FSC, el sello que garantiza el futuro de los bosques.
M.ª José Fernández-Caballero, Directora Ejecutiva FSC-España.
Forest Stewardship Council (FSC) es una organización no gubernamental, independiente y sin ánimo de lucro, con sede en Bonn, Alemania. Fue fundada en 1993, con la misión de promover una gestión forestal ambientalmente responsable, socialmente beneficiosa y económicamente viable en los bosques de todo el mundo, a través de su propio sistema de certificación forestal.
Después de más de 17 años de trabajo, FSC ha sido capaz de promover la certificación de más de 134 millones de hectáreas de bosque y plantaciones en 81 países, contar con más de 19.030 empresas de transformación certificadas y establecer oficinas nacionales en más de 50 países.
En el contexto de desarrollo rural, la certificación FSC se presenta como una herramienta de gran utilidad para mejorar la gestión y asegurar la conservación de los montes, así como dar un valor agregado y facilitar el acceso al mercado de los productos forestales. En este sentido, existe una amplia demanda de productos certificados FSC, sobre todo en Europa y en Estados Unidos, motivada por una conciencia creciente del consumidor hacia asuntos ambientales y sociales.
Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer. Los principales retos para el futuro del sistema FSC son:
- Promover la certificación de los pequeños propietarios y de los montes de baja intensidad de gestión. Desde su creación, FSC ha tratado de buscar estrategias para garantizar la equidad y la falta de discriminación en los procesos de certificación. Sin embargo, para los gestores y propietarios de pequeñas superficies forestales y de montes con intensidad de gestión baja sigue siendo difícil acceder a la certificación FS y hacer frente a todos los costes del proceso. Este problema empezó a hacerse evidente ya desde el principio del establecimiento del sistema: en el año 1999, de los 15 millones de hectáreas certificadas por FSC, sólo el 1% correspondía a montes privados y de pequeña superficie.
El primer mecanismo creado para facilitar la certificación de los pequeños productores fue la Certificación de Grupo, surgida en 1998, que permite a las unidades de gestión forestal organizarse colectivamente para obtener el certificado FSC.
Tratando de buscar soluciones adicionales al problema de los pequeños propietarios, FSC ha puesto en marcha la iniciativa “Aumentando el Acceso a la Certificación FSC para los Bosques Gestionados a Pequeña Escala y de Baja Intensidad”, conocida como iniciativa SLIMF (Small and Low Intensive Managed Forests). El objetivo de este proyecto es hallar y poner en práctica soluciones a las barreras que enfrentan las operaciones forestales pequeñas y de baja intensidad para tener acceso y conservar la certificación forestal de FSC.
En España, tras abrir oficina en Galicia, FSC ha impulsado un proyecto en este sentido para acercar la certificación forestal a los pequeños propietarios de la cornisa cantábrica. Propietarios forestales de Lugo y La Coruña podrían lograr certificar aproximadamente 2.000 hectáreas. Esta iniciativa, en colaboración con la Fundación Biodiversidad, está vinculada a un programa de ámbito europeo desarrollado simultáneamente en otros cuatro países: Bulgaria, Portugal, Suecia y Dinamarca.
- Fomentar la certificación de productos forestales no maderables (PFNM). Dentro de las operaciones calificables como SLIMF, los aprovechamientos de PFNM son una de las líneas prioritarias dentro del sistema FSC. A través de la valorización ambiental y social de los PFNM que otorga la certificación forestal se favorece el uso múltiple de los productos y servicios del monte, que permite mantener la diversidad del ecosistema y acceder a diferentes mercados.
- Lograr un mayor compromiso de las administraciones públicas con la certificación FSC. Las administraciones públicas juegan un papel fundamental en la promoción de la certificación FSC como herramienta de mejora de la gestión forestal y de promoción del desarrollo rural. Las entidades públicas, por un lado, como propietarias y gestoras forestales, deben promover la certificación de los montes a su cargo y facilitar el acceso a la certificación de otros propietarios. Por otro lado, como consumidoras de productos forestales, deben exigir el uso de madera y papel certificado en oficinas y obras, para dar a ejemplo a los ciudadanos y promover la certificación de sus proveedores (tal y como establece la Ley de Montes). Actualmente, el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino está comprometido con FSC a través de la Fundación Biodiversidad, financiando sus proyectos y apostando por el papel promocional de la campaña Madera Justa; también la Junta de Andalucía, la Junta de Castilla-La Mancha, la Xunta de Galicia y la Región de Murcia, como socias de FSC España; y los Ayuntamientos de Barcelona, Benicarló, Gavà, Hospitalet de Llobregat, León, Madrid, Murcia, Sant Boi de Llobregat y la Diputación de Toledo, a través de sus programas de compras responsables (todas pertenecen a la Red de Ciudades por los Bosques de WWF España).
- Fomentar la integración productiva del sector. Para que la certificación FSC se consolide como una herramienta de desarrollo rural, es fundamental que se fomente la certificación de los diferentes eslabones de la cadena productiva, desde el monte hasta el consumidor final. De esta manera, es importante favorecer la transformación y el mercado local de los productos certificados, promoviendo el empleo rural y evitando el abandono de las masas forestales y el despoblamiento de las zonas rurales.
- Incrementar la presencia en el mercado de productos FSC. Si bien existe una demanda creciente de productos certificados, la oferta todavía es insuficiente. Para solucionar los obstáculos en el mercado, FSC modificó en el año 2004 sus Estándares de Cadena de Custodia, lo que ha permitido a las empresas forestales poner en circulación más productos etiquetados con el sello FSC (actualmente 434 empresas están certificadas en Cadena de Custodia). Una mayor presencia en el mercado final favorecerá también la concienciación de la población hacia la compra de productos social y ambientalmente responsable.
- Sensibilizar a la población de la importancia del consumo responsable de los productos forestales. Para que el sistema funcione en su conjunto, es fundamental el papel del consumidor, el cual, a través de sus opciones de compra, puede contribuir a la conservación de los bosques. Para promover el consumo responsable entre los ciudadanos, FSC cuenta con alianzas con la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), con la Federación de Usuarios y Consumidores Independiente (FUCI) y con organizaciones ligadas al mercado solidario como la Coordinadora Estatal de Comercio Justo y la Fundación COPADE. Precisamente en colaboración con esta última organización, FSC España han lanzado una campaña pionera, Madera Justa, que integran más de 30 socios entre empresas, administraciones públicas, universidades y ONG, desde la cual se promueve el consumo responsable de productos forestales FSC, como el papel o la madera, y de productos de Comercio Justo entre la sociedad española.
- Mantener la integridad y la credibilidad del sistema. Lo que diferencia a FSC de otros sistemas de certificación es el amplio apoyo que recibe de las organizaciones sociales y ambientales de todo el mundo. Tal y como manifestaron más de 160 instituciones el pasado 21 de marzo, con motivo del Día Internacional de los Bosques, “FSC es el mejor instrumento para comunicar a la sociedad los valores sociales, ambientales, culturales y económicos de los montes y para valorizar los beneficios de la gestión responsable de los bosques“. Para mantener la credibilidad social del logo, FSC asegura la integridad en los procesos de certificación, realiza un seguimiento cercano de las entidades certificadoras y las operaciones certificadas y atiende de forma eficiente las críticas y reclamaciones.
- Promover la certificación forestal en los países del sur del globo. Si bien la certificación FSC surgió como un instrumento para incentivar la gestión forestal sostenible en los países tropicales, la mayor parte de la superficie certificada se encuentra en países desarrollados, principalmente Europa y Estados Unidos. Es evidente que para los países del norte, donde la gestión forestal se realiza desde hace siglos en un marco de regulación y ordenación muy estricto y donde el acceso al mercado es más directo, las condiciones para acceder a la certificación son más favorables. Consciente de esta desigualdad de acceso a la certificación, FSC está desarrollando mecanismos que permitan que su sistema de certificación pueda ser una herramienta para mejorar la gestión, favorecer el acceso al mercado y reducir las talas ilegales en los países en desarrollo.
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