Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima.

Parque Natural de los Canales del Mundo y de la Sima ENP6Antonio Catalán Hernández, Ingeniero Técnico Forestal, Director Conservador del Parque Natural de los Calares del Río Mundo y de la Sima, Organismo Autónomo de Espacios Naturales de Castilla-La Mancha en Ciudad Real, Consejería de Industria, Energía Y Medio Ambiente, Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.
Fotografías: Autor: Archivo Organismo Autónomo de Espacios Naturales de Castilla-La Mancha.

El Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima es uno de los enclaves más bellos y valiosos de la región, que aúna sus importantes valores naturales con la historia y tradición de la sierra albaceteña.  Se sitúa en el suroeste de la provincia de Albacete, en los términos municipales de Cotillas, Molinicos, Riopar, Víanos, Villaverde del Guadalimar y Yeste, entre las sierras de Alcaraz y de Segura. Se trata de un parque de media montaña con una altura media de unos de 1.200 metros.

El territorio forma parte de las cordilleras béticas y queda ubicado en el dominio prebético.

Desde el punto de vista litológico, el área presenta una gran uniformidad tanto en la distribución espacial como en la naturaleza de los afloramientos, con predominio de los materiales cretácicos sobre los jurásicos, formados fundamentalmente por facies carbonatadas con algunos episodios de margas y margocalizas. La gran potencia que alcanzan los depósitos ha determinado una respuesta al plegamiento que define el relieve del área compuesta fundamentalmente por una sucesión de amplios pliegues de gran radio, como se descubre en el calar del Mundo, el puntal de Moropeche o el anticlinal del Tus.

El paisaje estructurado en torno a estos pliegues es un conjunto de relieves invertidos, ya que son las estructuras sinclinales las que ocupan los relieves más marcados de la zona, mientras que las anticlinales se localizan en las depresiones, recorridas por la red de drenaje. Las zonas culminantes definen un relieve en forma de meseta, correspondientes a superficies de erosión, lo que va a jugar un importante papel en los procesos kársticos de los macizos.

Junto a los factores geomorfológicos indicados destaca la flora, uno de los elementos del medio físico y biótico de elenco más amplio, diverso y singular tanto en el contexto regional como nacional. Bajo un dosel eminentemente forestal, de bosques de pino laricio, resinero y carrasco sobre todo, se ha conservado una rica flora que comprende táxones de muy distinta índole ecológica y biogeográfica, así como de formas vitales. También existen retazos bien conservados de bosques mixtos de pino, encina y quejigo, e incluso formaciones relativamente extensas de roble melojo.

Esta riqueza y diversidad vegetal se debe a su carácter de transición entre dos provincias corológicas, la bética, con representación de estirpes mediterráneo-iberoatlánticas, y la castellano-maestrazgomanchega, con representación de elementos mediterráneo-iberolevantinos. La variedad de ambientes y procesos ecológicos también ayuda. Los más importantes son los formados por paredes y cantiles, tanto rezumantes como secos, los ecosistemas de ribera y los hábitats asociados a los procesos de disolución kárstica en conjunción con condiciones de alta montaña.

Así, este lugar constituye una auténtica encrucijada en la distribución de especies y comunidades vegetales, de ahí el elevado número de ellas presentes, que comprenden más de 1.300 táxones de flora vascular. A la cantidad hay que unir el grado de endemismos y los niveles de amenaza, contando con al menos 35 especies incluidas en el Catálogo Regional, entre las que destaca por hallarse en peligro de extinción Anthyllis rupestris.

La variedad de ambientes que da lugar a la gran diversidad vegetal es también responsable del amplio catálogo de fauna. Dentro de las 108 especies incluidas en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Castilla-La Mancha destaca la presencia de la lagartija de Valverde y del sapo partero bético, siendo éste su principal núcleo de distribución regional.

Especialmente rica y variada es la avifauna rupícola y forestal. Se pueden citar como nidificantes a las águilas perdicera y real y al halcón peregrino, acompañadas de una nutrida legión de Paseriformes, entre los que destacan herrerillos, carboneros y trepadores. La presencia del topillo de Cabrera y la numerosa población de cabra montés resumen la trascendencia de la nómina de mamíferos; la mariposa isabelina y los Ortópteros Saga pedo y Steropleurus notaroi, la de los invertebrados.

Páginas de la revista “Espacios Naturales Protegidos: Parque Natural de los Calares del Mundo y de la Sima.”
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