Aunque del antiguo convento de San Marcos destaca ante todo su fachada y la  monumentalidad de esta obra renacenti sta, su interior recoge una clara debilidad por el empleo de la madera , casi siempre noble , en la decoración.

El claustro superior está adornado por un selecto repertorio de muebles de la época, sillas, armarios, mesas, bancos , arcones, etc. Estos muebles no gozan de un estilo único y definido, y parece muy claro que su inclusión en el claustro obedece a razones meramente estéticas. Al parecer, los muebles se fueron adquiriendo con el paso del tiempo. No se diseñaron pensando en este claustro como destino final, pero su distribución en el mismo resulta, a pesar de todo , acertada.

Un nivel más alto en la escala de dificultad como en el valor de la obra se aprecia en el artesonado de la sal capitular, en donde la madera se presenta a modo de filigrana sin policromar con una riquez a y vistosidad notables. El artesonado se apoya en la estructura, pareja a la del resto del monumento, realizada a partir de frondosas de alto coeficiente de resistencia.

Pero tal vez la obra culmen es la sillería del coro, en la iglesia de San Marcos, anexa al antiguo convento del mismo nombre, hoy convertido en parador de turismo.

Si e l convento inicia su construcción hacia 1515 , los sitia les comenzaron a tallarse doce años más tarde. La madera empleada en todo el trabajo es nogal (Junglans regia L.), sin
policromar, basando toda su fuerza decorativa en el alto relieve. La obra en la que participaron entre otros Guillermo Doncel, fue dirigida por Juan de Juni, lo que se refleja en una reseña grabada en el mismo coro. La obra sufrió diferentes avatares que pusieron en peligro su unidad estructural, ya que diferencias en cambios térmicos e higrófilos marcaron el inicio de ciertos defectos en la madera, que afortunadamente no alcanzaron dimensiones importantes. El material fue consolidado mediante una adecuada restauración en 1996.

Se trata de dos sitiales con posibilidad de albergar hasta 90 frailes, con un diseño que permite establecer jerarquías de uso. En los sitiales altos figuran los apóstoles, santos y padres de la iglesia, distribuidos en la zona frontal y en el lateral izquierdo, mientras que las representaciones de santas, siguiendo cánones de la época, se destacan en el lateral derecho, al menos en gran parte del mismo. De las dos sillerías, la inferior se abrió con espacio para 41 sitiales, mientras que el piso superior presenta 49 sillas con tableros esculpidos. En la sillería del piso inferior, la decoración con armaduras en el medallón deja entrever la evocación romana, típicamente renacentista . En la parte superior, se observa la introducción al barroco en el trabajo de los paños, algo que se corrobora en la diferencia de trabajo de los artesonados de cada piso, con mayor deta lle y ornamentación en e l superior.

El empleo de madera de nogal en este periodo no resulta ninguna novedad. A la importancia de las nocedas, incluso en el entorno de León, se suman las facilidades de trabajo y su resistencia a ciertas oscilaciones en las condiciones climáticas. Esto sugiere su empleo que queda sobradamente compensado, además por una terminación sobria y rígida, muy en consonancia con la monumentalidad tanto de la iglesia como del convento a l que se accede directamente desde el lugar del coro.

A. Códoba, Restauradora de Obras de Arte.
T. Abbad, Dirección Gral. de Conservación de la Naturaleza.

FICHA: Los sitiales del Coro de San Marcos (León).
Comparte:
  • Print
  • Digg
  • del.icio.us
  • Facebook
  • Mixx
  • Google Bookmarks
  • email
  • MySpace
  • PDF
  • RSS
  • Twitter
  • LinkedIn