DESCRIPCIÓN.
Gelechia senticetella (Stgr.) es un Lepidóptero de a la familia Gelechiidae. cuya oruga se alimenta con vorac¡dad de las hojas de plantas pertenecienes a la familia Cupressaceae.
En Aragón, los mayores niveles poblacionales se han localizado sobre Juniperus phoenicea, J. oxycedrus y, principalmente, J. thurifera, ocasionando defoliaciones graves.
Los adultos son unas mariposas de color pardo-oscuro. Las alas son estrechas -tienen una envergadura de aproximadamente 12 mm- y presentan unos trazos negros irregulares: las alas posteriore son grisácea.
Las orugas son de color verde, con la cápsula cefálica de color marrón. En el último estadio puede alcanzar 9 mm de longitud. Presentan un marcado mimetismo con las ramillas escamosas de las sabinas, lo que dificulta su detección.
Una vez completado su desarrollo larvario crisalidan enterradas ligeramente en el suelo y protegidas por el mantillo que rodea el pie del árbol. Las crisálidas son de color verde oscuro, castaño en la zona del abdomen.
Estas orugas se han criado en laboratorio para determinar su ciclo biológico y, en este caso, las crisálidas aparecen encerradas en un capullo de seda. No obstante, este hecho no se ha detectado en las observaciones de campo, donde aparece la crisálida obtecta o enfundada (con las antenas, patas y alas soldadas al cuerpo) pero sin capullo protector.
CICLO BIOLÓGICO.
Este lepidóptero completa su ciclo biológico con una única generación anual. Las mariposas emergen durante los primeros días de agosto y su vuelo concluye en los últimos días del mismo mes. Son de costumbres nocturnas y presentan una tendencia a la luz que se aprovecha para su captura.
Una vez realizada la cópula, las hembras depositan los huevos durante el mes citado.
Las primeras orugas aparecen en el mes de septiembre y rápidamente se introducen en el interior de las ramillas de las sabinas para alimentarse de la zona central. Esta actividad como minadoras foliares continúa hasta el mes de enero, momento en el que, durante los días más cálidos, salen al exterior. Es entonces cuando comienzan a construir una especie de refugio que las protege, mediante la unión de las hojas escuamiformes típicas de las sabinas con sedas que ellas mismas segregan. Posteriormente reanudan su labor minadora, realizando galerías en el interior del refugio. En situaciones con alta presencia de este insecto, el tamaño de estos refugios aumenta considerablemente, hasta adquirir el mismo aspecto que los bolsones característicos de otros lepidópteros.
La fase de crisalidación tiene lugar en el suelo, entre la hojarasca, desde el mes de mayo hasta el mes de agosto. En este estado permanecen durante las altas temperaturas del verano, y en el mes de septiembre emergen nuevamen te las mariposas dejando el exuvio bien visible. En zonas donde existe una elevada presencia de este insecto. las crisálidas pueden observarse ligeramente enterradas cerca de la base del tronco.
DAÑOS.
En Aragón, Gelechia senticetella está ampliamente distribuida en las masas naturales de Juniperus. Las larvas se alimentan de las hojas ocasionando defoliaciones totales o parciales en periodos cíclicos. En casos de repetición de los ataques durante varios años seguidos, la situación fitosanitaria de los hospedantes se ve perjudicada.
La alimentación de las larvas origina dos tipos de daños según su comportamiento y época: minador y defoliadoro. Durante los primeros estadios, las pequeñas larvas realizan un agujero en las hojas de las sabinas, donde se introducen y efectúan na galería interna. Esto provoca la decoloración de las hojas, que adquieren tonalidades marrones, inicialmen e en la zona ápical. Esta sintomatología se puede observar a partir del mes de septiembre durante todos los meses de otoño e invierno.
A mediados de invierno. las orugas de los últimos estadios abandonan ese comportamiento minador y comienzan a alimentarse mordisqueando directamente las hojas. Esto origina un cambio en la tonalidad de las mismas, que viran a marrones, y la seca de los ramillos, lo que produce la aparición de manchas marrón-rojizas salpicadas en la copa del árbol.
En caso de graves infestaciones, los árboles aparecen con amplias zonas defoliadas y de color marrón en la copa y con abundante seda uniendo las hojas. El segundo año que se repite el ataque, los brotes inicialmente defoliados aparecen con lesiones y mutilaciones, que se agravan si las condiciones no son las óptimas para el desarrollo del vegetal. El ataque de este insecto ocasiona la pérdida de vigor del árbol hospedante, haciéndolo más susceptible al posterior ataque de otros patógenos.
MÉTODOS DE CONTROL Y TRATAMIENTO. Los parásitos y predadores de este lepidóptero mantienen su población en unos niveles acordes con el correcto funcionamiento de las plantas hospedantes. Existen numerosas especies que parasitan las larvas impidiéndoles realizar la pupación; de la misma manera, una gran proporción de las crisálidas encontradas aparecen parasitadas. La lucha química como método de control de Gelechia senticetella únicamente es aconsejable en el caso de zonas con ataques fuertes, donde se compruebe un elevado nivel poblacional, y fundamentalmente en zonas de uso recreativo o jardines, donde puede ocasionar molestias a los usuarios. El tratamiento debe realizarse en primavera, en fase de periodo vegetativo del árbol hospedante y coincidiendo con el último estadio de las larvas, antes de la crisalidación. El producto utilizado debe estar inscrito en el Registro Oficial de Productores Fitosanitarios del MAPA para el tratamiento de este lepidóptero, sobre la especie determinada y prestando especial atención al lugar donde se encuentra la planta ubicada. |
Enrique Martín Bernal, Ing. Técnico Forestal, Dpto. Medio Ambiente. Gobierno de Aragón.
Nieves Ibarra Ibáñez, Ingeniera de Montes, Unidad de la Salud de los Bosques, Dpto. Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Gobierno de Aragón.
FICHA Nº27 Gelechia senticetella STAUDINGER: oruga defoliadora de sabinas. |