escudoForesta cumple 50… números.

Este ejemplar que tiene en sus manos es el número 50 de Foresta. Cifra redonda que nos ha servido de excusa para celebrar que hemos llegado hasta aquí. En general, no está el ambiente para muchas celebraciones, así que, razón de más, para ser positivos y festejar los primeros cincuenta números de Foresta. Cifra que, si bien modesta, representa la capacidad de nuestro colectivo de llevar la empresa adelante. Que además sea a buen puerto sólo pueden dictaminarlo nuestros lectores.

Ahora bien, Foresta no surge por arte de ensalmo. Bien al contrario, es la heredera del esfuerzo de los compañeros que a lo largo de muchos años han ido alumbrando los ejemplares de noticiario forestal primero y del Boletín más tarde. Y estos compañeros no se limitan a los miembros de los sucesivos consejos de redacción y a las direcciones de las publicaciones de cada una de estas etapas; tampoco se haría justicia si se incluyeran a los representantes del Colegio (miembros de las juntas de gobierno y de las juntas rectoras), o a las personas que han hecho el esfuerzo de preparar escritos y enviarlos para su publicación en los diferentes boletines y revistas indicados. No, Foresta es el resultado del esfuerzo de todos, pues sin el apoyo económico del colectivo al completo nada podría hacerse.

En marzo de 1998 se dio el salto, y vio la luz el primer número de Foresta. No difería especialmente de los últimos del Boletín, pero el cambio principal consistió en profesionalizarlo mediante la inclusión en el equipo de un periodista ambiental, Ismael Muñoz. De la mano del entonces director, Adolfo Bello, la revista comenzó su andadura.

Foresta no nacía con la intención de imitar a otras revistas, ni pretendía ser la hermana pequeña de algunas de más experiencia. No buscaba convertirse en foro de denuncias de desafueros ambientales, ni ensimismarse en temáticas del mundo forestal puro y duro.

Ahora bien, Foresta no surge por arte de ensalmo. Bien al contrario, es la heredera del esfuerzo de los compañeros que a lo largo de muchos años han ido alumbrando los ejemplares de noticiario forestal primero y del Boletín más tarde; de la apuesta de las distintas Juntas de Gobierno; del trabajo de los miembros del consejo de redacción y de la colaboración de los autores de los artículos. Además, Foresta es el resultado del esfuerzo de todos los colegiados, pues sin el apoyo económico del colectivo al completo nada podría hacerse.

La nuestra es una profesión harto vocacional, entre otros motivos porque tenemos la suerte de movernos casi siempre en un medio tan gratificante como es la naturaleza. Por tanto, decidimos hacer una revista que contemplara nuestro ámbito de trabajo desde diferentes perspectivas: no sólo la técnica y la ciencia tienen cabida en sus páginas, también el turismo rural, el excursionismo, la historia, la literatura, el arte, la legislación ambiental… En suma, cualquier rama del humanismo que tenga que ver en algún aspecto con esa naturaleza en la que los forestales estamos inmersos. Si bien nuestro público objetivo son los técnicos que trabajan en el medio natural, pretendemos dar un tratamiento informativo divulgativo, con el fin de acercar el mundo ambiental y natural -en general- y el forestal -en particular- a un público lo más amplio posible.

De esta manera pretendemos conseguir que los lectores de Foresta lean su revista, si no íntegramente (que haberlos, haylos), por lo menos la parte de ella que resulte de su gusto. Queremos que sus contenidos sean amplios para que puedan llegar a más personas, que sean actuales en buena medida y que se estructuren de manera que -con el tiempo- resulte fácil buscar lo que queremos leer: editorial, fotorreportaje de página de portada, cartas al director, opinión, artículos referidos a un asunto de actualidad, colaboraciones técnicas y científicas, entrevista, reportaje fotográfico, fichas coleccionables de hongos y de sanidad vegetal forestal, legislación ambiental, la madera y el arte, noticias y eventos, reseñas bibliográficas, empresarios forestales, etc. Y de vez en cuando nos atrevemos con un monográfico dedicado al mundo forestal de alguna región española.

Decidimos hacer una revista que contemplara nuestro ámbito de trabajo desde diferentes perspectivas: no sólo la técnica y la ciencia tienen cabida en sus páginas, también el turismo rural, el excursionismo, la historia, la literatura, el arte, la legislación ambiental… En suma, cualquier rama del humanismo que tenga que ver en algún specto con esa naturaleza en la que los forestales estamos inmersos.

Cada número que sale nuevo es como un alumbramiento: doloroso a la par que gozoso. Doloroso por el trabajo a que ha dado lugar, principalmente a todos los miembros del consejo de redacción, tanto en lo referente a reuniones, discusiones, correcciones y, cómo no, en redacción de editoriales, reseñas bibliográficas y artículos. Y gozoso porque contemplar la criatura fruto de nuestro esfuerzo y de tantas otras personas, criatura que pretendemos que sea la depositaria de nuestros conocimientos como colectivo, siempre nos llena de satisfacción.

Agradecemos su trabajo –y les damos la enhorabuena- a todos los autores de los artículos. Queremos dejar constancia de que entre ellos no sólo se encuentran ingenieros técnicos forestales, sino también ingenieros de montes, biólogos, geógrafos y otros profesionales relacionados con el mundo forestal desde una perspectiva amplia.

En este número podrán hacer un recorrido paralelo entre Foresta y el sector forestal español.

Si, como decía el tango, “veinte años no es nada”, en este caso doce lo son aún menos. Y si tenemos en cuenta que hablamos de montes y bosques, doce años son una pizca de polvo en su evolución. Sin embargo, no nos resistimos a la tentación de comprobar cómo ha evolucionado el sector al tiempo que lo ha hecho la revista. ¿Qué ha pasado que sea relevante? Más cosas de las que parecen a simple vista. Sin duda, faltan cuestiones que se podrían haber reflejado y profesionales de prestigio que podrían haberlas contado, pero ésta es una aproximación a algunos de los ingredientes más importantes con los que se cocina a diario el menú forestal.

Gracias a todos por su apoyo y colaboración: Junta Rectora del COITF, colegiados, autores de artículos y lectores. Aunque predecir el futuro no sea nuestra especialidad, por actitud vital sólo podemos anunciar que lo mejor está siempre por llegar.

Si bien nuestro público objetivo son los técnicos que trabajan en el medio natural, pretendemos dar un tratamiento informativo divulgativo, con el fin de acercar el mundo ambiental y natural -en general- y el forestal -en particular- a un público lo más amplio posible.

Artículo completo con fotografías (páginas de la revista) “Editorial: Foresta cumple 50… números.”
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