INTRODUCCIÓN.
En numerosas ocasiones, durante las visitas a viveros, no resulta extraño observar anomalías en el crecimiento de acículas en plántulas de Pinus halepensis Miller. Esta extraña sintomatología se traduce principalmente en la deformación de yemas terminales, malformaciones en el desarrollo de las acículas, muerte del ápice terminal e incluso muerte de la planta durante su traslado al campo.
La existencia de estas deformaciones aparece de forma puntual y dispersa; no obstante, constituye un serio problema, ya que obliga a rechazar muchos lotes de plantas para las repoblaciones según lo establecido en la legislación vigente.
Algunos de estos daños han sido explicados por la presencia de parásitos y patógenos como Zyginidia scutellaris Herrich-Schafer y Sirococcus conigenus Cannon & Minter, entre otros. Ahora bien, existen ciertas alteraciones que difícilmente pueden ser asociadas a la presencia de patógenos, por lo que se plantea la posibilidad de que sean causadas por factores abióticos.
En la bibliografía científica consultada queda justificada la presencia de irregularidades en el crecimiento de plantas de pino inducidas por desórdenes nutricionales (RATIO, 1977) y por deficiencias micronutricionales, incluso en plantas adultas (PARDOS, 1965).

Acículas pegadas (Ac. Pg) (Foto: E. Martín Bernal).

Acículas pegadas (Ac. Pg) (Foto: E. Martín Bernal).

Yemas terminales acogolladas por falta de Zinc (Yt.Ac.Z.) (Foto: E. Martín Bernal).

Yemas terminales acogolladas por falta de Zinc (Yt.Ac.Z.) (Foto: E. Martín Bernal).

Brotación de yemas basilares, formación en glomérulo (B.Ac) (Foto: E. Martín Bernal).

Brotación de yemas basilares, formación en glomérulo (B.Ac) (Foto: E. Martín Bernal).

OBJETIVOS.

Se basaron en poder determinar las incidencias de diferentes carencias micronutricionales en plántulas de Pinus halepensis que pudiesen ocasionar las alteraciones en la forma de sus acículas, alejándolas del normal desarrollo de la especie.

METODOLOGÍA.
En un primer momento se realizó una prospección en varios viveros para estudiar y cuantificar la intensidad y evolución de los daños. En estas visitas periódicas quedó patente la confusión en la descripción de la sintomatología, ya que la gran mayoría de alteraciones sobre las acículas tenían un aspecto similar. Por este motivo, y para conseguir un criterio unificado en la estimación de daños, se elaboró un glosario, en el que se incluyen los siguientes términos: acículas dobladas (A. Ac), acículas pegadas (A.Pg.), acículas ganchudas (A.Gn), acículas acortadas y aplastadas (A.Cr), yemas terminales acogolladas por falta de Zinc (Yt. Ac.Z), yemas terminales acogolladas por falta de Boro (Yt. Ac. B), brotación masiva de yemas basilares, glomérulos (B.Ac), pérdida de dominancia apical (D.Ap), yemas terminales necrosadas (Yt. N), acículas violáceas (A.V) y coloración amarillenta (C.Am).
Con el objeto de poder confirmar la implicación de los micronutrientes en las deformaciones de las acículas de los pinos, se recogieron muestras representativas para su posterior análisis en laboratorio. Las pruebas que se realizaron fueron la medida de la concentración de elementos químicos sobre acículas de la base y apicales y análisis foliares para la determinación de niveles nutricionales.
En ambos análisis no se obtienen diferencias significativas en los resultados obtenidos para las plantas sanas y las dañadas, por lo que se decide profundizar en el efecto de una mala nutrición mineral sobre la morfología de plántulas de P. halepensis.
Para demostrar la implicación de los micronutrientes en la deformación de las acículas de pino carrasco se diseñó un experimento consistente en el cultivo de tales plantas sobre substrato inerte, aportando los nutrientes necesarios mediante disolución Half-Rorison (HENDRY & GRIME, 1979). El empleo de este sistema de fertilización permite la retirada selectiva de los siguientes micronutrientes: boro, cobre, hierro, manganeso y zinc.
Se diseñó un ensayo ubicando las bandejas de pinos formando grupos de 300 plantas (cada uno, corresponde a la deficiencia en uno de los micronutrientes) y un grupo de control con 500 plantas.

RESULTADOS.
Las disoluciones “madres” de los distintos nutrientes se aplicaron siguiendo un protocolo de riego semanal desde el inicio del ensayo para inducir la germinación hasta dos meses después de la nascencia.
Con el fin de evaluar el índice de daño, tanto cuantitativamente como cualitativamente, se llevó un seguimiento visual de la planta reflejando la evolución de los mismos en la tabla 1 (ver pdf del artículo).
De estos datos se desprende la clara vinculación de deformaciones específicas con la carencia de un elemento concreto. Es reseñable la ausencia casi total de síntomas en las plantas utilizadas como control. Teniendo en cuenta todo lo expuesto, podemos concluir lo siguiente:
- Las plantas de Pinus halepensis analizadas presentan un contenido excesivo de nitrógeno.
- Existe una excesiva acumulación de calcio, zinc y hierro y un bajo nivel de fósforo en todos los pinos analizados en ambos viveros.
- Resulta sorprendente el bajo contenido en boro y manganeso registrado en los pinos. La deficiencia de estos micronutrientes podría explicar las deformaciones encontradas.
- La basicidad del medio provoca un bloqueo en la disponibilidad de ciertos compuestos como el fósforo, manganeso y boro, pese a su presencia en el mismo.
- Los análisis foliares nos confirmaron la inducción de las carencias en cada uno de los ensayos, desde el momento en que a las concentraciones finales alcanzadas en cada uno de los ensayos se sitúan por debajo de los niveles de las plantas control.

 CONCLUSIONES.

Se han identificado síntomas en plantas de vivero que concuerdan claramente con los aparecidos en aquellas sometidas artificialmente a carencias en zinc y manganeso.
Según la bibliografía consultada, la basicidad del medio provoca el bloqueo de dichos elementos, así como del fósforo. El exceso de carbonatos cálcicos en el agua de riego provoca un aumento de calcio dentro de la planta, lo que provocaría situaciones de deficiencia.
Se ha conseguido cultivar planta libre de síntomas en vivero, con iguales condiciones ambientales y culturales que el resto de la planta seriamente afectada por el fenómeno. Estas plantas sin ningún tipo de síntomas estuvieron cultivadas en substratos modificados con pH ácidos y habían sido regadas con agua osmotizada y acidulada. La modificación del substrato o del agua de riego utilizada generó resultados positivos.

 

* La Dirección Científica de este ensayo ha sido llevada a cabo por el Dr. Eustaquio Gil Pelegrín, de la Unidad de Recursos Foretales del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria del Gobiern de Aragón.
Enrique Martín Bernal, Ing. Técnico Forestal, Dpto. Medio Ambiente. Gobierno de Aragón.
Nieves Ibarra Ibáñez, Ingeniera de Montes, Unidad de la Salud de los Bosques, Dpto. Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Gobierno de Aragón.

FICHA Nº29 Deformación de acículas de Pinus halepensis en plantas de vivero debida a deficiencias nutricionales.
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