Monte Vivo.
En sus cuatro años de vida, Monte Vivo se ha convertido en una de las empresas que más volumen de trabajo genera en Chillúevar, un pueblecito de Jaén, con algo más de 1.5000 habitantes, perteneciente al Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. La plantilla actual asciende a 14 trabajadores, entre los cuales hay dos ingenieros técnicos forestales, Agustín Bermejo y Rocío Hurtado, y un paisajista, Martín Moreno.
Fue Agustín Bermejo quien gestó el sueño de fundar una empresa. “Me sentía estancado en un trabajo que me aportaba poco desde el punto de vista profesional. A raíz de ello empecé a madurar la idea de poner en marcha una empresa de servicios ambientales. Pero no debía ser una empresa cualquiera, tenía que ser ante todo innovadora, capaz de mostrarle a la gente del Jaén rural que se pueden hacer más cosas, que existen prácticas más sostenibles, que otro tipo de jardinería es posible, que hay soluciones para las tierras que están en situación de abandono, que es bueno y rentable diversificar las actividades agrarias…”. Con estas ideas rondando por su cabeza logró implicar a dos amigos bastante vinculados al sector agrario, y a partir de ahí fue todo fue coser y cantar. “Cuando nos dimos cuenta estábamos abriendo las puertas de nuestro negocio”.
Por fortuna, las primeras gestiones dieron muy pronto su fruto, y enseguida empezaron a trabajar para varias empresas y ayuntamientos de la provincia de Jaén.
Hasta ahora no se han podido quejar: todo lo contrario. Gran parte del éxito que están cosechando posiblemente se debe a su filosofía de trabajo, una filosofía apoyada en tres pilares: la mejora de la calidad de vida de los habitantes en el medio rural, la mejora de la calidad de los ecosistemas y, por último, el aprovechamiento de los recursos naturales de forma sostenible, en armonía con la conservación de los espacios naturales.
Los servicios que ofrecen se agrupan en tres bloques: Medio Natural, Jardinería y Paisajismo, y Oficina Técnica. “Dentro de Medio Natural ofrecemos diversas posibilidades, una de ellas es la detección de venenos con perros adiestrados por nosotros mismos”. En la actualidad, el equipo canino trabaja para la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, pero lo están ampliando: “próximamente empezaremos a prestar este mismo servicio a nuevos clientes”. Otras opciones incluidas en el bloque de Medio Natural son el control de plagas mediante técnicas de ULV (ultra bajo volumen) o el aprovechamiento de biomasa procedente de podas de olivar. En cuanto a la Jardinería y el Paisajismo, han empezado a apostar fuerte por la construcción de ‘ecoparques’, una figura que está logrando muy buena acogida por las corporaciones locales de Jaén. En cualquier caso, su lista de servicios es bastante amplia: redacción de proyectos, direcciones de obra, medición y valoración de fincas rústicas o tratamientos selvícolas, entre otros.
“Nuestro lema es Creamos Naturaleza. Y lo usamos como carta de presentación, a la que añadimos la formalidad del servicio y nuestra ética profesional”, afirma Agustín Bermejo, quien asegura que los clientes quedan bastante satisfechos.
Agustín Bermejo Fernández, socio fundador de Monte Vivo.
“Nuestros gobernantes no se dan cuenta de que el verdadero potencial de desarrollo está aquí, en los pueblos, en el campo.”
Dentro de todos los servicios que ofrecéis, me causa curiosidad el de detección de venenos por perros adiestrados por vosotros mismos. ¿Qué hacéis exactamente? ¿Cómo se adiestra a los perros?
La función del equipo canino es la detección de cebos envenenados y cadáveres de animales víctimas de envenenamiento. Normalmente actuamos en cotos de caza o explotaciones ganaderas acompañados de uno o varios agentes de medio ambiente o del Seprona, que son los que se encargan del levantamiento de los indicios de veneno o cadáveres que localizan nuestros perros.
Como se puede suponer, el adiestramiento de los perros es el aspecto más importante de este trabajo. Para ello se requiere contar con perros bien seleccionados, bastante constancia, mucha paciencia y en torno a un año de tiempo. En las fases iniciales del adiestramiento es crucial reforzar la obediencia y generar un vínculo emocional muy fuerte con su futuro guía. Después, paulatinamente, se les va introduciendo en una conducta de trabajo cada vez más parecida a la realidad, hasta que valoramos que están listos para salir al campo a trabajar.
¿Hasta ahora qué resultados habéis obtenido?
Para nosotros los resultados han sido muy satisfactorios, pues hemos preparado a los perros para la detección de los cinco venenos que aparecen con más frecuencia y, para nuestra sorpresa, han sido detectadas ya 20 sustancias diferentes. Pensamos que esto se debe a que la mayoría están dentro de las familias de los carbamatos y los órganofosforados.
En los casi cuatro años que llevamos trabajando en la detección de venenos hemos realizado más de 500 inspecciones. Se han levantado cientos de indicios de veneno, pero además estamos convencidos de que nuestra actuación, nuestra presencia, lleva asociado un efecto disuasorio muy importante frente a los infractores.
Otro de los servicios que ofrecéis es la fumigación de cultivos que permitan el ahorro de agua, combustible y plaguicidas. ¿Cómo lográis este objetivo de ahorro?
Utilizamos técnicas de fumigación ULV. Una de las plagas más importantes para la que empleamos este método es la de la mosca del olivo (Bactrocera oleae) cuyo tratamiento hacemos desde tierra en aquellos lugares en los que no se puede efectuar por medios aéreos (ya sea por lo abrupto del terreno o porque la normativa lo prohiba). Lo cierto es que la aplicación de volúmenes muy bajos de caldo lleva implícito ahorro en todos los sentidos. Se gasta menos agua menos plaguicidas y menos combustibles. El bolsillo de nuestros clientes y el medio natural son los verdaderos beneficiarios de nuestro método de trabajo.
¿Os resulta fácil conseguir que los agricultores se interesen por vuestro método y, en consecuencia, abandonen otros métodos más despilfarradores? En este sentido, ¿quiénes son vuestros principales clientes?
Conseguir clientes que quieran hacer las cosas de “otra forma” no suele ser fácil. Al principio todo el mundo era reacio, pero el apoyo de los técnicos de la Denominación de Origen Sierra de Cazorla fue fundamental para llegar hasta nuestros clientes, que son principalmente las cooperativas agrícolas olivareras y alguna que otra gran finca de olivar de nuestra provincia.
En los casi cuatro años que llevamos trabajando en el adiestramiento de perros para la detección de venenos, hemos hecho más de 500 inspecciones. Se han levantado cientos de indicios de veneno, pero además estamos convencidos de que nuestra presencia lleva asociado un efecto disuasorio muy importante frente a los infractores.
También os encargáis de la recuperación de áreas degradadas por incendios forestales. ¿Cómo afrontáis esta labor?
Todo el trabajo que desarrollamos en este sentido lo llevamos a cabo al servicio de administraciones públicas o empresas públicas. Dentro de nuestro equipo de trabajadores contamos con especialistas en la construcción de fajinas y balates hechos de madera y restos vegetales obtenidos en los propios montes incendiados: su función es la de retener la porción fértil del suelo. Si se actúa rápido, normalmente conseguimos reducir los riesgos que existen de erosión tras el acontecimiento de incendios forestales en verano. Una vez que el potencial biológico del suelo está “asegurado” podrán llevarse a cabo las reforestaciones oportunas.
Aparte del trabajo que desempeñáis en los jardines tradicionales, últimamente os contratan para desarrollar ecoparques. ¿Cuál es la diferencia entre un “ecoparque” y un parque normal? ¿En cuántos ecoparques habéis participado hasta el momento?
Con los ecoparques estamos tratando de recuperar zonas urbanas o periurbanas, tales como antiguos vertederos que han sido previamente sellados, descampados en los que se acumulan escombros, periferias de polígonos industriales y zonas de este tipo. Algunas de las normas fundamentales en las que se basa la construcción de un ecoparque son:
La vegetación a emlpear debe ser autóctona, adaptada al clima del lugar, huyendo de especies con grandes demandas de agua.
Los sistemas de riego deben concebirse con la máxima de ahorrar toda el agua posible, instalándose siempre programadores que suministren la cantidad de agua necesaria en el momento adecuado. Ni una gota menos pero ni una más.
Se incentivan las prácticas que reduzcan el uso de biocidas, tales como la instalación de mallas antihierba, control biológico de plagas, etc.
Se priman los acolchados con áridos decorativos o corteza de pino con el objeto de favorecer la retención del agua del suelo.
Todos los fertilizantes usados son de origen orgánico, a ser posible procedentes de plantas de reciclaje de Residuos Sólidos Urbanos.
Se debe instalar la señalización botánica y de interpretación del ecosistema que rodea al ecoparque.
Una especialización muy interesante que lleváis a cabo es la que tiene que ver con la biomasa. Entre los servicios que ofrecéis destaca la elaboración de análisis para conocer las posibilidades de aprovechamiento de la biomasa forestal. ¿Cuántos estudios habéis realizado hasta la fecha, y qué conclusiones habéis obtenido?
A finales de 2008 estuvimos presentes en el Congreso Transnacional de Biomasa “Eureners” que se celebró en Estella. Allí presentamos nuestro trabajo “Estudio del potencial biomásico procedente de residuos forestales de la Sierra de Cazorla”, cuyos resultados son contundentes en sentido positivo: demostramos que es viable la utilización de buena parte de la biomasa residual de los aprovechamientos de madera usando métodos compatibles con el PORN y el PRUG del Parque Natural Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. Hemos llevado a cabo otros estudios en colaboración con la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) y la Universidad Politécnica de Valencia, pero en estos casos han estado orientados al aprovechamiento de biomasa procedente del olivar.
Es importante ser conscientes, antes de poner en marcha una empresa, de la necesidad de tener experiencia y una buena formación en aquello a lo que te vayas a dedicar.
¿Con qué tipo de biomasa trabajáis principalmente?
Principalmente trabajamos en el aprovechamiento de restos de poda de cultivos leñosos, y en especial, olivar.
¿Contáis con el equipamiento necesario para desarrollar estas labores?
Sí, actualmente contamos con tres trituradoras para llevar a cabo el aprovechamiento de biomasa.
¿Os resulta fácil convencer a los propietarios para que contraten este servicio? ¿Qué argumentos empleáis?
La captación de clientes dispuestos a usar el potencial de la biomasa no ha sido excesivamente complicada, pues algunos organismos públicos y organizaciones agrarias han apoyado bastante iniciativas como la nuestra. Este apoyo lo han materializado mediante una fuerte difusión en medios de comunicación, así como con la presencia en ferias (Bioptima, Expobioenergía…) y jornadas demostrativas en las que se ha dado cabida a entidades implicadas y la potenciales clientes.
Aunque al final, a la hora de la verdad, lo que nuestros clientes quieren son resultados económicos favorables para su explotación.
¿Piensas que el aprovechamiento de la biomasa puede proporcionar numerosos puestos de trabajo en el medio rural y revitalizar estas poblaciones?
No me cabe la menor duda. La biomasa es un recurso muy importante con un enorme potencial de generación de empleo y de riqueza. Desde mi punto de vista, debería darse mucha más importancia a las posibilidades del entorno rural a la hora de revitalizar la situación económica y financiera tan crítica en la que vivimos. Me da la impresión de que nuestros gobernantes no se dan cuenta de que el verdadero potencial de desarrollo está aquí, en los pueblos, en el campo. En el medio rural estamos llenos de carencias. Faltan carreteras adecuadas, redes eléctricas, servicios sanitarios, regadíos… y esta situación frecuentemente limita a la hora de llevar a buen puerto nuevos proyectos empresariales. Sirva de ejemplo que el aprovechamiento de biomasa de olivar en Jaén es en ocasiones inviable debido al mal estado de las vías de acceso para los vehículos.
A tu juicio, ¿qué hace falta para que la biomasa sea una opción energética real, generadora de puestos de
trabajo?
Creo que es necesaria una red mucho más amplia de receptores de biomasa para su transformación o de puntos logísticos, de modo que se reduzcan los costes de transporte de la misma. Y por otra parte, una regulación normativa que prohiba o limite la quema de los restos de vegetales susceptibles de ser aprovechados energéticamente.
También os dedicáis a la plantación de especies productoras de maderas nobles en tierras abandonadas o de escasa producción. ¿Os reclaman este servicio con frecuencia? ¿Qué soléis plantar habitualmente en estos terrenos?
Aunque aún se trata de una actividad incipiente, resulta interesante desde el punto de vista económico para los titulares de las parcelas. El problema es que la duración de los contratos es de 20 años como mínimo y esto supone un escollo a la hora de conseguir clientes: les parece un compromiso a demasiado largo plazo. Ojalá pudiéramos comprar nosotros las tierras para llevarlo a cabo, pero no es así.
En las fincas con las que estamos trabajando hemos plantado nogal híbrido, y lo cierto es que hasta ahora están presentando unas curvas de crecimiento muy interesantes.
Para terminar, ¿cómo animaríais a otros ingenieros técnicos forestales para que creen su propia empresa? En este sentido ¿os está afectando la crisis económica?
Si tienen una idea y creen que en el mercado hay sitio para ella…¡Que no se lo piensen!. Yo creo mucho en el asociacionismo, puesto que la unión hace la fuerza. Nosotros somos tres socios, cada uno con su experiencia y su bagaje anterior, pero por suerte bien compenetrados y con una carga grande de respeto mutuo.
Es importante ser conscientes, antes de poner en marcha una empresa, de la necesidad de tener algo de experiencia y una buena formación en aquello a lo que te vayas a dedicar.
Una situación de crisis como la actual afecta a todo y a todos, pero nosotros no lo estamos sufriendo tanto como otros sectores de actividad, al menos por ahora. Cierto es también que en el medio rural las oscilaciones del mercado nunca son tan fuertes como en áreas industriales y grandes ciudades: para nosotros todo va a un ritmo más constante y los ciclos los suelen marcar las cosechas y la atmósfera.
Artículo completo con fotografías (páginas de la revista) “Empresas forestales: Monte Vivo.” |