Situación de los galápagos de agua dulce en Vizcaya/Bizkaia y Álava/Araba.

Xabier Buenetxea Aragüés, Ingeniero Técnico Forestal
Leire Paz Leiza, Bióloga
BOLUE Ingurumen Ikerketak/Estudios Ambientales

El estudio de los galápagos en Euskadi comenzó en 2001 con la puesta en marcha del proyecto “SOS galápagos” en el humedal de Bolue en Getxo (Vizcaya/Bizkaia), donde además de controlar la  población de galápagos exóticos liberados se capturaron ejemplares de los táxones autóctonos galápago leproso Mauremys leprosa y galápago europeo Emys orbicularis, cuyas poblaciones son desde  entonces objeto de seguimiento. Previamente, apenas existían datos sobre su presencia en la Comunidad Autónoma del País Vasco, aunque ambas especies están incluidas en el Catálogo Vasco de  Especies Amenazadas bajo la categoría de Vulnerable.
Tras el inicio de “SOS galápagos”, el equipo de BOLUE Ingurumen Ikerketak comenzamos a llevar a cabo estudios en otras zonas concretas de Álava/Araba y Vizcaya/Bizkaia, y posteriormente empezamos a rastrear progresivamente todo el territorio, en busca de galápagos autóctonos por un lado, y por el otro, para extraer galápagos exóticos y evitar su invasión.
Hasta hoy hemos muestreado una gran cantidad y variedad de zonas húmedas, con mayor o menor potencialidad para albergar galápagos, en los territorios históricos de Vizcaya/Bizkaia y Álava/Araba.
Con las numerosas observaciones y capturas realizadas se amplía considerablemente el conocimiento sobre distribución y abundancia de los quelonios en estas provincias.

INTRODUCCIÓN
Los galápagos, o tortugas dulceacuícolas, son reptiles del orden Chelonia, en el que también se incluyen las tortugas marinas y de tierra. Todas tienen en común la posesión de un caparazón escamoso que les ofrece protección pasiva, son poiquilotermos o de sangre fría, tienen respiración pulmonar, reproducción ovípara, y los neonatos, que se parecen mucho a los adultos, emergen de la tierra tras eclosionar los huevos enterrados por la hembra al realizar la puesta. Los galápagos, además, presentan membranas interdigitales, es decir, patas palmeadas que facilitan la natación. Asimismo, debido a su incapacidad para regular metabólicamente su temperatura corporal, suelen asolearse y cuando la temperatura del agua baja por debajo de los 10 ºC hibernan bajo el agua o en madrigueras próximas a la superficie, según las especies.

En la Comunidad Autónoma del País Vasco (CAPV), al igual que en el resto de la Península Ibérica, son dos las especies de galápago consideradas autóctonas, el galápago leproso Mauremys leprosa y el galápago europeo Emys orbicularis, el primero de ellos de distribución potencial más mediterránea y el segundo más eurosiberiana.

Además, desde hace años se sabe de la presencia en el medio natural vasco de ejemplares pertenecientes a táxones exóticos, sobre todo a la especie Trachemys scripta en toda su gama de subespecies e híbridos; por otro lado, cada vez está siendo más común encontrar otras especies exóticas de tortugas de agua dulce, tales como: Graptemys pseudogeographica, Pelodiscus sinensis, Pseudemys spp., etc. De hecho, es a raíz de la aparición de ejemplares de tortuga de Florida Trachemys scripta elegans en el medio natural y su extracción lo que dio origen al proyecto “SOS galápagos”, que comenzando en el humedal de Bolue en 2001 se ha extendido a los territorios históricos de Álava/Araba y Vizcaya/Bizkaia y ha ampliado sus objetivos a la búsqueda, localización y seguimiento de poblaciones autóctonas, y a la puesta en marcha de campañas de sensibilización acerca de la problemática de las sueltas de especies exóticas en los medios naturales.

METODOLOGÍA
Comienza con la recopilación de información preexistente y de entrevistas a lugareños y otras personas que frecuentan la zona de estudio. A continuación se buscan ejemplares por observación directa a través de material óptico adecuado. Las capturas se realizan mediante el uso de nasas o butrinos, del tipo de las que suelen emplearse para la captura de cangrejos, pero adaptadas, y mediante trampas de asoleamiento. Las primeras suelen ir cebadas y se mantienen a flote para que los galápagos que queden atrapados puedan respirar; las hay de varios modelos y tamaños, cuya eficacia varía dependiendo de las características del lugar donde van a emplearse y de la especie a capturar. Además, hemos ideado un modelo de trampa asoleadora, llamada “trampa Bolue”, la cual permite la captura de los ejemplares que suben a la misma con el fin de asolearse para activar su metabolismo. Este modelo de trampa resulta muy efectivo ya que no depende de cebo y puede ser activada cuando se considera oportuno. (Más información en: http://sosgalapagos.blogspot.com).

Todos los ejemplares que se capturan son sexados, medidos y pesados, y en las hembras se comprueba además su estado de gravidez. Los ejemplares exóticos capturados son trasladados a los respectivos Centros de Recuperación de Fauna Silvestre de la provincia en la que han sido extraídos del medio natural. A los autóctonos se les identifica  individualmente mediante la inserción de un microchip subcutáneo o a través del método de las Señales Periféricas, consistente en la realización de unas ligeras incisiones en las placas marginales, las cuales se corresponderían con un código numérico; se les toma una muestra de material sanguíneo y a continuación son puestos en libertad en el punto exacto de su captura. Todo ello permite realizar posteriores trabajos de seguimiento de las poblaciones o ejemplares localizados mediante técnicas de captura-marcajerecaptura. Además, a algunos ejemplares de galápago europeo y de galápago leproso, de diversas poblaciones, se les ha instalado un emisor, para mediante radiorrastreo (radio-tracking) conocer mejor su comportamiento: desplazamientos y querencias, zonas y fechas de puesta, áreas y fechas de dormancia invernal o estival, etc.

GALÑAPAGOS EXÓTICOS
El carácter invasor de las tortugas exóticas es de sobra conocido, hasta el punto de que la tortuga de Florida o de orejas rojas Trachemys scripta elegans se encuentra entre las 100 especies más dañinas a nivel mundial. Recordemos que, según la UICN, las invasiones biológicas son el segundo factor más influyente en la extinción de especies a nivel mundial, después de la alteración del hábitat.

El problema tiene como origen el comercio de mascotas, ya que en la década de los 90 se produjo una importación masiva de esta tortuga, calculándose, solo en España, en más de 900.000 los ejemplares importados anualmente. Ante esta situación, en el I Congreso Internacional sobre la Conservación de Quelonios, celebrada en Gonfarron (Francia) en 1995, una de las resoluciones tomadas fue la de suspender el comercio internacional de Trachemys scripta elegans, tanto en los países exportadores como en los importadores, y que, además, aquellos Estados que ya albergaban poblaciones introducidas de esta especie buscaran los medios para eliminarlas de sus aguas. Posteriormente, de acuerdo a una actualización del CITES, está suspendida su importación por el Reglamento 2551/97. Por tanto, a raíz de esta disposición solo se comercializan tortugas de esta subespecie procedentes de criaderos localizados dentro de la Unión Europea. Por último, en noviembre del pasado año se aprobó el Real Decreto por el que se regula el listado y catálogo español de especies exóticas invasoras, el cual, en lo que a galápagos respecta, conlleva la prohibición a partir de 2013 de poseer transportar y comerciar con las especies Trachemys scripta y Chrysemys picta.

Así, en los centros de venta se encuentran ejemplares de otros táxones, tanto a nivel de género como de especie o subespecie e incluso híbridos, lo cual se refleja también en la diversidad taxonómica de los individuos que posteriormente son abandonados en el medio natural. De esta forma, el problema  adquiere una mayor dimensión, puesto que cada taxon interactúa con el medio de diferente manera, ocupando un nicho ecológico propio que hace que el número de presas potenciales, así como el hábitat y la época de actividad explotados sean más amplios. Esto conlleva unas repercusiones mayores hacia la fauna y flora autóctona residente.

La actividad de los galápagos en el medio natural suele comenzar hacia marzo-abril, dependiendo de las condiciones climatológicas de cada año. Al despertar de la dormancia invernal dedican mucho tiempo al asoleamiento para agilizar cuanto antes su metabolismo, se alimentan profusamente durante las primeras semanas e inmediatamente comienzan a observarse los primeros cortejos. Hacia el mes de junio, algunas hembras abandonan el medio acuático y buscan algún terreno próximo en pendiente donde enterrar sus puestas. Este comportamiento reproductivo ha sido observado desde los inicios de este proyecto y se han localizado bastantes puestas, pero no se ha podido referenciar la eclosión natural de los huevos. No obstante, existen evidencias indirectas de reproducción exitosa de galápagos exóticos naturalizados en diversas localizaciones vizcaínas: humedal de Bolue (WN09), embalse de Laukariz (WN19) y Reserva de la Biosfera de Urdaibai (WN29). Si bien la presencia de estos ejemplares está ampliamente extendida por el territorio, los episodios reproductores parecen más bien ocasionales, por lo que aún no se puede hablar de invasión propiamente dicha.

Durante estos últimos 11 años se han extraído del medio natural por encima de 500 ejemplares de táxones exóticos, la mayoría en el territorio histórico de Vizcaya/Bizkaia, donde llevamos trabajando más tiempo y con mayor intensidad. La predominancia de hembras entre los ejemplares capturados indica que la mayoría proceden de sueltas: en los quelonios el sexo viene determinado por la temperatura de incubación de los huevos, de manera que a temperaturas más elevadas los embriones se desarrollan como hembras y viceversa. Para la cría en cautividad se suelen utilizar temperaturas de incubación más bien elevadas con el fin de asegurar la eclosión de los huevos, lo cual conlleva que la mayoría de los individuos se desarrollen como hembras.

Así, el origen de los ejemplares exóticos naturalizados es, casi en su totalidad, debido a la suelta realizada por particulares, que al no poder hacerse cargo de ellos optan por “liberarlos”. Un estudio realizado sobre las principales zonas de concentración de ejemplares nos ha permitido determinar los principales factores que afectan a que las sueltas se produzcan en un enclave u otro. Entre estos estarían: a/ la proximidad a un núcleo urbano; b/ la afluencia de visitantes a la zona húmeda, con lo cual la proximidad de un área recreativa o paseo acondicionado suele ser determinante; c/ la presencia previa de galápagos acuáticos en una zona, ya que provoca una reacción en cadena de sueltas posteriores, a modo de efecto dominó.

Si bien, estas sueltas se producen igualmente en cualquier zona húmeda, medio léntico o lótico, los factores varían ligeramente entre uno u otro. En los embalses y otras balsas de agua de similares características el número de ejemplares exóticos varía mucho de una zona húmeda a otra, indiferentemente  de sus propias condiciones naturales para la habitabilidad de galápagos exóticos. Ello y otras variables estudiadas nos indican que las sueltas en los cursos de agua lénticos varían de acuerdo a los factores citados previamente. Posteriormente, en un mismo embalse los ejemplares se querencian por las colas y los rincones más tranquilos, con vegetación acuática y troncos donde solearse con seguridad. En los cauces fluviales las mayores densidades de galápagos exóticos coinciden también con tramos de mayor densidad de núcleos urbanos bien poblados. Las sueltas se producen a lo largo de todo el cauce, pero los ejemplares recién “liberados” en tramos altos suelen ser arrastrados por las primeras lluvias aguas abajo, por lo que las concentraciones se suelen observar en los tramos medios o bajos, donde el cauce adquiere más profundidad y menor velocidad y en especial donde existen presas o azudes. Este arrastre llega a ser muy significativo en los cauces de la vertiente cantábrica, donde su torrencialidad durante los caudales de avenida actúa como factor limitante natural a la invasión de galápagos exóticos en estos medios.

• Galápago leproso: Mauremys leprosa (Schweigger, 1812), familia Geoemydidae. De color oliváceo con líneas anaranjadas en el cuello de individuos juveniles, su caparazón puede alcanzar los 20 cm de longitud y ocupa medios acuáticos naturales y artificiales como ríos, lagunas, embalses, marismas y estuarios salobres. Es una especie típicamente mediterránea, incluida en el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas como “vulnerable” (Orden de 8 de julio de 1997 del Consejero de Industria, Agricultura y Pesca), así como en otras listas (Directiva Hábitat, Berna, RD 1997/95, Lista Roja UICN, etc.). Aunque es relativamente frecuente su presencia en las zonas húmedas de la CAPV, en la mayoría de los casos es probable que sean de origen antrópico, ya que ha sido común la captura de ejemplares en aquellas áreas donde es abundante (Andalucía, Extremadura, etc.) y su suelta posterior en otros lugares. Normalmente, en estos casos se suele localizar junto a otras especies exóticas en zonas habituales y propicias para la suelta.
En cualquier caso, hasta la fecha se conocen varias poblaciones reproductoras. En Álava/Araba destaca la población de Salburua (WN24- 34) y la cuenca del Zadorra y la de Amurrio (VN95), mientras que en Vizcaya/Bizkaia, cabe resaltar la localizada en el valle de Butroe (WP10) y la del humedal de Bolue, aunque esta procede de los ejemplares que llegan al C.R.F.S. de Vizcaya/Bizkaia.
Se trata de un galápago bastante sociable y que puede sobrevivir mucho tiempo en aguas de calidad media. Las poblaciones más nutridas e importantes son las de la provincia de Álava/Araba, aunque se ha detectado un descenso importante en alguna de ellas.

• Galápago europeo: Emys orbicularis (Linnaeus, 1758), familia Emydidae. De proporciones y requerimientos de hábitat similares al galápago leproso aunque más sensible a la calidad del agua. Suele ser de coloración oscura con puntos o líneas amarillas en espaldar, cabeza, cuello y patas, y de caparazón más abombado, generalmente con líneas divergentes en los escudos. Es más propia de ambientes eurosiberianos y aguas más frescas, si bien en su distribución también se incluyen áreas mediterráneas. En el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas aparece en la categoría de “vulnerable” para las tres provincias (Decreto 167/1996). Muy difícil de observar, apenas existen citas y datos sobre la presencia de esta especie en la comunidad autónoma y tampoco ha sido tan habitual su captura y suelta posterior en otros puntos, como ha ocurrido con el galápago leproso.
La única población reproductora conocida del cantábrico oriental sería la que habita en el precitado humedal de Bolue, donde hemos identificado al menos 16 individuos diferentes. Por su parte, en Álava/Araba hemos encontrado recientemente una población dentro de los límites del Parque Natural de Gorbeia, que nos hace ser optimistas respecto a la pervivencia de algún otro núcleo poblacional en la provincia. De hecho, se han detectado ejemplares aislados en el río Zadorra y otras zonas húmedas de ambas provincias y se han recopilado, además, cierta cantidad de citas que localizan a la especie no solo en grandes masas de agua sino también en praderas húmedas y bosques inundados, lo cual amplia el rango de hábitats potenciales donde buscar posibles poblaciones relictas.
El galápago europeo se comporta como una especie muy huidiza, que además prefiere mantenerse oculto entre la vegetación acuática, lo que unido a que sus núcleos poblacionales en esta zona parecen ser muy reducidos lo hace pasar fácilmente  desapercibido.

El CAT ÁLOGO ESPA ÑOL DE ESPECIES EXÓTICAS INVASORAS
En lo que respecta a los galápagos, en el catálogo de especies exóticas invasoras se incluyen las especies Chrysemys picta y Trachemys scripta y en la lista de especies con potencial invasor a los táxones Chelydra serpentina, Graptemys spp., Pelodiscus spp., Pseudemys spp. y Trachemys spp. Esto conlleva la prohibición de poseer, transportar y comerciar con las especies del catálogo, aunque no con las de la lista. De modo que hasta el 1 de mayo de 2013 los comerciantes tendrán tiempo de proceder a la sustitución progresiva de las especies del catálogo por otras no invasoras. En concreto, se refiere a las subespecies Trachemys scripta scripta y Trachemys scripta troosti. Asimismo, durante ese periodo, los titulares de las instalaciones y los particulares dedicados a la venta deben adoptar medidas de prevención adecuadas para evitar la introducción de las citadas especies en el medio natural.

Es de esperar que permita la flexibilidad y agilidad necesarias la hora de incluir en el catálogo a muchas de las especies de la lista que es probable, a partir de ahora, que aumenten sus efectivos en las tiendas de animales y sean por lo tanto los potenciales invasores del mañana. Seguramente, hasta que no se redacte una lista de especies comercializables por regiones o por comunidades según su nula capacidad de invasión en cada zona, seguiremos avanzando en la lucha contra los galápagos y otras especies invasoras, pero a paso de tortuga.

Artículo completo con fotografías (páginas de la revista) “Gestión Forestal:Situación de los galápagos de agua dulce en Vizcaya/Bizkaia y Álava/Araba.”
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