medio Ambiente y Vivienda por razones de control poblacional. La Dirección General del Medio Natural dictará las instrucciones técnicas oportunas para la adecuada concesión de estas autorizaciones

Comunidad Valenciana
Según orden 3/2012, de 19 de marzo, por la que se regula la caza y control del jabalí en la Comunidad, en su preámbulo justifica el crecimiento de las poblaciones de jabalí:
“En las últimas décadas se ha producido un abandono de los usos tradicionales del monte y un despoblamiento de las áreas de montaña, factores que han favorecido el aumento del área de distribución del jabalí (Sus scrofa) en la Comunitat Valenciana. La expansión espacial del jabalí ha derivado en un incremento de la población, aumentado los daños y problemas a causa de su abundancia, debido al elevado potencial reproductivo de la especie y a la ausencia de predadores naturales que regulen o controlen sus poblaciones. La pérdida de superficie agrícola en las zonas próximas a terrenos forestales origina una mayor presión sobre los terrenos agrícolas restantes y provoca que los controles poblacionales de la especie sean más urgentes”.

Artículo 2. Modalidades deportivas de caza de jabalí.
Gancho, Batida, Al salto, Rececho y Espera o Aguardo, definida esta última como la modalidad practicada en los crepúsculos y las noches, consistente en que, una vez comprobadas las querencias, los lugares de alimento o baña de los animales, el cazador espera armado en un puesto fijo a una distancia prudencial.

Artículo 3. Técnicas de caza por razones de control o gestión.
Se podrá autorizar mediante resolución expresa la utilización de cajas trampa para la captura de jabalíes única y exclusivamente cuando las armas no sean suficiente solución satisfactoria por razones de control o gestión. Esta técnica de control consiste en la utilización de jaulas móviles cuyo cierre, una vez haya entrado el animal, se produzca por accionamiento de un sistema automático. La querencia o entrada de los jabalíes podrá favorecerse con la utilización de alimento en el interior de la jaula.

Artículo 7. Condiciones de caza en las esperas.
Durante la realización de las esperas, así como en su preparación, se prohíbe el empleo de:
a) Dispositivos electrónicos, tales como detectores o controladores de hora de paso o presencia, para la posterior realización de esperas nocturnas al jabalí.
b) Sustancias olorosas atrayentes.

Se autoriza el empleo de linternas o focos acoplados al arma en el instante previo al disparo.
Durante los meses de abril, mayo y junio se prohíbe la caza de hembras que vayan seguidas de cría.
Al objeto de asegurar la eficacia de controles en las poblaciones de jabalí mediante esperas y a los efectos de lo dispuesto en el artículo 13.1 de la Ley 13/2004, de Caza, se establece que:
No tienen la consideración de cebaderos las siembras cinegéticas, inclusive si en ellas o en las proximidades se deposita o extiende grano o frutos una vez se haya iniciado el periodo hábil de esperas o se hayan registrado los primeros daños. Se permitirá en estos casos la realización de esperas con cualquier tipo de arma legalmente autorizada a cualquier distancia de las siembras cinegéticas o del punto de disposición de alimento.
El lugar de cebado no podrá distar más de 20 metros de la linde de la siembra cinegética.
En los cultivos con destino a cosecha en los que se hayan iniciado los daños podrá disponerse igualmente de alimento en las condiciones anteriores.
No tienen la consideración de aguaderos artificiales las bañas o charcas que carezcan de material de obra.

Artículo 9. Períodos hábiles.
Los periodos hábiles para las distintas modalidades o técnicas de caza susceptibles de autorización en los diferentes espacios cinegéticos no excederán de:
Batida: 1.er domingo de septiembre – 2.º domingo de febrero
Gancho: 1.er domingo de septiembre – 2.º domingo de febrero
Al salto: 12 de octubre – 6 de enero
Espera o aguardo: 1 abril – 2.º domingo de febrero
Rececho(*): 12 de octubre – 6 de enero
(*) Esta modalidad podrá ser complementaria a otras autorizaciones de especies de caza mayor.

HACIENDO NÚMEROS
Se parte de que el suministro de alimentación artificial a base principalmente de maíz se está convirtiendo en una medida de gestión tradicional para la atracción de los jabalíes y su caza en la modalidad de aguardo o espera nocturna. Si a partir de una hipótesis conservadora suponemos que en cada punto de suministro exista una hembra con posibilidad de criar, considerando la posibilidad de dos partos anuales, tendríamos:

  • Parto fin de invierno (natural): 5 rayones.
    • Mortalidad: 20 %.
    • Supervivencia: 4 animales, 2 machos + 2 hembras.
  • Parto fin de verano (fuera de época): 4 rayones.
    • Mortalidad: 50 %.
    • Supervivencia: 2 animales, 1 machos + 1 hembras.

o Las hembras alcanzan la madurez sexual a partir de los doce meses de vida.

o Esta actividad cinegética selecciona de forma sistemática los ejemplares macho trofeo, preferentemente de edad superior a cinco años, desechando la posibilidad de abatir hembras y ejemplares macho de menor edad.

o De esta forma, el crecimiento exponencial de las poblaciones transcurridos cinco años, partiendo de una sola hembra en edad de cría puede ser el siguiente en ausencia de caza los primeros cuatro años:

Esta hipótesis tiene en cuenta la cría doble de todas las hembras disponibles de la población en edad de procrear, y aplica altas tasas de mortalidad los últimos años del análisis derivadas de su exceso poblacional, por lo que resultaría una población de 292 jabalíes por cebo al 5.o año.

QUÉ HACER
En primer lugar, ante el crecimiento exponencial de sus poblaciones y su problemática derivada, se debería:
-Analizar la cantidad media de puntos de suministro existente en los cotos de caza. Según los datos disponibles, esta media es notablemente superior a la de la hipótesis conservadora fijada en el anterior ejemplo: uno por coto. Asimismo, los efectos ecológicos derivados de la atracción y concentración de animales (daños agrícolas, ganaderos, sanitarios, a la flora y a la fauna silvestres, inseguridad vial).
-Analizar el manejo de algún punto de suministro artificial de comida: cantidad de alimento suministrado, duración del suministro, especies y número de animales objetivo y no objetivo alimentados. Efectos sobre la biología de las especies alimentadas.
-Analizar el impacto que otras modalidades de caza puedan tener sobre la especie, aunque muchos de los cotos practican con exclusividad el aguardo al jabalí.
-Confirmar las densidades conservadoras estableciendo el porcentaje real de hembras que crían dos veces al año y asociar y confirmar en campo los efectos negativos derivados de los excesos de población de jabalí.
-Estudiar la pérdida de calidad cinegética de la especie debida a la sistemática selección de ejemplares más viejos, así como la posible domesticación de la especie.
-Analizar si la expansión poblacional se debe a su carácter colonizador y no a un correcto manejo cinegético. Estudiar las estructuras poblacionales cualitativa y cuantitativamente en zonas a gestionar.

Modificar la legislación cinegética nacional y autonómica de forma coordinada, limitando o prohibiendo el suministro artificial de alimentación, impulsando la actividad cinegética de piezas salvajes en equilibrio con la conservación de la naturaleza, así como medidas de gestión del hábitat que potencien la mejora de la disponibilidad de alimento de forma natural (manejo de vegetación forestal) y tradicional (siembra y mantenimiento de cultivos).

La caza desarrollada como actividad de ocio, fundamentalmente en días festivos y estacionalmente, debe estar claramente dirigida hacia la consecución de piezas que proporcionen un lance adecuado. Estas especies autóctonas y salvajes, debido a su adaptación al medio han desarrollado sus sentidos de manera que dificultan la acción de cazar. Dificultad que ha hecho desarrollarse a lo largo de los tiempos modalidades de caza que requieren el conocimiento biológico de las especies y el uso de armas, accesorios, perros, etc. específicos para conseguir abatir las piezas en su hábitat tradicional. La caza y el cobro de las piezas es el resultado final, que posteriormente es aprovechado gastronómicamente e incluso recordado mediante la naturalización de los trofeos obtenidos.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

-FERNANDEZ-LLARIO, P. & P. MATEOS-QUESADA (1998). La alimentación suplementaria en los jabalíes. Trofeo.
-FERNANDEZ-LLARIO, P., J. TORRES & J. CARRANZA (2008). La cara oculta del cebado de los jabalíes. Trofeo.
-GARCÍA, F.J. & J.M. VARGAS (2000). Jabalíes, los mayores predadores de nidos. Trofeo.
-GARRIDO MARTÍN, J.L. (2011). Estimación de aprovechamientos cinegéticos en España por comunidades autónomas. FEDENCA.
-GENERALITAT DE CATALUNYA (2012) <http://www.mediambient.gencat.net>.
-GOBIERNO DE VALENCIA (2012) <http://www.gva.es>.
-JUNTA DE COMUNIDADES DE CASTILLA-LA MANCHA (2012). <http://www.jccm.es>.
-MINISTERIO DE AGRICULTURA, ALIMENTACIÓN Y MEDIO AMBIENTE (2012). <http://www. magrama.es>.
-REGIÓN DE MURCIA (2012) <http://www.carm.es>.

 

Artículo completo con fotografías (páginas de la revista) “Colaboraciones Técnicas: Colaboraciones Técnicas: Poblaciones en crecimiento del jabalí: ¿causas naturales o artificiales?”
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