Esta guia técnica va destinada a aquellos implicados en el manejo del valioso patrimonio genetico de los pinos carrasco y brutia, y que pretenden asegurar su sostenibilidad mediante la conservación de fuentes de semillas o de su uso en la práctica forestal. El objetivo es la conservación de la diversidad genética de ambas especies a escala europea. Las recomendaciones facilitadas en esta guía deben considerarse como una base técnica aceptada de común acuerdo que deberá ser complementada y desarrollada según las condiciones locales, regionales o nacionales. La guía se basa en el conocimiento disponible de las dos especies y en los métodos ampliamente aceptados para la conservación de recursos geneticos forestales.

Generalidades de Pinus halepensis y Pinus brutia.

BIOLOGÍA Y ECOLOGÍA.
El pino carrasco (Pinus halepensis Mill.) tiene las piñas pedunculadas; sus acículas son finas, flexibles y de color verde claro, y miden entre 5 y 10 cm de longitud. Las piñas del pino brutia (Pinus brutia Ten.) son sésiles; las aciculas, de color verde oscuro, son de 10 a 18 cm de largo. Son especies de polinización anemófila y alógamas. Las flores masculinas y femeninas están localizadas en diferentes partes del árbol (monoecia). Las dos especies diseminan una gran cantidad de semilla y pueden colonizar fácilmente áreas abiertas y perturbadas.
Las masas de pino carrasco y de brutia pueden crecer sobre todos los sustratos y casi lodos los bioclimas de la región Mediterránea. Pueden encontrarse desde el nivel del mar hasta los 600 m al norte del Mediterraneo y hasta los 1.400 m al sur (pisos termo-mediterráneo y meso·mediterráneo). Puntualmente pueden alcanzar mayores altitudes, como son los 2.600 m de P. halepensis en el Alto Atlas marroquí y los 1.650 m de P.brutia en los Montes Taurus de Turquía. En el límite superior de su distribución a menudo forman una etapa de pre-bosque colonizador o forman parte de bosques mixtos de especies de los
géneros Pinus y Quercus.
El desarrollo óptimo de los bosques de P. halepensis tiene lugar con precipitaciones entre 350 y 700 mm y una temperatura media de las mínimas entre -2 ºC  y +10 ºC (bioclimas semiárido y subhúmedo). El óptimo desarrollo de P.brutia requiere mayores precipitaciones, pero acepta un mayor rango de temperaturas (temperatura media de las mínimas entre -5 ºC  y +10 ºc, bioclimas
subhúmedo o húmedo).

DISTRIBUCIÓN.
Pinos halepensis y P. brutia forman un grupo de especies emparentadas que pueden hibridarse, pero que ocupan diferentes distribuciones geográficas y bioclimas.
El pino carrasco ocupa grandes extensiones al oeste del Mediterráneo: España, Francia, ltalia, Croacia, Albania, Grecia, Marruecos, Argelia, Túnez, Libia y Malta. Se lo puede encontrar formando pequeñas poblaciones, tanto naturales como artificiales, al este del Mediterráneo en Turquía, Siria, Israel, Jordania y Líbano. La superficie total ocupada se estima en 3,5 millones de hectáreas.
El pino brutia cubre extensas áreas al este del Mediterráneo: Grecia, Turquía, Chipre, Siria y Líbano, y unas pocas y pequeñas poblaciones en Irak e Irán.
Otras especies relacionadas taxonómicamente están presentes en Ucrania (Crimea: P. stankewiczii Sukaczew), alrededor del mar Negro (Georgia, Federación Rusa y Ucrania: P. pithyusa Stevenson) y en el Cáucaso (Azerbayán, Georgia, Irán y Turquía: P. eldarica Medw.). La superfIcie  total ocupada se estima en más de 4 millones de hectáreas, de las que 3,8 millones están en Turquía.

Distribución de Pinus halepensis en Europa.

Distribución de Pinus halepensis en Europa.

Distribución de Pinus brutia en Europa.

Distribución de Pinus brutia en Europa.

 

IMPORTANCIA Y USO.
Los pinos carrasco y brutia son la única o casi la única fuente de madera y cubierta forestal en muchos países mediterráneos. Económicamente, P. brutia es la especie de conífera más importante en Turquía, y P. halepensis lo es en el norte de África, con una gran importancia ecológica en el sur de Francia y de Italia, especialmente en zonas periurbanas. La productividad media para pino carrasco es de 1-2 m3 ha-1 año-1 y de 2-3 m3 ha-1 año-1 para el pino brutia. La producción media puede alcanzar los 12-15 m3 en las dos especies. La madera de estos pinos mediterráneos tiene múltiples usos: construcción, industria, carpintería, leñas y pulpa. Las semillas se utilizan también en pastelería.

CONOCIMIENTO GENÉTICO.
Los análisis genéticos con marcadores bioquímicos y de ADN muestran que la diversidad genética de estas especies está estructurada geográficamente. Los mayores niveles de diversidad en P. halepensis se han encontrado en poblaciones españolas y griegas, aunque algunas poblaciones tienen niveles de diversidad más bajos que otras coníferas. Esto concuerda con la hipótesis de una expansión reciente de la especie (en los últimos 10.000 años) desde estas dos áreas de refugio, con poblaciones colonizadoras establecidas por migración de un número limitado de individuos (efecto fundación) y una dinámica de poblaciones regulada por el fuego (poblaciones cuello de botella). La diversidad genética es mayor en P. brutia, separándose claramente las poblaciones del este de las del oeste.
Los ensayos de cruzamientos controlados y de seguimiento de poblaciones simpátricas del este mediterráneo usando marcadores moleculares han demostrado que el flujo genético es unidireccional, de P.halepensis hacia P.brutia, dando lugar a híbridos. La hibridación no es posible con polen de P.brutia como parental.
Los ensayos de procedencias y de laboratorio han revelado un claro patrón geográfico en la variación de caracteres adaptativos. Ambas especies tienen un patrón de crecimiento anual de tipo policíclico, y en P. halepensis los ciclos iniciales son más pequeños. Las procedencias más orientales de P. halepensis tienden a mostrar un crecimiento juvenil mayor. P.halepensis está mejor adaptado a la sequia que P.brutia, pero menos, al frío. Sin embargo, en condiciones de estrés hidrico severo, P. halepensis aumenta la sensibilidad al hongo Sphaeropsis sapinea. Ambas especies son sensibles a la procesionaria del pino Thaumetopoea pityocampa, que puede causar intensas defoliaciones. P.halepensis es sensible a la cochinilla Matsucoccus josephii, mientras que P. brutia es resistenfe.
En algunos países, estos conocimientos genéticos, junto con estudios ecológicos, se han utilizado para la definición de zonas semilleras y rodales selectos (por ejemplo, Francia cuenta con 29 rodales selectos de P.halepensis).

AMENAZAS PARA LA DIVERSIDAD GENÉTICA.
Se considera que el pino carrasco y el pino brutia no están amenazados en su conjunto. Sin embargo P.phityusa está considerado como vulnerable (lista roja de UICN) debido a la reducción del tamaño de las poblaciones unido al deterioro de su habitat. P.eldarica se distribuye en poblaciones disjuntas y su diversidad genética es la más baja de todos taxones de grupo.
Los insectos como Matsucoccus josephii son la principal amenaza en el este mediterráneo. Thaumetopoea pityocampa también puede producr graves defoliaciones en toda el área de distribución de ambas especies, aunque no suele resultar mortal. Recientemente el chancro Crumenulopsis sonora ha empezado a causar defoliación y muerte en P.halepensis en Francia. El impacto del fuego es ambivalente, por un lado facilita la regeneración, pero puede dar lugar al cambio de alelos raros en generaciones, lo que explicaría la baja diversidad encontrada en P.halepensis, y promovería la diseminación de genes de P.halepensis en masas de P.brutia. La transferencia de semillas entre regiones ha conducido a que se produzcan daños por heladas y estrés hídrico después de la plantación cuando se ha utilizado material no adaptado. La reducción de la adaptación de las poblaciones locales, a través del flujo genético procedente de plantaciones es también un riesgo. Finalmente, estas especies (y especialmente P. halepensis) son muy resistentes a la sequía, y son a menudo las últimas especies forestales que se encuentran en los limites de los desiertos y de las estepas. El cambio climático y sus modificaciones colaterales sobre las precipitaciones puede afectar drásticamente a sus rangos de distribución.

RECOMENDACIONES PARA LA CONSERVACIÓN Y EL USO.
Las medidas de conservación tomadas por los países incluyen principalmente redes de conservación genética in situ especialmente diseñadas para las especies objetivo (p.e., en Turquía, 52 unidades de conservación para P.brutia) y las reservas forestales o los parques nacionales que incluyan a la especie objetivo. Las medidas ex situ incluyen a los bancos clonales, bancos de semillas y bancos de ADN.
Para aumentar la eficacia de la conservación de los recursos genéticos in situ se recomienda llevar a cabo una gestión coordinada a lo largo del área de distribución  de las especies. Aunque la transferencia de semillas sea legalmente posible, se deberia evitar entre zonas y países con diferentes requerimientos ecológicos, poniendo especial atención al frío, la sequía y los riesgos de daños por insectos.
Localmente, algunas poblaciones requieren una especial atención y una gestión forestal adecuada.
Poblaciones marginales. Las poblaciones en los rangos superiores de altitud, en las periferias de los desiertos o que forman bosques mixtos pueden contener genes valiosos (resistencia a la sequía, al frío o a plagas y enfermedades) para la adaptación al cambio climático, y se deben conservar como reservas de genes.
Poblaciones sometidas a fuegos recurrentes. Al estar bien adaptados a los fuegos forestales, se regeneran bien tras el incendio a partir de banco de semillas que permanece en los conos serótinos. Si la regeneración es pobre en los dos primeros años tras un incendio, y si únicamente quedan unos pocos árboles semilleros en el área incendiada, se recomienda la repoblación artificial para paliar el riesgo de erosión genética en la nueva generación. En este caso, se deben usar lotes de semillas recolectados sobre una amplia base genética (por ejemplo, al menos 30 árboles por población y de un mínimo de 3 poblaciones dentro de una zona semillera).
Poblaciones en las que pueden ocurrir hibridaciones. Se debe evitar la introducción de pino carrasco en zonas donde el pino brutia esta presente, particularmente en áreas donde las heladas y los daños por plagas pudieran ser factores limitantes, o estrictamente monitorizada en áreas donde la sequía es el factor limitante. Debido a la anisotropía del flujo genético entre ambas especies, el impacto debería ser reducido en el caso de que se plante pino brutia cercano a masas de pino carrasco.

Bruno Fady1 Hacer Semerci2 y Giovanni G. Vendramin3
1INRA. Unidad de Investigacion del Bosque Mediterráneo, Aviñon, Francia.
2Dirección para la Investigación en Semillas y Mejora Forestales, Gazi-Ankara, Turquía.
3CNR, Instituto de Genética de Plantas, Florencia, Italia.

Pinus halepensis en España.

Presencia de especie.
El pino carrasco es, tras la encina, la segunda especie arbórea por superficie ocupada en España (1.770.000 ha). Se distribuye en las Islas Baleares y en las provincias del litoral mediterráneo, desde Gerona hasta Málaga, adentrándose hacia el interior por la cuenca del Ebro, La Mancha, La Alcarria y el Sistema Bélico. Aunque no muestra preferencia por un determinado tipo de sustrato, es frecuente encontrarlo sobre suelos pobres, calizos o margosos, desde el nivel del mar hasta los 1.000 m, llegando puntualmente a los
1.600 m.

Amenazas.
La principal amenaza a la que están sometidos los pinares de carrasco es el fuego, sobre todo por el aumento de su frecuencia debido a causas de origen antrópico. Su reiteración en un intervalo escaso de tiempo puede dar lugar a la desaparición de muchas poblaciones debido a la imposibilidad de una efectiva regeneración natural por falta de semillas.
El flujo genético procedente de las extensas repoblaciones efectuadas en el área de distribución natural de la especie con material de origen, calidad y variabilidad genética desconocidos también podría ser un factor de amenaza sobre los recursos genéticos de ciertas poblaciones locales de reducido tamaño y para su adaptabilidad.
Llas plagas y enfermedades presentes de manera natural en los pinares de carrasco españoles no parecen amenazar ninguna población, si los grados de afección se mantienen en los niveles de fluctuación actuales.

Actividades de conservación.
En la actualidad se están tomando medidas de carácter estático; la más extendida es la conservación de lotes de semillas recolectadas
en poblaciones localizadas en comarcas con alta frecuencia de incendios o en regiones de procedencia con áreas reducidas.
De manera indirecta, dentro de las medidas estáticas ex situ se pueden integrar a los huertos semilleros y ensayos de procedencias y progenies establecidos en diferentes puntos del territorio español aunque se debe tener en cuenta que estas plantaciones cuentan en general con bajo número de genotipos  conservados por población.
No se han definido todavía unidades de conservación in situ, pero existen poblaciones bajo alguna figura de protección (4% de la superficie total de la especie), aunque sin planes específicos sobre el manejo de los recursos genéticos. Se debería promover el establecimiento de una red de unidades de conservación dinámica que cubra el espectro ecológico de la especie, con un alto grado de coordinación entre los responsables de su gestión.
De manera indirecta, la normativa sobre comercialización de materiales de reproducción (RD 289/2003) puede ser una herramienta para la conservación de los recursos genéticos cuando se efectúan reforestaciones, pues permite la trazabilidad del material hasta su uso final en las repoblaciones.

Uso del material forestal de reproducción.
Se han establecido 18 regiones de procedencia incluyendo masas autóctonas, y una región de procedencia de origen no autóctono en repoblaciones de la meseta norte. El Catálogo Nacional de Materiales de Base cuenta con fuentes semilleras de todas las regiones de procedencia y por tanto abundantes materiales de la categoría identificada. El número de rodales aprobados para la producción de material seleccionado es bastante escaso. Se cuenta con dos huertos semilleros cl0nales con genotipos seleccionados (por la forma de fuste, crecimiento, estado sanitario). Debido a que las repoblaciones que se efectúan con esta especie tienen un objetivo principalmente protector, no se prevé a medio plazo la aprobación de material de base para la producción de material de categoría controlada.
Para repoblaciones con dicho carácter se recomienda el uso de la procedencia local, con material recogido a partir de semillas recolectadas de un elevado número de pies, como garantía de adaptabilidad y para promover la conservación de las poblaciones locales. Esta pauta debería ser especialmente considerada en procedencias de escasa superficie o con un alto grado de aislamiento, como pueden ser las insulares, el sur peninsular o algunas poblaciones de las procedencias continentales.

Arantxa Prada
Banc de Llavors Forestals, Valencia, España.
Más información: http://www.euforgen.org/

FICHA EUFORGEN Pinus halepensis y Pinus brutia.
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