Los bosques, protagonistas en Burgos en I Foro Global Territorios y Sostenibilidad.

Verónica Ramírez.
Ismael Muñoz.

En la semana forestal del 21 al 26 de marzo, Burgos acogió a más de 400 personas procedentes de 62 países diferentes. Los mayores expertos forestales, reunidos allí, convirtieron la ciudad durante esos días en el centro mundial de la gestión sostenible del territorio.
Tras diversos debates y temáticas, tres ideas resumen las conclusiones del evento: el desarrollo rural, la convergencia en modelos de gestión del territorio y la participación social son las claves de la gestión forestal sostenible del futuro.

El evento estuvo organizado por la Consejería de Medio Ambiente de la Junrta de Castilla y León, el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino y el Ministerio de Recursos Naturales de Canadá a través de la Red Internacional de Bosques Modelo.

El Foro Global Territorios y Sostenibilidad estuvo compuesto por dos grandes eventos principales: la primera parte, el I Simposio Internacional Enfoques Territoriales para la Sostenibilidad, se celebró el 22 y 23 de marzo en el Palacio de Congresos Atapuerca. En el mismo centro tuvo lugar el 25 y 26 el III Foro Global de Bosques Modelo, en la que participaron los miembros de la Red Internacional de Bosque Modelo.

Estructurado en cuatro temáticas principales, el simposio no se centró únicamente en gestión forestal, sino que el componente social y la participación de la población local en la gestión de sus territorios se consideró imprescindible para avanzar hacia la sostenibilidad. El ambiente multicultural, presente en las sesiones, grupos de trabajo y hasta en los pasillos, lo hizo evidente. No era una reunión técnica sin más, sino el diálogo entre 62 países con perspectivas muy diferentes: desde Costa Rica a Indonesia pasando por Marruecos, o desde Rusia a Argentina con parada en el Mediterráneo. En definitiva, múltiples perspectivas locales que compar ten problemas y necesidades similares.

El enfoque global lo puso la representación de las mayores instituciones internacionales. El simposio contó con la participación de Eduardo Rojas-Briales, director del departamento forestal de la FAO, y Jan McAlpine, directora del Foro de las Naciones Unidas para los Bosques (UNFF). En su discurso estuvo presente la situación actual de los bosques en el mundo, en el que, “a pesar de que el nivel de deforestación ha bajado, sigue siendo preocupante”, como indicó Rojas-Briales. Ambos recordaron que haría falta repoblar 1.500 millones de hectáreas para compensar la deforestación del último siglo. Eduardo Rojas-Briales hizo hincapié además en que “el rol de los bosques es clave para responder a los retos que se nos presentan”, como el cambio climático.

Y como ejemplo de gestión forestal sostenible, además de como modelo de cooperación internacional, se nombró una y otra vez la figura del bosque modelo. Marc Patry, experto forestal del Centro de Patrimonio Mundial de la UNESCO, expresó que en la UNESCO les parece muy interesante el concepto del bosque modelo, pues “mantiene la cobertura forestal del paisaje, y todo ello contribuye a la conservación de los espacios protegidos”. Lo mismo consideró José Joaquín Campos, Director General del CATIE (Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza, en Costa Rica), que añadió que “estamos viviendo tiempos desafiantes, una serie de crisis en la que estamos empezando a entender que hay que abordarlas de forma integral, y la cooperación internacional es necesaria. En ese sentido, la propuesta de bosque modelo lo cumple”.

Por su parte, Miguel Segur, secretario de la Red Mediterránea de Bosques Modelo (RMBM), insistió en que la cooperación al desarrollo es una estrategia muy importante para la gestión forestal sostenible y para la erradicación de la pobreza, y lo reflejó con dos cifras: el 80 por ciento de la pobreza en el mundo se encuentra en zonas forestales, y el 80 por ciento de la biodiversidad terrestre se encuentra en los bosques.

Enfoques Territoriales para la Sostenibilidad ha sido fruto de la coorganización entre la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, el Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino de España y la Secretaría de la Red Internacional de Bosques Modelo dependiente del Ministerio de Recursos Naturales de Canadá. Colaboraron también: la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), el Centro Internacional de Investigación Forestal (CIFOR), la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN), la Secretaría de la Convención para la Diversidad Biológica (CDB) y el Centro de Investigaciones para el Desarrollo Internacional (IDRC).

Las cuatro grandes áreas  en las que se estructuró el simposio fueron: bienes y servicios de los ecosistemas, inventario y seguimiento, gobernanza y participación y futuras direcciones.

“SERVICIOS DE LOS ECOSISTEMAS”.
Los bosques y ecosistemas ofrecen múltiples bienes y servicios, y estos deben constituirse como punto estratégico para prevenir la deforestación y adaptarse al cambio climático. El enfoque ecosistémico y a escala de paisaje, como forma de desarrollo en los tiempos de cambio que vivimos, fue el paradigma dominante en esta primera sesión del simposio.

Tim Christopherson, de la Convención sobre la Diversidad Biológica (CBD), presentó las ‘Metas de Aichi’ del Plan Estratégico 2011-2020 de la CBD, una serie de 20 objetivos de los cuales destacó algunos con relación directa a los bosques:
- Reducir a la mitad la deforestación, y en la medida de lo posible, llevarlo próximo a la deforestación cero.
- Gestionar todas las áreas forestales de forma sostenible.
- Conservar al menos el 17% de las áreas terrestres y aguas continentales.
- Restaurar al menos el 15% de los ecosistemas degradados.

Chistopherson explicó también una serie de puntos sobre lo que significa el enfoque ecosistémico, eje temático del simposio, Enfoques Territoriales para la Sostenibilidad: está basado en una elección social, tiene una gestión descentralizada, contempla las limitaciones del ecosistema y supone pensar a largo plazo. Además, el enfoque ecosistémico considera todo conocimiento relevante, incluyendo el conocimiento local e indígena, y trabaja de forma intersectorial, teniendo en cuenta los efectos sobre los otros ecosistemas y llevando a cabo el balance entre usos y conservación.

En ‘Bienes y Servicios de los Ecosistemas’ se destacaron asimismo las posibilidades que ofrece la estrategia de Naciones Unidas REDD+ para frenar la deforestación, sin dejar de lado el hecho de que las redes de colaboración, como la Red Internacional de Bosques Modelo, son las claves para el éxito en la adaptación al cambio climático.

Un ejemplo de adaptación fue expuesto por José González, profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Madrid. Con un estudio de caso sobre “Los servicios de los ecosistemas en paisajes culturales asociados a la trashumancia”, González mostró cómo la trashumancia es una forma adaptativa de gestión territorial en tiempos de cambio global.

Cruzando el Atlántico, los asistentes pudieron conocer más estudios de caso, como el de la gestión territorial en el Estado de Acre (Brasil), que tiene 164.000 km2 de superficie, y el 88 % de ella es forestal. El desarrollo sostenible en Acre ha sido posible gracias al uso de instrumentos de ordenación territorial que comprenden la gestión integral del territorio, y que han permitido la conservación y valoración de los bienes y servicios ecosistémicos como el agua, la fijación de carbono y la biodiversidad.

Jeff McNeely, consejero científico de la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN), continuó con la defensa de la valoración de los bienes y servicios que ofrecen los ecosistemas, con una visión integradora entre las infraestructuras humanas y las infraestructuras de la naturaleza, y una pregunta clave: “¿Pueden estas dos infraestructuras apoyarse mutuamente?”.

“Los servicios de los ecosistemas pueden ofrecer una vía productiva de progreso”, prosiguió el consejero de la UICN. La recuperación de la biodiversidad mejora la productividad del ecosistema y, a su vez, las regiones con mayor prioridad hacia la biodiversidad son las que tienen también un valor más alto de servicios del ecosistema. Esta cuestión, que también resume la filosofía general de esta sesión, fue complementado con datos globales: según McNelly “los servicios relacionados con el agua tienen un valor de unos siete billones de dólares -casi 5 billones de euros-. Otro ejemplo indica el coste de la deforestación: se pierden unos dos billones y medio de dólares al año en deforestación -cerca de 1,8 billones de euros-”, datos extraídos del Estudio Económico de Ecosistemas y Biodiversidad TEEB 2010.

Jeff McNeely hizo referencia a la crisis alimentaria como otro de los focos que hacen imprescindible un cambio en la gestión territorial: “Si se quiere alimentar a toda la población en un mundo en el que se prevén 9 mil millones de personas para 2040, es necesario un enfoque a escala de paisaje”. Por ello, existen una serie de principios que resumen los contenidos de la sesión del simposio, que pretenden hacer frente a este y otros retos de futuro:
1. Los paisajes diversos proveen múltiples servicios, mientras que los paisajes simplificados proveen sólo unos pocos.
2. Los beneficios de los ecosistemas a las personas pueden evaluarse a escala territorial (calidad del agua y del aire, energía hidroeléctrica, agricultura, ríos…).
3. Fortalecer los servicios de los ecosistemas dentro de la agricultura en la escala paisajística.
4. Ayudar a la población local a obtener beneficios de los servicios de los ecosistemas.
5. Mantener los ecosistemas adultos como paisajes críticos para la conservación de la biodiversidad.
6. Considerar los servicios de los ecosistemas como un conjunto, sin destacar ningún servicio dominante.
7. Aprovechar toda la tecnología disponible para mantener los servicios de los ecosistemas a escala de paisaje.

De esta forma, los principales retos de futuro son: la mejor cuantificación de los bienes y servicios de los ecosistemas y el uso del enfoque ecosistémico de la CBD como base de gestión de los recursos. A modo de inventario, también se plantea la evaluación y el seguimiento de los diferentes servicios, para finalmente establecer un pago por compensación, hecho sobre el balance entre costes y beneficios de los bienes y servicios del ecosistema.

SESIÓN 2. INVENTARIO U SEGUIMIENTO.
La parte más técnica del Simposio vino a través de los análisis sobre inventario y seguimiento del territorio. La primera intervención fue de Göran Stalh, de la Universidad de Ciencias Agrícolas de Suecia, que considera que “el árbol no es el punto central de  la gestión, sino la interrelación entre el bosque y sus habitantes”. Para Stalh el seguimiento de un territorio debe contener múltiples datos, como el uso tradicional del bosque, la gestión futura dentro de una planificación y a los propios usuarios del paisaje. La información contenida en un inventario debe tener en cuenta sus destinatarios: gobierno, partes interesadas, ONG, etc. Cada parámetro puede que necesite ser representado a una escala determinada, pero la información recopilada debe tener en cuenta a los interesados en ella.

Por otro lado, los países en desarrollo enseñaron sus progresos. Uno de ellos fue el proyecto NAFORMA (Monitorización y Evaluación de los Recursos Naturales Forestales) en Tanzania, promovido por la FAO y los gobiernos de Tanzania y de Finlandia. Nurdin Chamuya, coordinador del proyecto, destacó que a la hora de recopilar la información se han tenido en cuenta a los propietarios de cada tierra, e incluso a los líderes espirituales y a los ancianos del país.

SESIÓN 3 GOBERNANZA Y PARTICIPACIÓN.
La mañana del miércoles 23 la inauguraron los temas más sociales, centrados en la resolución de conflictos y la participación de todos los agentes interesados en la gestión territorial sostenible.

César Sabogal, del departamento forestal de la FAO, presentó una serie de conclusiones obtenidas a través de 87 estudios de caso en 39 países de tres regiones tropicales del mundo: África Central (2001-2003), Asia-Pacífico (2002-2005) y Latinoámerica  y Caribe (2008-2010).

En primer lugar, el reto de la gestión forestal sostenible (GFS) planteó el debate sobre qué es la GFS y lo que cada grupo interesado, a través de su propia experiencia, entiende como GFS. En ese punto y según la FAO, ya es difícil el consenso, lo cual supone un conflicto de base. A partir de ahí surgió la iniciativa En busca de la Excelencia (In search of Excellence), que pretendía reflejar un balance de casos negativos en bosques tropicales, así como destacar buenos ejemplos de gestión y los componentes que aportan calidad a la GFS.

Las principales conclusiones sobre el global de los territorios estudiados indican que la GFS se puede lograr y que ofrece usos de la tierra de gran competitividad. Otra indicación importante es que no existe un modelo único de GFS sino diferentes herramientas y prácticas que, adaptadas a situaciones específicas, consiguen alcanzar el objetivo.

También se considera esencial la participación pública en la gestión de los recursos naturales, confiriendo poder a las comunidades locales y promoviendo los valores de justicia y equidad en la toma de decisiones y la distribución de los beneficios. En las conclusiones de En busca de la Excelencia es imprescindible de igual forma el tener en cuenta el conocimiento y la experiencia de la población local e indígena.

Para tener éxito en gobernanza y participación se apuntan, por tanto, diferentes factores:
- Un marco institucional y legal, que recoja ley moderna con aspectos tradicionales.
- Una estructura organizativa y liderazgo, siempre manteniendo los aspectos identitarios.
- Objetivos de gestión globales para obtener beneficios locales.
- Una red de comunicación que permita tomar las decisiones de forma participativa.
- Asociaciones y colaboraciones estratégicas.

Por otro lado, en los casos de gobernanza destacó la figura del Bosque Modelo. Chimère Diaw, coordinador de la sesión y director de la Red Africana de Bosques Modelo, defiende esta forma de trabajo como la mejor experiencia para gestionar el desacuerdo, según las investigaciones y experiencias recogidas en Camerún y que están surgiendo en otros países africanos tropicales: “El conflicto fue el origen de los bosques modelo en Canadá, y está más presente de lo que creemos. Los bosques modelo ofrecen un marco de negociación de conflictos, de organización y de planificación participativa”, añadió Diaw.

SESION 4 FUTURAS DIRECCIONES.
Las visiones de futuro, expresadas en la última sesión, se resumen en una idea común: la gestión sostenible pasa por la integración de las necesidades medioambientales, económicas y sociales de un territorio.

La primera de las necesidades la expresó Stewart Maginnis, responsable del Programa de Conservación de los Bosques de la UICN. Consideró que el término landscape (paisaje) -una de las palabras que probablemente más se repitió en aquellos días en Burgos- no está claro y requiere ser bien definido: “los bosques son importantes pero deberíamos enfatizarlos menos, como por ejemplo en la figura del Bosque Modelo, la cual tiene un enfoque más amplio”, apuntó Maginnis.

José Joaquín Campos, de la Red Iberoamericana de Bosque Modelo y director del CATIE, dedicó sus palabras al enfoque participativo: “El Bosque Modelo fortalece los procesos de diálogo y acuerdo entre los diferentes actores. Hay que incidir en transformar las necesidades en acuerdos y acciones para afrontar los diferentes desafíos, y los actores deben apoderarse del proceso”.

También participó en este debate José Ángel Arranz, director general de Medio Natural de la Junta de Castilla y León, que defendió igualmente el enfoque participativo y local del Bosque Modelo para encontrar la solución a dos preguntas clave que se plantean: ¿cómo definir territorios extensos con objetivos comunes?, y ¿cómo articular todas las demandas de todos los actores inmersos? Para Arranz, la gobernanza requiere elementos fundamentales, como la información, la planificación y la financiación para poder generar “acciones”.

La transversalidad del medio ambiente es un concepto traído a colación como otra dirección de futuro, expresada como una oportunidad para conectar todas las actividades en el desarrollo del territorio. Los ponentes también consideraron importante trabajar en una estrategia para asegurar la sostenibilidad de los recursos financieros, que permitan dar continuidad al desarrollo de los Bosques Modelo.

PROTAGONISTAS.
- Eduardo rojas-Briale, subdirector general de la FAO y Director del departamento forestal de la FAO.
- Álvaro Picador, director del Foro Global Territorios y Sostenibilidad.
- Miguel Segur, secretario de la Red Mediterránea de Bosques Modelo (RMBM).
- Marc Patry, experto forestal del Centro de Patrimonio Mundial de la UNESCO.
- Jan McAlpine, directora del Foro de las Naciones Unidas para los Bosques (UNFF).
- Ronnie de Camino, subdirector general de CATIE (Centro Agrícola Tropical de Investigación de Enseñanza) y  presidente de la Red Iberoamericana de Bosques Modelo.
- José Jiménez, director general de Medio Natural y Política Forestal del MARM.
- Maria Jesús Ruiz, consejera de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León.

CONCLUSIONES.
Desarrollo rural, convergencia en modelos de gestión del territorio y participación social son las claves de la gestión forestal sostenible del futuro.

En el Año Internacional de los Bosques, más de 400 expertos internacionales en gestión forestal y del territorio han participado, del 21 al 26 de marzo en Burgos, en el Foro Global Territorios y Sostenibilidad.

Estas son las conclusiones principales del encuentro:

— Los bosques son fundamentales para la vida:
*de las personas que los habitan y aprovechan sus recursos (mil millones en todo el mundo) y de los que viven en ciudades y se benefician de sus servicios ambientales.
*de las especies animales y vegetales que los pueblan.
*por el enorme y valiosísimo material genético que albergan.
*por su valor ecosistémico, como un territorio complejo y diverso.

— Los bosques aportan productos renovables cuyo aprovechamiento permite la fijación de la población rural y su desarrollo. Pero, además, ofrecen servicios ambientales de los que se beneficia toda la sociedad, por ejemplo: son una herramienta básica en la lucha contra el cambio climático, conservan más del 70 % de la biodiversidad terrestre, evitan la erosión de la tierra fértil y son fundamentales en la producción de agua, entre otras cualidades.

— La gestión forestal pasa por un aprovechamiento sostenible de los bosques, por el mantenimiento de las poblaciones más directamente ligadas a ellos, por la conservación de sus valores naturales y por el pago de los servicios ambientales que prestan.

— Es imprescindible un marco legislativo que establezca los límites, los objetivos y las herramientas que nos ayuden a alcanzar la gestión sostenible del territorio. Sin embargo, estas leyes y planes no son suficientes para lograrlo si no cuentan con el conocimiento y respaldo de la población. Es necesario añadir a estas leyes modelos voluntarios y participativos de gestión del territorio como, por ejemplo, los Bosques Modelo. El futuro de la gestión sostenible de nuestros territorios pasa por modelos sociales participativos en los que las comunidades locales sean los actores principales como vertebradotes del territorio.

— En la actualidad conviven distintos enfoques de gestión territorial: Bosques Modelo, Reservas de Biosfera, distintos
modelos de espacios naturales protegidos… Todos ellos trabajan por alcanzar la meta de la gestión sostenible del territorio, aunque de forma diferente. Es preciso una convergencia entre todos ellos, de forma que se reconozcan, incorporen a sus respectivos modelos de gestión las ventajas y sus respectivos puntos fuertes.

— Graves problemas globales como la crisis alimentaria o el cambio climático hacen imprescindible una mirada global al territorio, con una producción de calidad orientada a los mercados, a la vez que se reconoce el valor de los servicios ambientales sin distorsionar los mercados internacionales y con ello las opciones de futuro de los países en vías de desarrollo.

— Es imprescindible hacer un esfuerzo en comunicación para que toda la sociedad, la rural y la urbana, sea consciente de la importancia de establecer un nuevo marco de gobernanza que cohesione el territorio y que entienda el paisaje como la base donde se dan simultáneamente valores naturales, una presencia social estable y vertebrada y la
imprescindible viabilidad económica. Y en este territorio los bosques juegan un papelfundamental.

— Para impulsar los avances en la gestión sostenible del territorio, es imprescindible que las actuaciones comiencen inmediatamente, sin esperar a disponer de las soluciones teóricas completas. Por ello la Red Internacional de Bosques Modelo compromete para el periodo 2011-2014 la realización de actuaciones concretas de alcance global en los terrenos de:
*el cambio climático: la medición de las contribuciones de los bosques a su mitigación y la valoración de las mismas por las sociedades.
*la valorización de los bienes y servicios de los ecosistemas, de forma que contribuyan a la sostenibilidad de las comunidades forestales.
*la gestión del conocimiento existente en los territorios para que, aunado con la mejor ciencia disponible, contribuya al mejor progreso en los dos campos anteriores.

Artículo completo con fotografías (páginas de la revista) “Noticias forestales: Los bosques, protagonistas en Burgos en I Foro Global Territorios y Sostenibilidad.”
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