Innovación educativa en el sector pastero-papelero.
Jesús M.ª Caballero Goñi, Ingeniero Técnico en Industria Papelera, Profesor de la Escuela del Papel de Tolosa
El sector pastero-papelero tiene un gran peso específico en la Comunidad Autónoma Vasca y en la actualidad se están desarrollando herramientas organizativas y didácticas innovadoras para asegurar la formación y la acreditación de la competencia, tanto de las personas que en él trabajan como de las que se incorporan desde una situación de desempleo o a partir de sus estudios iniciales.
La Escuela del Papel de Tolosa ha participado en la definición de las Cualificaciones Profesionales, los nuevos Certificados de Profesionalidad y su sistema de acreditación y los Títulos Oficiales de Formación Profesional, ofreciendo asesoría técnica y formación presencial y en línea en sus instalaciones de Tolosa o en las propias empresas.
INNOVACIÓN EDUCATIVA Y FORMACIÓN LABORAL
Hay quienes al mencionar el concepto de innovación educativa tienden automáticamente a imaginar modernas aulas dotadas de pantallas digitales, proyectores y equipos multimedia, ocupadas por un alumnado joven que maneja ordenadores y se comunica con profesores virtuales a través de internet a la vez que establece vínculos con compañeros más o menos reales repartidos por todo el globo.
Otros, ignorando conscientemente la poderosa imagen que las nuevas tecnologías de la información y comunicación han impreso en nuestra retina, prefieren pensar que la innovación educativa tiene que ver sobre todo con el modo en que se cimenta y materializa el proceso de comunicación biunívoca de enseñanza-aprendizaje, el modo en que se gestiona y alimenta la relación alumnoprofesor y la manera en que se despierta y potencia la ilusión por aprender y el gusto por aprehender el conocimiento y las nuevas capacidades.
Las dos visiones son necesarias porque son caras de una realidad polifacética y estamos, como siempre, ante el debate entre los medios y los fines, entre la materia y el espíritu, entre lo concreto y lo etéreo.
Sin embargo, ni esos medios sofisticados ni las metodologías más certeras tendrían éxito si olvidásemos el factor de adecuación a la situación socioeconómica que rodea a los demandantes de formación y si obviásemos las posibilidades de trasvase de las ideas y destrezas conseguidas al devenir cotidiano y al mundo del trabajo.
Si aplicamos este criterio de cercanía a la realidad a las enseñanzas relacionadas con la celulosa es obligado un repaso a la situación de la industria y a la formación profesional con ella relacionada.
LA CELULOSA, POLÍMERO NATURAL Y SOSTENIBLE
En estos días de crisis en que la economía mundial se resiente y se intuye el declive del petróleo como materia prima relativamente asequible y abundante, se acelera la búsqueda de sustitutivos medioambientalmente sostenibles y muchas miradas se vuelven hacia ese polímero natural y regenerable que es la celulosa.
En efecto, usada por la humanidad desde épocas remotas, ya sea en su forma de filamentos naturales asociados a semillas de diferentes especies, entre las que destacaríamos las del algodón, o bien como extracto leñoso, cortical o foliar de otros vegetales, la celulosa ha sido tradicionalmente una materia básica para el hilado y la confección de tejidos. Asimismo, desde que hace aproximadamente 19 siglos Ts’ai-Lun desarrollase el papel en el Imperio Chino y desde que, tras ser considerado secreto estratégico durante 500 años, el conocimiento de las técnicas de formación de la hoja se expandiese por todo el mundo, la celulosa ha sido el soporte de la información escrita que sustituyó con notable éxito al papiro y al pergamino.
Hoy en día las aplicaciones de la celulosa son múltiples, y cabría clasificarlas en dos grandes grupos.
Por un lado están todos los procesos que utilizan la celulosa entendida como molécula polimérica basada en monómeros de glucosa o en dímeros de celobiosa y capaz de producir, por adición de unos u otros reactivos químicos, variados compuestos de propiedades interesantes, entre los que destacaríamos el rayón-viscosa, la nitrocelulosa, las bases para barnices y otros.
Por otro lado se encuentran todos aquellos productos que, aprovechando la sabia estructura multifibrilar y multicapa con que la evolución ha conformado las paredes de las células vegetales, utilizan las fibras celulósicas como elementos estructurales. Es el caso de la industria pastero-papelera, que, basándose en las idóneas características Por supuesto, la elección de una u otra especie, además de por las características técnicas, está condicionada por los factores económicos ligados a la abundancia, disponibilidad, facilidad de recogida, almacenamiento y aprovechamiento del material fibroso.
Respecto al impacto ambiental que su cultivo y extracción genera, son notorios los avances que en materia de certificación y buenas prácticas silvícolas se están produciendo con el objetivo de asegurar la sostenibilidad de los cultivos y la continuidad del suministro.
PANORAMA PASTERO-PAPELERO. VISIÓN GENERAL
Para bosquejar un panorama general a nivel nacional del denominado proceso pastero-papelero es conveniente analizar los productos y actividades fabriles que lo conforman.
En cuanto a los materiales implicados, es preciso destacar la madera de coníferas (Pinus insignis, Pinus pinaster, Picea spp., Abies spp., etc.) y frondosas (Eucaliptus globulus, Betula spp., Populus spp., etc.) y los vegetales anuales (paja, esparto…) y textiles (Gossipium herbaceum, Linum usitatissimun, Cannabis sativa…) como fuentes de materias primas.
Por efecto del proceso de pasteado (mecánico, químico o semiquímico), estas materias primas se convierten en pastas celulósicas que se dedican en forma de balas o copos al aprovechamiento como fibras en la industria del papel, o como pastas “para disolver” cuando se derivan a la industria química celulósica.
En las fábricas de papel, estas pastas vírgenes o las pastas obtenidas del reciclado del papel usado serán de nuevo la materia primera para que, una vez añadidas cargas, colas y colorantes, se obtenga la hoja enrollada en grandes bobinas.
A su vez, las dichas bobinas–madre, tras el proceso de manipulado y transformación, darán lugar a papeles tan diversos como los de impresión y escritura, higiénicos, de embalaje y especiales y a productos papeleros tales como los rollos y toallitas higiénicos, el papel moneda o los papeles estucados.
Es frecuente que las fases de pasteado, fabricación de papel y acabados y manipulado radiquen en diferentes fábricas, pero también existen fábricas integradas que engloban todas las operaciones desde la materia prima hasta los productos finales.
Para hacernos una idea, en el Estado hay aproximadamente una decena de fábricas de pasta virgen, de las cuales, tres (Zubialde, en Aizarnazabal, Papelera Guipuzcoana de Zicuñaga en Hernani, Smur fit-Kappa Nervión S.A, en Durango) se encuentran en la Comunidad Autónoma Vasca.
En cuanto a fábricas de papel, de la centena presente en el Estado, en la CAV se localizan Munksjo Paper Decor, S.A., en Berastegi; Sarriopapel y Celulosa, S.A (Uranga), en Berrobi; Papel Aralar, S.A, en Amezketa; Papelera del Oria, S.A., en Zizurkil; Gureola, Celulosas de Hernán, S.A., en Hernani; Papresa, en Errentería; Virtisú, S.L., en Zalla; Kimberly-Clark, en Aranguren y Artziniega; Celulosas Moldeadas, S. A., en Atxondo, entre otras.
Igualmente es grande el número e importancia de las empresas fabricantes y suministradoras de bienes de equipo, componentes y productos específicos para la industria de la celulosa.
Esta elevada presencia de la industria pastero-papelera, el hecho de que sea considerada pesada en función de los altos volúmenes de materia y energía empleados y la complejidad tecnológica de sus procesos e instalaciones informatizadas supone una considerable demanda de personas cualificadas humana y técnicamente para asumir el control y la optimización de los procesos.
En la consiguiente demanda de acciones formativas específicas y de calidad estriba el reto que se le presenta a la innovación educativa.
LA ESCUELA DEL PAPEL DE TOLOSA
Hace ya 48 años que, tras constatar esta necesidad de preparación específica, el propio sector papelero impulsó la creación de la que hoy llamamos Escuela del Papel, que desde entonces ha desarrollado una intensa actividad formando a muchas generaciones de ingenieros técnicos en industria papelera y de técnicos medios y superiores en diversas titulaciones de formación profesional en ámbitos del proceso papelero y químico y de sus respectivos laboratorios y actividades afines.
Desde entonces el reto no ha variado, pero sí lo han hecho la aproximación metodológica y los medios disponibles.
Actualmente se sigue buscando con ahínco la formación integral, la autonomía y la capacidad de decisión del futuro profesional, la motivación, su implicación con los objetivos de la empresa, el gusto por el trabajo bien hecho y el respeto hacia los compañeros y el medioambiente.
El perfil personal de quien intenta conseguir unos conocimientos y habilidades que le posibiliten el desarrollo de una actividad profesional en el sector pastero–papelero también ha variado.
En ocasiones se trata de jóvenes que han finalizado su formación inicial de bachiller u otros estudios y buscan aquellos que los capaciten como profesionales para abrirse camino hacia la empresa. En otros casos se trata de trabajadores en activo que desean acrecentar sus capacidades o adquirir nuevas competencias que les permitan hacer frente a los constantes cambios tecnológicos derivados de las ampliaciones y modernizaciones de equipamientos fabriles y a la informatización de los procesos o de las reestructuraciones organizativas que los nuevos sistemas de gestión y calidad promueven.
También son numerosas las personas en desempleo que ven en este sector posibilidades de desarrollo profesional y desean adquirir capacidades para desempeñar tareas en las plantas de producción y laboratorios pasterospapeleros.
Por último, existe un alto porcentaje de empleados que, por inquietud propia o a iniciativa de la empresa, desean completar sus capacidades mediante la adquisición de conocimientos, habilidades y estrategias que les permitan extender sus horizontes profesionales.
Como es obvio, ante esta disparidad en los intereses y en las circunstancias iniciales, la respuesta del sistema educativo tiene que ser adaptada y diversa, a la vez que coherente en el resultado final.
Y es aquí donde estriba la apuesta y donde la innovación tiene mucho que aportar.
Tradicionalmente, a esta diversidad en la demanda de formación se ha respondido con una diversidad en la oferta de titulaciones y de entes gestores e impartidores de cursos que, en ocasiones, podía crear duplicidades y confusión.
Así, la Formación Inicial correspondía básicamente a las instituciones dependientes del Ministerio de Educación y se concentraba en los títulos de Formación Profesional; la Formación Continua se gestionaba a través de la Fundación Tripartita u Hobetuz, que gestionaban cursos para trabajadores, incluidos o no en el catálogo modular vasco, y la Formación Ocupacional la gestionaba el Inem.
Actualmente, la innovación en los métodos y estructuras se ha focalizado también en la búsqueda de coherencia entre los sistemas y se ha realizado un gran esfuerzo de racionalización de las estructuras implicadas en la formación.
Si las capacidades que una persona debe poseer para ser eficiente en el desempeño de una determinada actividad profesional son concretas, es lógico que los diferentes sistemas formativos aseguren su consecución independientemente de las vías empleadas para ello. Es decir, cuando sabemos a dónde vamos, podemos permitirnos utilizar diversos caminos adaptados a nuestras condiciones específicas de marcha, pero seguro que llegaremos al mismo sitio.
EL MARCO UNIFICADO DE LAS CUALIFICACIONES.INCUAL
Si definimos detalladamente la tipología de las actividades básicas que se dan en cada profesión y en sus diferentes puestos de trabajo podremos establecer estrategias formativas para que el alumnado sea capaz de alcanzar destrezas que le permitan ser eficiente en su desempeño laboral.
Para seguir este modelo metodológico se dividió el conjunto de las actividades profesionales en 26 grupos coherentes llamados familias profesionales. En concreto, todo lo relacionado con la obtención de pastas celulósicas y papel, atendiendo a su doble carácter extractivo y manufacturador, de proceso industrial fabril, se incluyó en la Familia Química, que también aglutina, entre otras, a las industrias farmacéutica, a la del plástico y el caucho, a la petroquímica y a los correspondientes laboratorios específicos de control del proceso y calidad de materias y productos.
Dentro del sector pastero papelero, con la participación de representantes de las organizaciones empresariales y sindicales, se definieron las Cualificaciones Profesionales más relevantes que engloban las actividades, el entorno productivo y los conocimientos y capacidades típicas a desarrollar.
Según la Ley 5/2002 de las Cualificaciones y de la Formación Profesional, se define la cualificación profesional como el “conjunto de competencias profesionales con significación en el empleo que pueden ser adquiridas mediante formación modular u otros tipos de formación, así como a través de la experiencia laboral”.
Cada cualificación profesional consta de varias Unidades de Competencia, que se expresan como el “agregado mínimo de competencias profesionales susceptible de reconocimiento y acreditación parcial” y que incluyen conocimientos y capacidades personales, profesionales o académicas, sea cual sea la vía por la que se han adquirido.
Posteriormente, con la participación de expertos docentes del sector se definió la formación asociada a cada una de las cualificaciones profesionales de acuerdo con una estructura de módulos formativos interrelacionados, donde se describe la formación necesaria para adquirir cada unidad de competencia.
Estas cualificaciones, divididas en el ámbito de la FP en los niveles 1, 2 y 3 en función del grado de complejidad y abstracción de las tareas profesionales a las que se refieren y siguiendo el criterio de homogeneidad europea, se ordenaron en el Catálogo Nacional de Cualificaciones Profesionales (CNCP), el cual recoge en su estructura toda la información pertinente sobre las actividades profesionales susceptibles de reconocimiento y acreditación.
El organismo responsable de concretar, elaborar y mantener actualizado el CNCP y el correspondiente Catálogo Modular de Formación Profesional es el Instituto Nacional de las Cualificaciones (INCUAL).
Una importante novedad respecto a sistemas anteriores es que el CNCP se toma como marco para elaborar la oferta formativa de los títulos y los certificados de profesionalidad, unificándose por primera vez el campo de actuación de los diversos agentes administrativos que intervienen.
http://www.educacion.gob.es/educa/incual/ice_CualCatalogo_QUI.html
A modo de ejemplo ilustrativo de una cualificación profesional podemos mencionar:
- QUI241_2 Fabricación de pastas mecánicas, químicas y semiquímicas. Cuya competencia general incluye (tabla 1):
Y que consta de las unidades de competencia siguientes (tabla 2):
A la que se asocia la formación incluida en estos módulos formativos (tabla 3):
Este esquema de trabajo se repite en todas las actividades significativas de la actividad pastero-papelera, con lo que, independientemente de la distribución en puestos de trabajo concretos de cada empresa, queda recogido lo sustantivo de la realidad productiva del sector y la formación que le corresponde.
CERTIFICADOS DE PROFESIONALIDAD
Una vez definidas las cualificaciones profesionales, a un determinado profesional en activo o persona que busca un empleo le puede interesar demostrar que reúne los requisitos en ellas expresados para desempeñar un determinado papel laboral o, en caso de no cumplirlos, le puede resultar útil conseguirlos por la vía de la formación.
El mecanismo básico de acreditación oficial de la de las cualificaciones profesionales en el ámbito de la Administración Laboral es el Certificado de Profesionalidad.
Siguiendo con un ejemplo aplicable al proceso de fabricación de papel, una persona que posea el certificado profesional de (QUIO0109) PREPARACIÓN DE PASTAS PAPELERAS (RD 719/2011, de 20 de mayo) tiene acreditada su capacitación para el desempeño de esa actividad profesional concreta, cuya competencia general se define como en la tabla 4.
Este certificado consta de los siguientes módulos, reflejados en la tabla 5.
Y cada módulo formativo se compone de varias unidades formativas.
Por ejemplo, una de las del anteriormente citado módulo MF0774_2: Preparación de pastas vírgenes o recicladas (140 h) se indica en la tabla 6.
Hay que resaltar que con un Certificado de Profesionalidad se consigue generalmente una Cualificación Profesional.
De este modo, esta estructura modular se asemeja a un organizado puzle y permite la consecución escalonada de la formación asociada y la correspondiente certificación cuando se completa la cualificación profesional.
ACREDITACIÓN DE LA COMPETENCIA
En la CAV el Cer tificado de Profesionalidad se puede adquirir mediante la formación expresa organizada por Lanbide-Servicio Vasco de Empleo (Administración laboral) o mediante la acreditación de la experiencia laboral, a través del Dispositivo de reconocimiento de la Experiencia Laboral y los aprendizajes no formales.
http://www.lanbide.net/plsql/fr_ menu?idioma=C
http://www.hezkuntza.ejgv.euskadi.net/r43-2333/es/
A través de este dispositivo, la persona que quiere evaluar su competencia acude a un centro de información y, tras mantener una entrevista de asesoramiento y participar en la confección de su currículo y patrimonio profesional, recibe un dictamen que determina si precisa o no la realización de una prueba de evaluación o algúncurso de formación complementario antes de obtener el certificado que se ajusta a su perfil.
CICLOS FORMATIVOS. TÍTULOS OFICIALES. ESTRUCTURA
Por otro lado, la administración educativa ofrece cursos reglados de formación profesional de grado medio y superior que, como no podría ser de otra manera, están perfectamente relacionados con las unidades de competencia ya descritas, puesto que si su objetivo primordial es la preparación integral para desarrollar una profesión en el mundo laboral, sus referentes deben ser los mismos de las cualificaciones.
Aquí la innovación ha consistido en modificar los títulos anteriores para recoger los cambios tecnológicos y metodológicos que en la industria de la celulosa y en la familia química se han dado. La actualización de los contenidos ha recogido los avances acaecidos en los procesos de pasteado, fabricación y manipulado del papel y sus derivados. Como novedad, se incluyen conceptos y procedimientos relacionados con el control informático de los procesos, el mantenimiento de primer nivel en cada puesto de trabajo, la gestión de la calidad y la puesta al día y aplicación de las medidas de seguridad para las personas, el medioambiente y las instalaciones.
Así, de los antiguos once títulos de FP de grado medio y superior de la Familia Química se ha realizado una drástica reducción en número y se han modernizado y redistribuido los módulos profesionales, contenidos y actividades didácticas para condensarlos en tres únicos títulos que, a la vez que ofrecen una estructura transversal común con las diversas ramas de la industria química, mantienen la especificidad de cada una.
Las competencias que atañen al campo pastero-papelero están recogidas en los nuevos títulos de:
Cada uno de estos títulos tiene una duración de 2.000 horas, distribuidas a lo largo de dos años en módulos profesionales (no confundir con los módulos formativos de los certificados de profesionalidad) y que incluyen prácticas en empresas del sector y dan acceso al mundo laboral o a formación posterior de tipo universitario.
Dada la amplitud del campo profesional que trata y su dedicación horaria, con un ciclo formativo se consiguen generalmente varias cualificaciones profesionales, algunas de las cuales son completas, y otras, parciales.
CURSOS DE FORMACIÓN CONTINUA
Como es lógico, las personas que están trabajando al ritmo impuesto por la producción papelera encuentran dificultades para seguir estos planes de estudio de manera presencial, por lo que para su reciclaje profesional los Módulos Formativos mayores de 90 horas se han dividido en Unidades Formativas que, basadas en el marco general de las cualificaciones y, por tanto, en las Unidades de Competencia, se pueden seguir a través de los programas gestionados por Lanbide y Hobetuz.
Otro elemento innovador es el modo en el que se puede realizar la formación, ya que, para evitar las barreras impuestas por la distancia geográfica o la incompatibilidad de horarios, existe la posibilidad de seguir cursos a través de internet
De esta manera, los interesados pueden cursar unas u otras según sus preferencias, expectativas de promoción o necesidades de certificación y construir por agregación un verdadero itinerario personalizado que responda a sus aspiraciones.
CURSOS EN LÍNEA
Otro elemento innovador es el modo en el que se puede realizar la formación, ya que, para evitar las barreras impuestas por la distancia geográfica o la incompatibilidad de horarios, existe la posibilidad de seguir cursos a través de internet.
No se trata de trasladar la lectura de pesados documentos desde el tradicional libro a la pantalla del ordenador, sino de ir contestando a cuestiones, analizando dibujos, haciendo clic sobre esquemas representativos o rellenando formularios automatizados que acompañan al alumno por un camino virtual de descubrimiento, aprendizaje y adquisición de las competencias deseadas.
En el caso de la Escuela del Papel, actualmente se ofrecen a través de su plataforma interactiva Moodle seis itinerarios basados en cursos de elaboración propia o desarrollados junto con el Centro de Innovación para la FP Tknika o con la empresa canadiense Humeng Internacional, y denominados (tabla 8):
http://moodle.escuela-papel.com/moodle/
CONCLUSIÓN
Como se puede apreciar, la oferta de formación y acreditación relacionada con el sector pastero-papelero en la CAV es muy amplia, y las estrategias para dar respuesta a los objetivos de puesta al día, calidad, flexibilidad, movilidad y recolocación son variadas, primando siempre la coherencia entre los sistemas y la uniformidad en la acreditación.
De este modo, en paralelo a la nada desdeñable aplicación de medios informáticos basados en nuevas tecnologías, se está desarrollando una estructura coordinada de catalogación y certificación de las capacidades y de impartición de actividades formativas tendentes a mejorar la capacitación de las personas que ya están trabajando en el sector o que aspiran a desarrollar en él su vida profesional.
Aprovechemos esta innovación en los medios y, sobre todo, en la organización y coherencia de la formación a lo largo de la vida.
Seguro que redundará en una mejora de la cualificación del mayor activo con que nuestras empresas papeleras cuentan para demostrar excelencia en un mercado globalizado y competitivo: ¡Su enorme capital humano!
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Artículo completo con fotografías (páginas de la revista) “Formación Forestal: Innovación educativa en el sector pastero-papelero.” |