ENCE: una evolución coherente con su pasado más inmediato.

Luis Javier Sánchez, Director de Planificación y Sostenibilidad de ENCE.

Hacer un recorrido histórico por la relación de la sociedad española con el medio ambiente en el último medio siglo es casi un paralelismo de la historia forestal de Ence.

Desde que nació en los años 50, Ence ha sido un importante motor del desarrollo en áreas rurales, gracias a la gestión de grandes masas forestales destinadas a la producción de celulosa. Su actividad ha permitido el desarrollo de industrias forestales propias y de terceros (actividades relacionadas con la gestión silvícola, los aprovechamientos, la compra y transporte de madera, etc.). Esto generó una fuerte producción de rentas e impulsó el desarrollo, especialmente en áreas rurales con pocas expectativas económicas. Eran tiempos en los que la relación de la sociedad  con el medio natural se basaba, fundamentalmente, en el aprovechamiento de sus productos. De hecho, las masas forestales gestionadas por la compañía, ya con una fuerte orientación multifuncional, prestaron un importante servicio a la sociedad rural de entonces bajo la dirección de Ingenieros de Montes e Ingenieros Técnicos Forestales que profesionalizaron la actividad. Esos primeros profesionales de la gestión del medio natural introdujeron conceptos básicos de actuación forestal como la persistencia de las masas, la multifuncionalidad, la protección hidrológica de las cuencas, etc., criterios que habrían de ser adoptados por la sociedad en décadas posteriores. El trabajo inicial, aun con el matiz que le ha conferido el paso de tiempo, revela un interés claro: una línea de trabajo orientada hacia la persistencia de los recursos y de la biodiversidad. En gran parte gracias a esta premisa de gestión, cincuenta años después aquellos recursos siguen existiendo, y en algunos casos, se han revalorizado.

Con todo, la verdadera evolución de los planteamientos forestales y ambientales de Ence se ha producido en los últimos 15 años. Es a mitad de los 90 cuando la sociedad española se erige como parte activa y demandante de los planteamientos proteccionistas y conservacionistas. Y con la sociedad lo hace también el sector forestal, que entiende que no hay producción sin conservación, que no hay sostenibilidad sin producción y que, de la misma manera, no hay conservación sin generación de empleo y rentas. Así se empieza a trasladar a la sociedad un nuevo concepto, la sostenibilidad, una palabra “extraña” que se incorpora rápidamente al vocabulario de todos y que no es algo muy diferente de los tradicionales planteamientos de la ciencia forestal.

Ence, como primer propietario forestal español, hace suyos estos planteamientos renovados y los aplica a su gestión. Es entonces cuando la compañía comienza un camino pionero que habría de transformarla en lo que es hoy, una empresa radicalmente moderna en sus planteamientos, un modelo de negocio rentable y sostenible basado en dos grandes ejes.

Por un lado, Ence deja de ser un mero suministrador de madera para ser un gestor integral del medio forestal. En este sentido, enfoca la actividad forestal a un sistema de gestión por procesos, referenciado por estándares de calidad, medioambientales y de gestión sostenible. Eso le permite a Ence centrar el esfuerzo en el medio rural, y con él, en el desarrollo de las actividades propias y externas, en las actividades de extensión forestal, en el fomento del asociacionismo, en las relaciones con las administraciones públicas, en la apertura a la sociedad, en el liderazgo en la I+D+i forestal, entre otros muchos conceptos fundamentales que influyen en la gestión del medio natural.

De una actividad eminentemente enfocada a la producción, demandada y necesaria en su origen, Ence se ha desarrollado hasta constituir un referente de gestión, integrando la planificación de las actuaciones con los impactos sociales, ambientales y económicos de su actividad; valorando la producción junto a las externalidades, y fomentando el aprovechamiento multifuncional de los montes, en un contexto de integración social, económica y ambiental (sostenible, en definitiva) con el entorno.

El otro gran eje de actuación lo ha constituido la diversificación de la actividad principal. Ence ha trascendido de su papel de gestor centrado en el negocio celulósico, y ha potenciado la ventaja energética de su proceso industrial para convertirse en un referente nacional en la producción de energía renovable a partir de biomasa. Este paso es trascendental para el negocio, tanto por los resultados como por la organización, desarrollo y logística del mismo. Pero si bien es cierto que es plenamente coherente con la sensibilidad de la sociedad del siglo XXI, no deja de ser una confirmación renovada de antiguos planteamientos de los primeros ingenieros forestales.

Esa es la fortaleza de Ence: sus raíces. De hecho, La compañía llega al liderazgo de la producción eficiente de celulosa y de la generación de energía renovable a partir de biomasa tras una carrera de fondo. No en vano las primeras y más eficientes plantas de cogeneración a partir de biomasa son las propias fábricas de Ence, por mencionar una de las raíces más allá de su experiencia en gestión forestal y de sus trabajadores, expertos en las actividades que hoy por hoy sitúan a la compañía en una inmejorable posición de salida.

Por todo esto, la apuesta por el actual plan energético que ha de consolidar al Grupo como referente en el sector de producción eléctrica con biomasa no es ni más ni menos que una evolución coherente con su pasado más reciente.

Protección del medioambiente, generación de empleo y rentas, producción de bienes y servicios renovables, compromiso con la sociedad… son las actuales demandas de esta sociedad a cualquier empresa con fuerte implicación en el medio rural. Y esas son las demandas que Ence adopta como retos y compromisos de gestión. Porque somos conscientes de que gestionar el medio natural es gestionar un bien del conjunto de la sociedad.

La apuesta por el actual plan energético que ha de consolidar al Grupo como referente en el sector de producción eléctrica con biomasa no es ni más ni menos que una evolución coherente con su pasado más reciente.

Artículo completo con fotografías (páginas de la revista) “Especial: ENCE: una evolución coherente con su pasado más inmediato.”
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