DSíntomas de la enfermedad sobre Platanus sp. (Foto: Miguel Cambra Álvarez).

Síntomas de la enfermedad sobre Platanus sp. (Foto: Miguel Cambra Álvarez).

DESCRIPCIÓN.
Ap¡ognomonia veneta
(Sacc. & Speg) Hönel (anamorfo: Discula plarant) es el hongo fitopatógeno causante de la enfermedad comúnmente conocida como antracnosis.
Este hongo forma parte del complejo de especies de Apiognomonia errabunda y describe una de las formas que afecta a plantas del género Platanus. Se encuentra ampliamente distribuido por el hemisferio norte, siendo el denominado plátano de sombra (Platanus x hispanica) la especie más susceptible a desarrollar la enfermedad, y la especie de origen euroasiático P. orientalis, la más resistente.
En España, durante los últimos años, se ha observado una expansión de la enfermedad favorecida por la existencia de unas óptimas condiciones climáticas para el desarrollo del hongo, así como por la eliminación de las podas severas que se realizaban a este tipo de especies forestales.
El principal daño lo provoca sobre las hojas y ramillos jóvenes, dando lugar a una defoliación que se traduce en una disminución del crecimiento así como una importante depreciación del valor estético de los árboles afectados. Los árboles muy dañados terminan por morir de forma lenta, transcurridos cuatro o cincos años desde el inicio de la enfermedad.

CICLO BIOLÓGICO.
Apiognomonia veneta es un hongo ascomiceto perteneciente a la familia Valsaceae (Orden Diaporthales).

Necrosis parda característica a lo largo de las nerviaciones (Foto: E. Martín Bernal).

Necrosis parda característica a lo largo de las nerviaciones (Foto: E. Martín Bernal).

En la fase asexual produce unos cuerpos de fructificación, en forma de pequeños acérvulos de color claro, que aparecen dispersos junto a las nervaduras sobre el envés de las hojas y en la corteza de los ramillos. En condiciones óptimas de humedad y temperatura, liberan al exterior gran cantidad de esporas o conidios de forma elipsoide, hialinos, unicelulares, con unas medidas aproximadas 11 x 5 micras, con el ápice obtuso y la base algo truncada. Estos conidios se transmiten mediante el contacto entre ramas de árboles enfermos y sanos, jugando un papel especial su dispersión a partir de las salpicaduras de gotas de agua, bien sea de lluvia o de riego. Estas esporas alcanzan los tejidos de los árboles sanos a través de heridas o aberturas naturales y germinan cuando las condiciones climáticas son adecuadas.
Durante la fase perfecta o sexual, que coincide con el invierno, el hongo desarrolla peritecas oscuras con cuello largo y ostioladas sobre las hojas muertas caídas en el suelo y la corteza de ramillos. En su interior se desarrollan ascosparas hialinas y bicelulares.
El hongo puede permanecer largas fases de latencia antes de su desarrollo, en forma de micelio o peritecios en las partes necrosadas del árbol y sobre las hojas caídas. Estos órganos sexuales producen las ascosporas, que son las responsables de la infección primaria de árboles sanos. Esto sucede generalmente a comienzos de la primavera, cuando coinciden unas óptimas condiciones de temperatura y humedad; es decir, lluvias frecuentes acompañadas de temperaturas relativamente bajas.

Chancro formado por el hongo sobre un ramillo (Foto: E. Martín Bernal).

Detalle de los picnidios (Foto: Miguel Cambra Álvarez).

DAÑOS.
La enfermedad provocada por apiognomonia veneta afecta a la parte aérea de los plátanos de sombra, principalmente a los órganos jóvenes; yemas, hojas, ramillos y brotes del año.
El hongo invade la superficie foliar, apareciendo unas manchas necróticas que se propagan por las nerviaciones hasta alcanzar el pecíolo, causando la atrofia de la hoja y posteriormente su caída. La enfermedad provoca una importante defoliación en los meses de mayo y junio, dependiendo su intensidad de la gravedad del ataque del hongo.
Sobre las yemas se originan unos chancros oscuros durante la primavera que provocan la seca de estos tejidos antes del desborre. Igualmente se forman chancros en la base de los ramillos, provocando una necrosis en la zona superior al chancro, con la consiguiente desecación de ramas jóvenes enteras.
Estos daños provocan una depreciación estética notable de los pies afectados, siendo este hecho importante por el uso extendido de esta especie como árbol de sombra en parques, jardines y avenidas.
El hongo permanece en estado de latencia en forma de micelio sobre la superficie de la corteza y las hojas.


MÉTODOS DE CONTROL Y TRATAMIENTO.

Los métodos de control para la lucha contra esta enfermedad resultan complicados, ya que la germinación de los conidios se puede realizar en cualquier época del año en que se den las condiciones apropiadas. Por esta razón, es conveniente la combinación de medidas preventivas junto con la realización, en caso necesario, de tratamientos químicos.
Una vez diagnosticada la enfermedad es conveniente la realización de tratamientos culturales preventivos que disminuyan la propagación del hongo. Para ello, realizaremos una poda no agresiva de las zonas afectadas, limitando, de esta manera, la concentración de inóculo existente. Es importante proceder a una cuidadosa desinfección de las herramientas de poda, ya que pueden constituir un importante vector transmisor del hongo. También se recomienda la recogida y posterior quema de las hojas y ramas acumuladas en el suelo, donde se almacena la facies perfecta del hongo.
Como se trata de un género muy plástico y resistente a la contaminación atmosférica, es muy utilizado como planta ornamental en parques, jardines y calles de la mayoría de nuestras ciudades. La presencia de esta enfermedad provoca una disminución importante de su valor estético, por lo que en caso de graves ataques es necesaria la combinación de los tratamientos preventivos anteriormente descritos con la realización de tratamientos químicos. Los productos químicos recomendados son fungicidas foliares sistémicos, siendo el momento más adecuado de aplicación tras el desborre del árbol en la primavera. El tratamiento puede repetirse en varias ocasiones y transcurridos varios días, hasta que las condiciones climáticas no sean favorables para el desarrollo del hongo.
En el caso de viveros con fines ornamentales, se recomienda la realización de tratamientos sistemáticos y programas de fertillzación (teniendo en cuenta que un exceso de nitrógeno favorece el desarrollo del hongo), además de’la eliminación y quema de los ejemplares afectados.

Enrique Martín Bernal, Ing. Téc Forestal, D.G.A.-Unidad Sanidad Forestal. Zaragoza.
Nieves Ibarra Ibáñez, Ingeniera de Montes, Unidad de la Salud de los Bosques, Dpto. Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Gobierno de Aragón.

FICHA Nº23 Apiognomonia veneta: antracnosis del plátano de sombra.
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