Detalle de los picnidios (Foto: Miguel Cambra Álvarez).

Detalle de los picnidios (Foto: Miguel Cambra Álvarez).

DESCRIPCIÓN.
Sirococcus conigenus Cannon & VMinter (Sin: S. strobilinus Preuss) es un hongo que causa daños muy intensos en la brotaci6n de más de 20 especies de coníferas en Norteamérica, Europa y Asia.
Desde el comienzo de la primavera de 2004 se han venido observando ataques muy intensos de Sirococcus conigenus en los pinares de carrasco, repoblaciones y monte natural de la Comunidad Autónoma de Arag6n. Este hecho parece ser debido a la coincidencia de ciertas condiciones climáticas, como son: bajas temperaturas y fuertes precipitaciones acompañadas de periodos intensos de nieblas durante la etapa de brotación de los árboles.
El hecho de ser un hongo de conocimiento reciente y no muy difundido entre el personal encargado de la gestión de nuestros montes ha dificultado un diagnóstico rápido de la enfermedad, lo que ha favorecido la expansión de la misma por nuestros pinares.

CICLO BIOLÓGICO.

Sirococcus conigenus es un hongo que pertenece a la clase de los Coelomycetes (Deuteromycotina).

Característica torsión del braquiblasto en forma de bandera (Foto: E. Martín Bernal).

Característica torsión del braquiblasto en forma de bandera (Foto: E. Martín Bernal).

Los cuerpos de fructificación que produce este hongo son picnidios, cuerpos esféricos de color pardo negruzco con un diámetro aproximado de 500 micras y que carecen de ostiolo. Estos cuerpos pustulares permanecen durante el invierno dispersos en el tejido vegetal muerto de brotes, aciculas y escamas de conos de árboles infectados. En primavera, con condiciones favorables de humedad y temperatura, liberan al exterior gran cantidad de conidios, que son hialinos, con un único septa y unas mediadas aproximadas de 12-15 x 2,5-3 micras. Estos conidios son transmitidos a los pinos más cercanos por el viento y, principalmente, a través de las salpicaduras de las gotas de lluvia.
La infección de árboles sanos se ve beneficiada por la existencia de condiciones climáticas favorables al desarrollo del hongo, así como por la presencia de árboles debilitados por la existencia de hongos, insectos o desequilibrios alimenticios debidos a carencias micronutricionales.

 

Característica torsión del braquiblasto en forma de bandera (Foto: E. Martín Bernal).

Característica torsión del braquiblasto en forma de bandera (Foto: E. Martín Bernal).

DAÑOS.
La enfermedad conocida como “soflamado” provocada por Sirococcus conigenus se inicia en la base de las aciculas, donde aparece una pequeña lesión de color violáceo acompañada de pequeñas gotas de resina.
Los macroblastos presentan en un primer momento una coloración violácea con pérdida de turgencia que puede desencadenar en el cese del desarrollo del brote y la decoloración de las acículas. Se produce una torsión del macroblasto, que adopta una forma típica de “cayado”, con las acículas secas y pardo-rojizas. El daño se generaliza por toda la copa.
Los braquiblastos, o yemas de brote corto, adquieren una forma muy peculiar de “bandera”, con las acículas secas prendidas mirando hacia el suelo. El daño se ubica en el tercio inferior de la copa, que en el caso de ataques fuertes se propaga por la totalidad de la misma.
En el monte, los primeros síntomas que se pueden detectar son la presencia de grupos de acículas secas a comienzos de verano y el daño en la parte inferior de la copa.
En el caso de plántulas jóvenes en viveros o repoblaciones se produce un decaimiento y, finalmente, muerte de yemas terminales, que suelen adquirir un color violáceo antes de secarse completamente. Las plantas permanecen erguidas y las yemas muertas pueden desprenderse y caer al suelo o bien quedar totalmente dobladas y secas en el extremo de las plantas. Las yemas laterales pueden manifestar la misma sintomatología.
Aunque en nuestros viveros no se ha observado, en EE.UU. y Canadá se han descrito sobre otras especies de pino unas lesiones en el tallo producidas por Sirococcus conigenus. Esta lesión, de color violáceo, puede cicatrizar y dejar sólo una pequeña marca en el tallo o puede rodearlo completamente, generando zonas frágiles por las que pueden partirse las plantas. La cicatrización de estas lesiones puede provocar un crecimiento deforme en los tallos.
Las infecciones resultan especialmente graves en las plantas jóvenes de los viveros y el regenerado natural, quedando el daño en los árboles grandes normalmente limitados a las ramas más bajas.

Síntomas de la enfermedad sobre Pinus halepensis (Foto: E. Martín Bernal).

Síntomas de la enfermedad sobre Pinus halepensis (Foto: E. Martín Bernal).


MÉTODOS DE CONTROL Y TRATAMIENTO.

En la lucha contra enfermedades fúngicas en especies vegetales resulta conveniente recurrir a tratamientos preventivos orientados a impedir la infestación de plantas sanas. Siguiendo esta línea de control, debemos destruir los árboles afectados por la enfermedad, ya que de esta manera conseguimos eliminar una parte importante del inóculo.

Por otra parte, se debe extremar la precaución en la comercialización de semilla, pues se ha comprobado la transmisión de la enfermedad a través de esta vía. Así mismo, se realizarán inspecciones periódicas exhaustivas en los viveros destinados a la obtención de planta para repoblación para impedir la transmisión del hongo a zonas no afectadas.

En el caso de ataques intensos se puede realizar un tratamiento consistente en la aplicación de un fungicida como Clortalonil a la dosis de 300 gr/100 l de agua. Generalmente dos aplicaciones pueden controlar el avance de la enfermedad; un primer tratamiento en primavera, y transcurridas tres o cuatro semanas se repite la aplicación. En caso de que las condiciones favorables para el desarrollo de la enfermedad continúen, se puede realizar un tercer tratamiento.

Resulta importante revisar el calendario de abonado, ya que un exceso de nitrógeno durante la época vegetativa de los árboles provoca un mayor desarrollo del hongo.

Enrique Martín Bernal, Ing. Téc Forestal, D.G.A.-Unidad Sanidad Forestal. Zaragoza.
Nieves Ibarra Ibáñez, Ingeniera de Montes, Unidad de la Salud de los Bosques, Dpto. Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente, Gobierno de Aragón.

FICHA Nº22 Sirococcus conigenus (Cannon & Minter); Enfermedad de los pinos.
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