La restauración forestal en la comarca de Rioja Alavesa (programa FEDER 2007-2013).

Carlos Abad López, Ingeniero de Montes, Servicio de Montes de la Diputación Foral de Álava/Araba
Asier Martínez Rodríguez, Ingeniero Técnico ForestalServicio de Montes de la Diputación Foral de Álava/Araba

Diputación Foral de Álava/Araba participa en el Eje 2 “Medio ambiente y prevención de riesgos” del Programa Operativo del País Vasco FEDER 2007-2013 mediante el Proyecto de “Restauración forestal de montes en riesgo de erosión”.
El proyecto se centra en zonas de monte degradado en el centro y sur de la provincia de Álava/Araba, de forma prioritaria en la comarca de Rioja Alavesa, y tiene por objeto la reforestación restauradora de espacios degradados por incendios o por presión excesiva del pastoreo que han provocado síntomas visibles de erosión y pérdida de suelos o presentan riesgos graves de que esos procesos se  desencadenen.

Las acciones se desarrollan inicialmente en el periodo comprendido entre los años 2007 y 2013, aunque han sido prorrogadas hasta 2015. La inversión total prevista es de 1.519.960 euros, el 50 % financiado a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER).

A través de estas actuaciones, la Diputación Foral de Álava/Araba prevé los siguientes resultados:
- Recuperación vegetal de estas áreas, que actualmente presentan un estado de degradación evidente o grave riesgo de erosión.
- Protección de los suelos agrícolas de las parcelas de viñedo situadas en el entorno de las áreas que se van a restaurar.
- Mejora paisajística del área de desarrollo del proyecto.
- Restauración de la conectividad ecológica, aspecto este muy importante en áreas de uso preferentemente agrícola y que en el caso de la Rioja Alavesa contribuirá a la coherencia de Red Natura 2000 al crear enclaves silvestres en áreas de uso preferentemente agrícola, entre dos Lugares de Importancia Comunitaria como Sierra de Cantabria-Toloño y Río Ebro.
- Regulación del régimen hídrico al actuar a medio plazo las zonas boscosas que se están implantando como áreas de retención de las precipitaciones, evitando su potencial erosivo.
- Creación de hábitats para la fauna y aumento del grado de biodiversidad.
- Efecto contra el cambio climático al actuar las plantaciones como sumideros de carbono durante su crecimiento y aumentarse la capacidad de absorción de carbono de los suelos.

LA COMARCA DE LA RIOJA ALAVESA
La Rioja Alavesa es la comarca más meridional del territorio histórico de Álava/Araba. Con una superficie de unas 30.000 hectáreas, está enmarcada entre la sierra de Cantabria-Toloño al norte y el río Ebro al sur.

Se trata de la comarca más árida de la provincia, con características climáticas ya plenamente mediterráneas y con precipitaciones que en su área suroriental apenas sobrepasan los 400 mm, lo que unido al carácter estacional de las mismas confieren a la zona la marcada característica de aridez ya indicada.

La Rioja Alavesa es una comarca eminentemente agrícola en la que la acción antrópica es antiquísima, como demuestran los dólmenes y poblados que salpican la zona, por lo que el medio natural ha sido alterado y humanizado desde hace miles de años, tiempo en el que el uso del fuego ha sido una herramienta ligada tanto al pastoreo como a la actividad agrícola.

Actualmente, entre los terrenos agrícolas dominantes, ocupados de forma prioritaria por viñedo, se intercalan terrenos de vocación forestal debido a sus elevadas pendientes. Estos ribazos, cerros y enclaves forestales entre viñas cuentan con muy baja estima social al ser considerados “terrenos baldíos”, sin ningún interés, y presentan en la mayoría de los casos graves síntomas de degradación, con vegetación rala y un historial de repetidos incendios. Sin embargo, el papel ecológico y de protección de estos terrenos forestales es fundamental.

Son numerosas las razones técnicas que aconsejan el mantenimiento de estos suelos forestales en la comarca, de modo que la desaparición de terrenos de tales características, por pequeños que sean o degradados que estén, supone una pérdida real de valores ecológicos y paisajísticos en una zona en la que, dada la escasez de estos ambientes, debería ser prioritaria su conservación. Entre las más relevantes se pueden citar las siguientes:
- El relieve de la comarca de Rioja Alavesa se caracteriza por ser bastante accidentado. Alternan en ella pequeños mogotes y cerros con vallecillos intercalados. Los suelos forestales o espacios no cultivados se han refugiado en laderas y ribazos de pendiente excesiva para su cultivo. El resultado es un paisaje en mosaico de valor estético y paisajístico, valor que se incrementa notablemente con solo la puesta en marcha de procesos de restauración de los suelos forestales degradados.
- La mencionada estructura en mosaico determina la abundancia de los efectos isla y borde, relevantes en términos ecológicos, el primero, por el papel de reserva ecológica de esas áreas, y el segundo, en términos de la elevada biodiversidad
propia de las áreas de ecotono.
- Estas áreas constituyen el único  refugio de muchas especies de flora y fauna que no están presentes en los suelos agrícolas colindantes. Son por ello elementos fundamentales para la diversidad biológica. Dentro de las especies animales que habitan en estos espacios se encuentran especies depredadoras de otras perjudiciales para los cultivos, por lo que estos espacios silvestres resultan necesarios para el mantenimiento del equilibrio biológico.
- Los terrenos forestales poblados con cubierta vegetal permanente desarrollan una función de conservación de suelos y de regulación del régimen hídrico relevantes en circunstancias como la que nos ocupa, de localización de estos terrenos entre cultivos de viña que se caracterizan por mantener el suelo desnudo.
- Los retazos, bandas y setos arbolados entre cultivos tienen efectos microclimáticos apreciables, incidiendo en sus proximidades en la insolación y en la disminución de la velocidad del viento, lo que se traduce en la mengua de sus efectos desecantes y abrasivos. Si bien tradicionalmente los agricultores han puesto el acento en los efectos negativos de competencia con los cultivos en las márgenes de los mismos, es bien sabido que el balance entre beneficios y perjuicios, ya solo en términos agrícolas, es favorable al mantenimiento de estos terrenos arbolados. Los agricultores más innovadores rodean sus viñedos con setos buscando imitar la acción cortavientos que realizaría la vegetación autóctona de haber persistido.
- La extensión del uso agrícola en detrimento de los espacios silvestres ha originado que actualmente en muchas áreas de la comarca estos pequeños enclaves no cultivados constituyan una singularidad paisajística.

ANTECEDENTES
Hasta mediados de los años 80 del pasado siglo la actividad del Servicio de Montes de la Diputación Foral de Álava en la Rioja Alavesa se centró en la gestión de los montes catalogados de la comarca, localizados en las laderas meridionales de la sierra de Cantabria-Toloño. La destrucción de varios cientos de hectáreas de monte de utilidad pública en dichas laderas en el año 1982 obligó además a centrar la actividad forestadora en la recuperación de las áreas afectadas por el fuego.

A mediados de los 80, el deterioro ambiental de la comarca impulsó a un grupo de ayuntamientos a demandar labores restauradoras de su medio natural, en el que los árboles prácticamente habían desaparecido del paisaje rural. En este contexto, la Diputación Foral de Álava, a través del Servicio de Montes, promovió a partir de principios de los 90 las restauraciones forestales en terrenos públicos de los ayuntamientos, generalmente sobre terrenos marginales de escaso o nulo valor agrícola. Considerando la finalidad básicamente protectora de estas actuaciones, se reforestó con especies propias de la flora de la comarca, fundamentalmente encina, quejigo y pino carrasco, acompañadas de especies arbustivas como coscoja, carrasquilla, lentisco y otras. Las técnicas de preparación del terreno fueron adaptándose con el tiempo, utilizándose métodos como el subsolado lineal a nivel, el ahoyado mecanizado con bulldócer u “hoyo navarro” o la realización de banquetas de retención, de forma manual, con pico mecánico o con retroexcavadora de oruga. Finalmente se ensayó la ejecución de banquetas con retroaraña, maquinaria que debido a las notables ventajas que aporta, continúa empleándose en la actualidad.

Paralelamente, desde el Servicio de Montes se compaginaron los trabajos restauradores con el diseño de una campaña de sensibilización dirigida al conjunto de población de la Rioja Alavesa, y especialmente a los agricultores, sobre los beneficios derivados de la existencia de masas arboladas, bosques y setos y sobre la necesidad de recuperar el deteriorado medio natural de la comarca. La campaña consistió en la edición del libro “El medio natural en Rioja Alavesa, hacia su conservación y recuperación” cuyo autor principal fue D. Pedro M.a Uribe-Echebarría, además de la impresión de carteles y trípticos, la impartición de charlas en los pueblos y la publicación de artículos en prensa.

Los efectos de la campaña se hicieron palpables, entre otros aspectos, en el paulatino cambio de la mentalidad de los habitantes y en el aumento del interés por parte de los ayuntamientos de reforestar sus terrenos públicos. Fruto de esta  labor se logró la restauración en los 90 de unas 270 hectáreas de terrenos públicos en parcelas de pequeña superficie repartidas por la práctica totalidad de los municipios riojano-alaveses.

LA RESTAURACIÓN FORESTAL EN LA RIOJA ALAVESA EN LA ACTUALIDAD
La actividad reforestadora en la Rioja Alavesa de la década de los 90 se continuó a menor escala con el inicio de este siglo y se ha reforzado a partir de 2007 con la puesta en marcha del Proyecto de “Restauración forestal de montes en riesgo de erosión”, financiado por el FEDER.

Así, en el periodo entre 2007 y 2011 se han reforestado unas 156 hectáreas en terrenos públicos de los municipios de Yécora, Lapuebla de Labarca, Leza, Samaniego, Baños de Ebro, Laguardia, Moreda, Elvillar, Villabuena y Labastida, estando previstas para 2012 actuaciones, además, en los municipios de Elciego y Navaridas.

En la actualidad la práctica totalidad de las actuaciones de preparación del terreno se realizan mediante la apertura de banquetas de retención con retroaraña, que constituye una maquinaria versátil que permiten el trabajo en toda clase de terrenos minimizando el impacto a la vegetación preexistente y respetando el relieve general del terreno y la presencia de elementos como formaciones rocosas o cavas artificiales.

Las banquetas de retención son pequeñas estructuras de preparación del terreno consistentes en el acondicionamiento de un bancal o repisa en la que posteriormente se sitúa la planta. Puesto que no podemos actuar sobre la cantidad de precipitación ni sobre su reparto estacional, mediante técnicas de preparación del suelo pretendemos incidir en la cantidad de agua disponible para la planta, tratando de disminuir las pérdidas de escorrentía y favorecer la penetración del agua a las capas inferiores del perfil.

La banqueta tiene una longitud media de unos 80 cm y una anchura de aproximadamente 60 cm, aunque esta dimensión puede variar en función de las características topográficas. Sobre la banqueta así perfilada se efectúa una labor de cava de profundidad mínima de 50 cm. Se finaliza el acondicionamiento de la banqueta igualando su superficie y dándole una ligera contrapendiente para favorecer la función de retención de agua interceptada directamente o procedente de escorrentía.

Con el cazo de la retroaraña se forma la banqueta procurando no volcar los horizontes inferiores del suelo sobre los superiores. Perfilada la banqueta, con el reverso o parte exterior del cazo se compacta la parte del talud resultante. Por último, en el momento de la plantación se afina el trabajo de forma manual con azada mediante el igualado de la superficie y el reperfilado de la banqueta. Se suele utilizar un cazo modificado que minimiza la inversión de horizontes, aunque su empleo dificulta la correcta compactación de la banqueta con el reverso del cazo.

La densidad de plantación empleada es de 1.100 pies/hectárea, con una distribución al tresbolillo que permite una mejor integración en el paisaje. Debido a las irregularidades del terreno, se procura seleccionar los sitios de plantación en función de la pedregosidad, suelo y vegetación preexistente aunque se pierda regularidad en el marco de plantación. Esta densidad de plantación es suficiente para que la reforestación cumpla su objetivo restaurador.

El interés que guía la programación de estas actuaciones restauradoras es la recuperación del entorno natural a través de especies arbóreas propias de la zona, principalmente carrascas y quejigos. Sin embargo, teniendo en cuenta que la ausencia de vegetación arbórea es prácticamente total en las parcelas a reforestar y las condiciones imperantes de aridez, se viene optando por utilizar una parte de coníferas, fundamentalmente pino carrasco (Pinus halepensis), aunque también piñonero (Pinus pinea) y marítimo (Pinus pinaster), por los siguientes motivos:
- El crecimiento más rápido y la adaptación a condiciones de mayor xericidad del pino hacen posible la creación de un “ambiente forestal” que sin duda ayuda al establecimiento y protección de las especies del género Quercus implantadas.
- La rápida visibilidad en el paisaje de los pinos introducidos provoca un efecto positivo sobre la población local, que en poco tiempo puede ver los resultados de la acción reforestadora y se hace más consciente de la necesidad de respetarla, frenándose las roturaciones agrícolas o “mordidas” de terrenos forestales.
- La evaluación de las reforestaciones desarrolladas por el Servicio de Montes en la comarca desde la década de los 90, en las que se siguieron estos mismos criterios, indica el buen desarrollo inicial de lo pinos, que llegan a dominar paisajísticamente las laderas y que aportan una estimable cobertura a los quejigos y encinas, de desarrollo mucho más lento.

Al cobijo de estas especies principales se implantan otras especies con objeto de diversificación, como Sorbus domestica y Pistacia lentiscus en aquellos enclaves con mejor suelo y Rhamnus alaternus, Quercus coccifera y Juniperus oxycedrus en los suelos más degradados, venteados y pedregosos.

Una parte de la reforestación de las especies de Quercus se realiza mediante siembra, método ya contrastado en la zona, que conserva la arquitectura radical original de estas especies y que en las reforestaciones bajo las condiciones de clima mediterráneo de la Rioja Alavesa tiende a dar mejores resultados que la plantación siempre que no haya riesgo de depredación de la bellota o de sequías inesperadas. En este sentido, se observa el estancamiento de las encinas y quejigos plantados a principios de la década de los 90 al haberse utilizado planta proveniente de envases sin sistema antiespiralizante, lo que ha provocado problemas de enrollamiento y estrangulamiento de las raíces. Sería interesante realizar un estudio comparativo de la evolución a medio plazo de la planta proveniente de siembra o de plantación en las restauraciones que se están ejecutando.

Para evitar la depredación por roedores, la siembra se realiza introduciendo tres bellotas por hoyo y colocando un tubo protector que se introduce de 20 a 30 cm en el suelo. Las bellotas se entierran en todo caso por debajo del nivel del suelo para evitar problemas por desecación.

Únicamente de manera puntual se han producido casos de depredación de la semilla a pesar de mantenerse estas precauciones. Se trata de parcelas concretas en las que una proporción significativa de las bellotas han sido depredadas por roedores, bien excavando por debajo del tubo protector, ascendiendo por este o incluso perforándolo para poder acceder a su interior. No obstante, no se han observado daños en la mayor parte de las siembras por la acción depredadora de roedores ni de jabalí.

Se ha comprobado que la protección de la planta con tubo protector microperforado ejerce además un efecto beneficioso sobre su supervivencia, ya que aparte de protegerla del ataque de conejos se crea un microclima más favorable para su desarrollo.

A MODO DE CONCLUSIÓN
Este concepto de restauración forestal, impulsado en la comarca con las reforestaciones que se ejecutaron en la década de los 90 y del que las actuaciones actuales no son sino una continuación, implica entender la restauración en su sentido más integral, buscando no solo recuperar la vegetación arbórea sino el conjunto del ecosistema mediterráneo preexistente.

Con estas actuaciones, que combinan la mezcla de coníferas, frondosas y arbustivas a marco amplio de plantación con el respeto a la vegetación preexistente gracias a la preparación puntual con retroaraña, se consigue la creación de un ecosistema de gran diversidad en cuanto a estructura, talla y especies, lo que aporta además mayor resistencia frente al cambio climático o a posibles desastres naturales o antrópicos. Son actuaciones que contribuyen a la lucha contra la desertificación al frenar la erosión o pérdida de suelo fértil en la comarca más árida y vulnerable de Álava/Araba.

La restauración forestal de terrenos degradados en la Rioja Alavesa se integra en una planificación más global de protección y fomento del medioambiente en la comarca, en el que se incluye la regulación de las quemas agrícolas, la implicación de los ganaderos de ovino en la gestión del monte a través del pastoreo dirigido para el mantenimiento de franjas cortafuegos en las laderas bajas de la sierra de Cantabria-Toloño, la restauración de la ribera del río Ebro y otras actuaciones que redundan en una mejora medioambiental de la comarca.

Artículo completo con fotografías (páginas de la revista) “Gestión Forestal: La restauración forestal en la comarca de Rioja Alavesa (programa FEDER 2007-2013).”
Comparte:
  • Print
  • Digg
  • del.icio.us
  • Facebook
  • Mixx
  • Google Bookmarks
  • email
  • MySpace
  • PDF
  • RSS
  • Twitter
  • LinkedIn