El buitre negro en el Parque Natural de Peñalara.

Juan Vielva Juez, Director-Conservador del Parque Natural de Peñalara.
Fotografías de Rafael Martín y Javier de la Puente.

España acoge la mayor población europea de buitre negro (Aegypius monachus), con unas 2.000 parejas reproductoras. Los mayores núcleos de población de la especie se encuentran en el Parque Nacional de Monfragüe (Cáceres), en el Parque Nacional de Cabañeros (Ciudad Real), en Sierra Morena occidental y en algunos puntos del sistema Central, en donde se localizan las dos colonias más importantes de la Comunidad de Madrid: Rascafría y Valdemaqueda.

Estos dos núcleos de la Comunidad están declarados Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA), de acuerdo con la Directiva 79/409/CE, de Conservación de las Aves Silvestres; la ZEPA “Alto Lozoya” (7.869 ha) engloba a la colonia de Rascafría, y la ZEPA “Encinares de los ríos Alberche y Cofio” (61.000ha), a la de Valdemaqueda.

La colonia de Rascafría es actualmente el área de nidificación más septentrional de la Península, lo que posibilita su consideración como una adecuada plataforma de expansión de ejemplares hacia otras áreas potenciales más norteñas y orientales, a pesar de ser una especie considerada como mala colonizadora.

Las poblaciones de buitre negro de Rascafría han experimentado un aumento progresivo considerable desde 1973, año del que se tienen los primeros registros sobre la especie en la zona, pasando de las seis parejas de entonces a las 97 en la actualidad. No resulta fácil precisar en qué medida este aumento se corresponde con una mejora en la cobertura de censos durante los últimos años. En este aspecto, desde el año 1997 el Parque Natural de Peñalara realiza un seguimiento intensivo de la colonia con la dedicación a tiempo completo de un biólogo de SEO/BirdLife y la colaboración de los agentes forestales de la Comunidad de Madrid.

La detección de los grandes nidos es la base principal del seguimiento en la colonia de Rascafría. Estas plataformas de nidificación se encuentran a altitudes que oscilan entre los 1.100 y los 1.900 m, emplazándose en su totalidad en pinos silvestres, que constituyen el grueso de la masa forestal de la zona. Cada pareja puede tener dos o tres nidos próximos, que son arreglados y utilizados indistintamente en cada temporada de cría. Las primeras puestas tienen lugar en la segunda semana de febrero, aunque son mayoritarias al finalizar este mes, prolongándose hasta finales de marzo. Las tasas de eclosión son bastante elevadas en la zona, entre el 90 % y el 100 %. La estancia del pollo en el nido se ha estimado en unos 112 días, tiempo durante el que siempre está acompañado por alguno de los progenitores.Desde finales del mes de agosto hasta las primeras semanas de septiembre se pueden observar los primeros vuelos de los pollos, que aún dependerán de sus padres hasta comienzos del inverno. Posteriormente llegará la fase de dispersión natal, entre finales de enero y febrero, largo espacio de tiempo que sucede desde su total independencia hasta su primera reproducción, a los 5-6 años de edad.

La colonia de buitre negro de la ZEPA Alto Lozoya se está estudiando de forma detallada desde el año 1997, y es posiblemente la mejor seguida y monitorizada de las colonias de buitre negro en España. Los trabajo de control y seguimiento de esta población han permitido conocer su evolución en detalle, aportando datos sobre su biología reproductiva, que han hecho posible la conservación de la especie, compatibilizando su conservación con el mantenimiento de actividades como la explotación maderera o el uso público en la zona.

Como parte del seguimiento anual de la colonia se realizan prospecciones periódicas del área incluida dentro de la ZEPA con el fin de localizar todas las plataformas de nidificación y controlar las ya conocidas de temporadas anteriores. El trabajo de campo se prolonga desde primeros de febrero hasta finales de septiembre, periodo que abarca desde las primeras puestas hasta el vuelo de los últimos pollos.

Sumado a este detallado seguimiento, y con el objetivo de abordar el estudio de otros parámetros poblacionales, se ha realizado también un importante esfuerzo en los trabajos de marcado de ejemplares, tanto de pollos como de adultos de la colonia.

El anillamiento de pollos en la colonia se inició en el año 1998; desde entonces hasta 2011 se han anillado 468 pollos, que han dado lugar a numerosos controles por buena parte de la Península Ibérica, aportando información sobre las causas de mortalidad, las tasas de supervivencia de las aves y su longevidad, o un conocimiento más detallado sobre las zonas de alimentación y dispersión de los diferentes ejemplares.

Como experiencia piloto, varios de los ejemplares adultos de la colonia fueron marcados con emisores GPS, conociendo así con detalle su actividad diaria. Estos emisores, a diferencia de los emisores terrestres, no precisan de un costoso equipo de personal en campo para seguir al ejemplar. Las localizaciones se descargan a través de Internet, y con cartografía y fotografía aérea se pueden estudiar sus áreas de campeo y alimentación, siendo tan solo necesario ir al campo puntualmente para obtener información concreta sobre las zonas que utiliza el ejemplar.

Como consecuencia de estos trabajos se han conseguido localizar numerosos ejemplares nacidos en la colonia de Rascafría en otros puntos de la Comunidad de Madrid, en Castilla y León, en Castilla-La Mancha, en Extremadura y en Andalucía occidental de forma mayoritaria, aunque también en Portugal, en los Pirineos, en La Rioja y en el País Vasco. De forma excepcional, uno de los ejemplares consiguió llegar hasta Francia, a más de 1.000 km al norte de la colonia, y otro hasta el África subsahariana, en Senegal, 3.200 km al sur.

Por otra par te, durante el anillamiento también se procede a la toma de los parámetros biométricos básicos de todas las aves marcadas y a la recolección de muestras biológicas, obteniendo datos esenciales como la proporción de sexos o el estado sanitario de la colonia.

Tanto la exploración clínica realizada sobre los ejemplares como los análisis de laboratorio han indicado, de forma general, un buen estado sanitario de los pollos y adultos. Estos datos se pueden considerar como valores normales para el buitre negro, y establecerse como rangos de referencia para el estudio de otras poblaciones o de ejemplares enfermos ingresados en centros de recuperación.

Artículo completo con fotografías (páginas de la revista) “Especies Protegidas: El buitre negro en el Parque Natural de Peñalara.”
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