Potencialidades y desarrollo de la biomasa forestal en Castilla-La Mancha.
Francisco Javier García Duque, Ingeniero de Montes, Delegación de Tragsa en
Castilla-La Mancha.
Fotografías: Archivo Tragsa.
Durante el año 2007, Castilla-La Mancha envió a la Comisión Europea su Programa Regional de Desarrollo Rural a través del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Igualmente, existe ya un Plan Estratégico Regional de Desarrollo Sostenible del Medio Rural de Castilla-La Mancha para este periodo, que, aplicando la metodología LEADER, llevará a cabo actuaciones para la mejora de la calidad de vida y diversificación de actividades en el medio rural en respuesta a las necesidades de los castellano-manchegos. Dichos programas son complementarios.
Los objetivos generales a alcanzar con este Plan Estratégico se orientan a la consecución simultánea de los siguientes fines:
1. Frenar el progresivo despoblamiento y el envejecimiento que se produce en muchos de los municipios.
2. Mejorar la calidad de vida de los habitantes del medio rural.
3. Generar nuevas oportunidades de empleo y formación en las zonas rurales, en especial hacia dos colectivos fundamentales: mujeres y jóvenes.
4. Diversificar la actividad económica del medio rural.
5. Mejorar y ampliar la dotación de infraestructuras y servicios básicos.
6. Preservar el medio ambiente y el paisaje natural, protegiendo y mejorando los recursos naturales.
7. Ofrecer incentivos a la población local para la puesta en funcionamiento de actividades productivas, agrícolas, forestales, ganaderas, industriales, turísticas y de servicios compatibles con la conservación de los recursos naturales y que aumenten su calidad de vida.
8. Fomentar la empresa agraria familiar, y especialmente la incorporación de las personas jóvenes y las mujeres a las responsabilidades empresariales, articulando mecanismos que faciliten su permanencia en el medio rural.
9. Fomentar el empleo de buenas prácticas en la agricultura y la ganadería, haciendo que estas actividades sean compatibles con el entorno que las sustenta.
10. Incentivar la utilización del patrimonio cultural, etnológico e histórico autóctonos como vía de la valorización económica y social de la singularidad del mundo rural.
11. Valorizar entre las poblaciones del medio y en los visitantes las riquezas naturales, gastronómicas y culturales de las zonas rurales.
12. Favorecer la explotación racional de los bosques y montes de la región, evitando su degradación y contribuyendo al mantenimiento de explotaciones tradicionales.
En definitiva, y a modo de resumen, se pretende fijar la población al territorio abriendo nuevas alternativas de trabajos siempre indisolublemente unidos a la conservación del medio.
Presente y futuro.
En el nuevo periodo de 2007-2013, el desarrollo rural en Castilla-La Mancha cuenta con una asignación de 1.357 millones de euros, de los que 924 millones de euros (68%) son aportados por el nuevo instrumento de financiación del desarrollo rural (FEADER). El resto son aportados por la Administración General del Estado y por la Autonómica, además de los que llegaron por el antiguo FEDER.
Necesidad de abordar nuevos modelos de generación de rentas.
Actualmente, las sociedades occidentales se caracterizan por el alto consumo energético que necesita su forma de vida. El proceso de globalización existente desde finales del siglo XX ha originado la aparición en el escenario mundial de sociedades emergentes muy pobladas y que aspiran a alcanzar este nivel de vida, cuya consecuencia es un notable aumento del consumo de materias primas a nivel mundial.
Esto conlleva una fuerte actividad humana, con elevados consumos de energía, mayoritariamente petróleo, gas y carbón, cuyo origen son los combustibles fósiles. Debido a tales consumos se producen incrementos importantes de compuestos químicos contaminantes que rompen el equilibrio de sus ciclos naturales. Este hecho provoca aumentos significativos de contaminación ambiental, lluvia ácida, calentamiento global, efecto invernadero, modificaciones en la capa de ozono, etc. Por otro lado, la producción de estos combustibles fósiles está restringida a unos pocos países, por lo que es frecuente que se produzcan episodios de escasez o de dificultad en el suministro, con habituales incrementos en los precios de los mismos.
La sociedad muestra cada vez más un elevado grado de preocupación por estos aspectos, siendo obligación de las administraciones públicas paliar en la medida de lo posible esta situación mediante políticas energéticas de sustitución de este tipo de energía por las llamadas energías renovables, en un principio, limpias y más favorables para el medio.
En este sentido, la administración regional, dentro de su ámbito competencial, ha querido contribuir a este objetivo, y para ello ha iniciado una serie de experiencias, enmarcadas dentro del “Plan de Aprovechamiento de la Masa Forestal Residual de Castilla-La Mancha” para la valorización energética de la masa forestal residual de los montes castellano-manchegos.
Esta investigación trata de contribuir a dicha política, estudiando las posibilidades de utilizar los importantes recursos naturales de la Comunidad Autónoma para producir combustibles alternativos.
EL PUNTO DE PARTIDA
Recursos naturales de la Comunidad.
Datos Generales
Castilla-La Mancha es la tercera comunidad autónoma española por extensión, y se localiza mayoritariamente en la submeseta sur. Ocupa una superficie de casi 8 millones de hectáreas, siendo Ciudad Real, con casi 2 millones de hectáreas, la más extensa de sus provincias, y Guadalajara, con 1,2 millones de hectáreas, la más reducida. Aproximadamente el 67% de su superficie se encuentra en altitudes entre los 600 y los 1.000 metros.
El territorio castellano-manchego es predominantemente llano. Las unidades geomorfológicas se presentan en dos grandes grupos: los sistemas montañosos de la periferia (sistema Central en el norte, Ibérico en el este y Prebético y Sierra Morena en el sur) y los dos conjuntos interiores, Montes de Toledo y sierra de Altomira (ésta, en la zona de los grandes embalses y de La Alcarria, entre Cuenca y Guadalajara).
Los principales ríos que recorren la región son el Tajo y el Guadiana, correspondientes a la cuenca atlántica, y el Júcar y Segura, pertenecientes a la cuenca mediterránea.
Actualmente, el 45% de la superficie total de la región (más de tres millones y medio de ha) es forestal, lo que supone más del 13% de la superficie forestal nacional. El 77% de estos tres millones y medio de hectáreas están consideradas como superficie arbolada, y se caracteriza por la presencia, como especies más características, de encinas, quejigos y alcornoques, entre las frondosas, y pinos laricio, carrasco y rodeno, entre las coníferas, concentrándose la mayoría de los pies arbóreos en los terrenos de la orla montañosa que rodean la gran llanura manchega, así como las dos estribaciones montañosas que la atraviesan.
Es por esta razón que estas masas forestales, además de suponer una característica esencial del paisaje, tienen una gran importancia para el conjunto de la sociedad castellano-manchega.
MATERIALES Y METODOLOGÍA
Los recursos naturales. La biomasa y su caracterización energética.
La adquisición de los productos provenientes de las cortas de mejora y entresaca, en las que, por lo general, se apean pies dominados, de pequeñas dimensiones o con algún tipo de afección patológica o malformación, puede ser interesante para su aprovechamiento como biomasa, ya que, debido a su escaso valor comercial, las subastas de estos lotes quedan desiertas.
Dichos productos, que podríamos considerar biomasa forestal residual, serían, fundamentalmente, corteza, ramas, hojas y tocones.
- La corteza, por lo general, es un residuo forestal sin interés económico para el maderista o rematante del aprovechamiento, ya que la extracción de madera sin descortezar supone una merma del rendimiento del transporte.
- Las ramas, en la mayoría de las ocasiones, se dejan en el monte en su estado original o astilladas, lo que aumenta el peligro de incendios, dificulta la regeneración e incrementa el riesgo de plagas. Para el maderista, su extracción no tiene interés, ya que los costes de dicha labor no se compensan con los beneficios obtenidos.
- Las hojas (pinocha) y tocones son residuos forestales cuya extracción, en las condiciones actuales, podrían generar más problemas que ventajas debido al gran impacto ambiental que ocasionaría su aprovechamiento (aumento de erosión, etc.).
A estos productos habría que añadir el matorral, que aunque en ciertas masas forestales no tiene presencia, en otras ocasiones es la base de la biomasa residual de la zona.
El contenido energético de la biomasa se mide en función del poder calorífico (superior e inferior) del recurso. La tabla n. 1 recoge el poder calorífico superior y el poder calorífico inferior, supuesto un contenido de humedad del 35%.
Evolución de la superficie forestal en Castilla-La Mancha Entre 1993 y 2004, la superficie forestal en Castilla-La Mancha ha aumentado de forma discreta, siendo muy significativas las variaciones de superficie forestal arbolada y superficie de matorral, pastizal y herbazal. Mientras que esta última ha disminuido casi en 800.000 ha, la superficie forestal arbolada ha aumentado 900.000 ha, siendo este aumento particularmente notable en las provincias de Ciudad Real y Toledo.
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La disponibilidad de recursos tecnológicos.
La necesidad de la maquinaria
La obtención de biomasa procedente de cultivos energéticos o restos de explotación maderable del monte se debe mecanizar todo lo posible con el objetivo de reducir los costes y optimizar la productividad. La maquinaria que permite recoger y densificar el material antes de su expedición al lugar de utilización reduce los costes de manejo y transporte, mejorando la rentabilidad de la explotación.
Aunque la aplicación principal de las procesadoras es apear y trocear la parte maderable, también pueden trocear las ramas grandes y las copas, facilitando el posterior trabajo de manejo de los residuos. Si los residuos están amontonados en el campo, su posterior recolección, ya sea para astillar y enfardar o para desemboscar, se realizará con menor esfuerzo y con mayor productividad.
Las astilladoras son máquinas utilizadas para reducir el volumen de distintos tipos de biomasa, de residuos forestales y de leñas de podas de frutales. Por su capacidad, se puedendistinguir tres grupos de astilladoras:
• Las más pequeñas, remolcadas, son aptas para jardinería y pequeñas huertas de frutales.
• Para trabajos en monte, con mayores diámetros de ramas, las astilladoras son más potentes. Disponen de rodillos prensores y necesitan una grúa que aproxime la biomasa a la mesa de carga.
• Por último, existen astilladoras semimóviles, que pueden tratar tanto piezas sueltas como balas. Éstas suelen situarse en las plantas en las que se produce el aprovechamiento final de la biomasa.
Con el astillado se consigue aumentar la densidad del residuo facilitando su secado natural y la homogeneización del combustible, economizando asimismo su transporte.
La plantas procesadoras
En la investigación realizada, el producto final que sale del monte se ha llevado a diferentes plantas que lo han introducido en sus procesos.
La falta de una red de industrias adaptadas al producto que se obtiene, así como el importante papel que tiene, dentro de los costes, el transporte, ha hecho que, en función de las zonas de los trabajos, la biomasa se haya llevado a plantas que la han empleado como biocombustible (calorífico o generador de electricidad), como materia prima para la ejecución de tableros o como materia para abonos.
Investigación experimental.
El principal objetivo del trabajo es el de difundir los primeros pasos dados en todo lo relacionado con el aprovechamiento del residuo forestal para valorizarlo energéticamente, ya que en un futuro no muy lejano probablemente se convierta en un producto más de nuestros montes. A partir de ahí, se pretende analizar su viabilidad como negocio. En tal aspecto diferenciaremos los objetivos como sigue:
• De tipo ambiental
Los objetivos de tipo ambiental que se plantean con la aplicación de las propuestas de este estudio podrían sintetizarse en la conservación de los ecosistemas mediante el cuidado de los montes al ser tratados éstos como “materia prima imprescindible”. De esta forma, se pretende llegar al tan ansiado aprovechamiento sostenible.
• De tipo social
La fijación de la población evitando su emigración a la ciudad.
• De tipo económico, ético y político
A lo largo de la historia económica de un país, existe una correspondencia entre su nivel de vida, su crecimiento económico y el incremento de la demanda de energía.
Utilidad práctica del trabajo
La biomasa forestal reúne características que la convierten en un recurso energético válido, competitivo y renovable en el mercado de las energías renovables. La generación de energía a través de la biomasa forestal abre la puerta al aprovechamiento sostenible de un recurso que hasta ahora era considerado un residuo no aprovechable.
Como consecuencia de lo anterior, la administración impulsó y financió al menos en dos ocasiones -a principios de la década de los años ochenta y a mediados de los años noventa del siglo pasado- intentos para regularizar este aprovechamiento, sin que se llegara a consolidar este recurso como aprovechamiento.
Esta biomasa en forma de astilla se destinó principalmente a consumo en hornos y calderas de calefacción. Al contrario de lo ocurrido con los residuos forestales obtenidos directamente de las masas forestales, en los que la dispersión del residuo encarece el precio, los subproductos forestales obtenidos en procesos industriales, hasta ese momento considerados como residuos o restos sin valor, se incorporaron como un aprovechamiento más del proceso industrial, obteniendo de ellos una energía que o bien era consumida directamente en el proceso industrial o bien era incorporada al sistema eléctrico. Las causas de esta consolidación indudablemente han sido la concentración de la oferta, la fácil logística para su comercialización y la necesidad de su eliminación como residuo industrial.
Metodología.
Ante la carencia de datos reales, tanto de existencias como de costos y de comercialización del producto obtenido, se establecen cinco tipos diferente de programas de actuación, que se describen brevemente a continuación:
• Programa de inventario y planificación. Se propone determinar los datos reales de biomasa forestal residual que se genera en los diferentes tipos de trabajos forestales y estimar de una forma genérica su cuantía, con el objetivo último de poder cuantificar en su momento, si se considerase necesario, los residuos forestales generados en tratamientos selvícolas y cortas.
• Programa de investigación y desarrollo. Uno de los principales problemas del aprovechamiento de la biomasa residual forestal es la ausencia de maquinaria específica. Con este programa se pretende el estudio de nuevos aperos, su adaptación y modificación, así como determinar la maquinaria más apropiada para este tipo de producto.
• Programa de aprovechamiento. Debido a los actuales avances tecnológicos y a las nuevas máquinas presentes en el mercado existe una falta de conocimiento y de experiencia acerca de cómo aplicar aquéllas según criterios de menor costo y mayor eficacia. Con este programa se pretenden optimizar los métodos y recursos empleados y coordinar de las distintas fases que existen en el aprovechamiento de biomasa forestal residual, consiguiendo una mayor eficacia en el uso de la distinta maquinaria que es necesario emplear y la eliminación de los tiempos muertos que se puedan originar.
• Programa de eliminación de biomasa forestal residual. Como consecuencia inmediata de los trabajos realizados se obtendrá una cantidad de biomasa, que hemos de considerar como “producto comercial”, bien en forma de fardos, de disgregados o de astilla. Este Programa tiene como objetivo conseguir su comercialización, bien como producto energético, que sería lo más apropiado y deseable, bien como producto sustitutivo de otros productos liberadores o consumidores de CO2. En el caso de ser imposible dicha comercialización se procedería a su incorporación al suelo de los terrenos forestales de donde se obtiene como elemento mejorador de su estructura. Así pues, primero se comprobará la viabilidad de la biomasa forestal residual como producto comercial, determinando los aspectos que dificultan, e incluso impiden en algunas ocasiones, esta comercialización (puntos débiles de la cadena de comercialización), y podremos deducir cuáles son las posibles medidas y actuaciones que se pueden acometer para comercializar este producto de forma rentable, al menos para el propietario de la misma.
Estas actuaciones permitirán establecer las posibilidades de suministro de biomasa de origen forestal para generación energética en plantas apropiadas, contemplando y definiendo:
• El diseño operativo más apropiado según la caracterización de escenarios de actuación (definición de modelos).
• Los costos implicados en el aprovechamiento para cada modelo ensayado.
• Los impactos derivados del aprovechamiento.
• La cuantificación de la biomasa potencial existente y de la realmente aprovechable.
Una de las carencias para efectuar de forma rentable el aprovechamiento del recurso de los restos de trabajos forestales es la falta de maquinaria específica para su preparación en el monte y de maquinistas y métodos de trabajo que hagan rentable su aprovechamiento y faciliten el transporte. En la investigación también se llevaron a cabo, por tanto, el estudio y el desarrollo de estos aspectos.
En la actualidad, se repite el escenario ya descrito con anterioridad, es decir, subida del precio de los combustibles y una excesiva dependencia de los países productores. Para España, la diversificación de las fuentes de energía y la limitación de la dependencia energética exterior aportan estabilidad a la economía nacional y contribuyen a reducir el déficit comercial de la balanza de pagos. Por otra parte, el cambio climático está considerado actualmente uno de los mayores problemas ambientales de nuestro planeta. Para minimizar las consecuencias del mismo, a través de la estabilización de los niveles de gases causantes del efecto invernadero en la atmósfera, se presentó, en 1992, la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático (UNFCCC), que entró en vigor el 21 de marzo de 1994 y ha sido uno de los acuerdos internacionales más ampliamente aceptados. El Protocolo de Kioto (Kioto, 1997) de la UNFCCC establece compromisos de emisiones de gases efecto invernadero y las reglas generales para su cumplimiento. El objetivo es la reducción de emisiones en un 5,2% respecto a los niveles del año 1990 para el período 2008-2012. La Unión Europea tiene un compromiso de reducción de un 8% respecto al año base. El Protocolo de Kioto entró en vigor el Dentro del conjunto europeo, a España se le ha asignado el compromiso de limitar el crecimiento neto de las emisiones de gases de efecto invernadero de forma que durante el periodo 2008-2012 las emisiones de los seis gases determinados en dicho Protocolo no aumenten en más de un 15% sobre la cifra del año base. En línea con este compromiso, el 2.º Plan Nacional de Como consecuencia, se produce un nuevo intento de aprovechamiento de la biomasa forestal, que difiere de los efectuados con anterioridad, ya que posee algo que las •En la Unión Europea es un hecho necesario y obligado, como se pone de manifiesto por la “Política de la Unión Europea en Materia de Energías Renovables” a través de distintos documentos, y tiene como objetivo que el 12 % de la energía consumida en su ámbito territorial proceda de energías renovables, y que de este porcentaje, el 0,55 proceda de biomasa, lo que supone el 6,6 % de la energía total consumida. • En España es un acto planificado a través del “Plan de Energías Renovables en España 2005-2010”, que mantiene como objetivo la cifra del 12% como porcentaje de energía obtenida de recursos renovables, pero disminuye hasta el 0,45% el cupo correspondiente al uso de biomasa para su obtención. Esto supone el 5,4% de la energía total consumida. • Es un proceso institucionalizado a través de la Orden PRE/472/2004, de 24 de febrero, por la que se crea • En la propuesta de Directiva de la UE para la promoción de energías renovables para el período 2013-2020 se establece un objetivo de un 20% de energías renovables. |
LOS COMPONENTES EXPERIMENTALES DE LA INVESTIGACIÓN
Inventario de la masa forestal.
Para alcanzar los objetivos, en cada uno de los escenarios elegidos se han situado parcelas con las siguientes características, en función del tipo de masa:
• Repoblación por líneas.
• Masas naturalizadas.
Acciones realizadas
Las acciones realizadas en cada parcela fueron:
• Inventario dendrométrico antes y después del aprovechamiento o corta efectuado:
- Si los pies ya habían sido cortados, medición del diámetro del tocón.
- En árboles en pie, medición del diámetro normal y diámetro del tocón.
• Asimismo, en uno de cada cinco árboles se han tomado datos de altura y diámetro de copa (dc1 y dc2, siendo dc1 perpendicular a dc2).
De cada parcela, por tanto, se tendrán dos tipos de datos:
• Antes del aprovechamiento.
- Diámetros normales de todos los árboles existentes en la parcela antes de su corta, obtenidos mediante una regresión diámetro del tocón-diámetro normal.
- Altura y superficie de copas de todos los pies, obtenida mediante una regresión diámetro del tocón-altura y diámetro del tocón-superficie de copas.
• Después del aprovechamiento.
- Relación existente entre los árboles en pie y los cortados.
Inventario y cuantificación de la biomasa teórica del matorral bajo arbolado obtenida tras el aprovechamiento
Se determinará mediante:
• Identificación del matorral arbolado y estimación de la carga de biomasa por unidad de superficie potencialmente aprovechable.
• Medición en kilogramos del matorral en verde/metro cúbico aparente.
• Obtención de la carga media de masa por unidad superficie o densidad de matorral para cada especie, en kg/m2, mediante alturas de matorral que figuran en el “Tercer Inventario Forestal Nacional (IFN3)”.
• Obtención de la cantidad de biomasa existente por hectárea mediante la determinación de la fracción de cabida cubierta (FCC).
Aproximaciones teóricas. Estimación de la biomasa.
Biomasa real obtenida en campo
La biomasa real extraída se ha determinado de la siguiente manera, en función del tratamiento de los residuos:
• Residuos astillados: Pesaje de los contenedores de astillas.
• Residuos enfardados: Conteo del número de fardos resultantes, medición de las dimensiones de los fardos y pesaje de los mismos.
Realizado la evaluación experimental, la biomasa real (en t/ha), por escenarios, se refleja en la tabla n.º 2.
Estimación de la biomasa teórica arbórea
La estimación de la biomasa arbórea es importante para conocer la estructura, el funcionamiento y la dinámica de los sistemas forestales.
Para la evaluación de la biomasa de una manera teórica, en este estudio se han empleado tablas de producción de biomasa (kg de materia seca) y valores modulares según las distintas fracciones establecidas (Producción de biomasa y fijación de CO2 por los bosques españoles. Monografías INIA: serie forestal, n.º 13. MEC. Madrid. Montero, G.; Ruiz-Peinado, R.; Muñoz, M. 2005). En estas tablas, para cada una de las especies forestales principales, se presenta una estimación de la biomasa total aérea y de la radical, así como de la cantidad de CO2 fijada en las diferentes fracciones.
La estimación de la biomasa forestal (Montero, G.; Ruiz-Peinado, R.; Muñoz, M. 2005) se llevó a cabo a partir de un muestreo de varios árboles de diferentes diámetros. Dicha
estimación, para cada especie, incluye árboles pertenecientes a una masa de densidad media y con una calidad de
estación característica de esa especie. Por tanto, para cada especie y por clase diamétrica (desde la clase 10 hasta la 70, con una amplitud de 5 cm), se obtiene su biomasa correspondiente (BF, BR7, BR2-7, BR2, BH, BA) y la aérea total del árbol (BT), siendo:
- BF: Biomasa del fuste.
- BR7: Biomasa de las ramas de diámetro mayor de 7 cm.
- BR2-7: Biomasa de las ramas de diámetro entre 2 y 7 cm.
- BR2: Biomasa de las ramas de diámetro menor de 2 cm.
- BH: Biomasa de las hojas.
- BA: Biomasa de las acículas.
A la hora de estimar la biomasa extraída, es importante considerar la humedad de la madera. Ésta se debe al agua libre y al agua de impregnación o imbibición, y puede expresarse tanto en peso seco (Ps) como en húmedo (Ph).
Hh=(Ph+Ps)/Ph
Hh=(Ps+Ph)/Ps
El contenido en humedad de la biomasa es muy variable, siendo en los residuos recién cortados el 50% sobre base húmeda, pero disminuye si se almacenan a la intemperie, procurando
así el secado natural.
A continuación se exponen uno a uno, por provincias, los escenarios sobre los que se han realizado las distintas actuaciones comentadas anteriormente y los resultados teóricos, tanto en peso seco como en peso húmedo, obtenidos tras las mismas. El contenido de humedad en cada caso
será el indicado inicialmente.
Cálculo de la biomasa procedente de la fracción de matorral bajo arbolado
Una vez calculada la biomasa arbórea extraída, es necesario calcular la biomasa por hectárea aportada por el matorral presente.
En primer lugar, se procede al apeo y pesaje del matorral y se anota su altura media. Así, se obtiene el valor de la densidad aparente (en kg/m3 aparente). Multiplicando dicha densidad por la altura media proporcionada por el Inventario Forestal Nacional para dicha especie en la provincia en cuestión se obtiene la densidad superficial (en kg/m2).
Finalmente, teniendo en cuenta la presencia del matorral en la zona (m2/ha), se llega al cálculo de la biomasa procedente del matorral en kg/ha.
Nuevos estudios sobre el valor energético de los combustibles.
El empleo de la biomasa con fines energéticos no sólo es beneficioso para el medio, sino que también representa un ahorro económico, ya que, a igualdad de calor producido, los combustibles vegetales (leña, astilla y pellets) cuestan menos que los fósiles. Además, por tratarse de un combustible local, existe estabilidad en los precios si se compara con las grandes oscilaciones de los combustibles fósiles.
En la tabla n.º 3 se presentan los distintos tipos de combustibles (fósiles y de biomasa) junto con sus correspondientes poderes caloríficos netos (cantidad de energía neta que se desprende de la combustión de un kg de cada combustible), el coste medio por kg de combustible y la cantidad de kg de combustible (y su coste) para la producción de un litro equivalente de petróleo. Por tanto, se puede comparar el contenido real de energía de los combustibles fósiles y de los diferentes tipos de biomasa.
De forma general, se puede decir que 1 kilogramo de biomasa proporciona energéticamente 3.500 kilocalorías,
mientras que un litro de gasolina proporciona 10.000 kilocalorías. Por tanto, se necesitan aproximadamente 3 kg de biomasa para obtener la misma cantidad de energía que un litro de gasolina.
En el gráfico n.º 1 se presenta una comparativa de la oscilación de precio de los pellets y de otras fuentes energéticas.
Una comparación de la evolución entre el precio de los pellets y el del petróleo es la que refleja el gráfico n.º2 (precio por 10.000 kWh).
Como norma general se puede establecer que energéticamente 2 kg de pellets equivalen a 1 l de gasóleo C y 2,2 kg de pellets a 1 l de fuel.
Se podría concluir, por tanto, que a igualdad de calor producido, el coste de los combustibles como la leña, astilla y pellets es menor y la evolución de los precios en el mercado es más estable.
CONCLUSIONES
Problemática.
De la investigación realizada en el campo se podría señalar a modo de conclusión las siguientes problemáticas encontradas y que dan muestra de la “juventud” del sector y de las necesarias ayudas gubernamentales de cara al fomento del empleo de la biomasa forestal y su inclusión en nuestra vida habitual.
• Una de las carencias para efectuar con rentabilidad el aprovechamiento del recurso de los restos de trabajos forestales ha sido la falta de maquinaria específica para su preparación en el monte que haga rentable el aprovechamiento. Es necesario que la maquinaria sea compacta y robusta, no dejando a la vista dispositivos que por el normal manejo en el monte puedan generar averías y paralice un proceso en el que intervienen varios colaboradores.
• El transporte desde el monte a la planta en la mayoría de los casos es el que marca la rentabilidad del producto. Tanto las dificultades de acceso como la larga distancia a la planta de tratamiento tienen un importante peso negativo en la rentabilidad de los trabajos.
• En la actualidad existen pocas plantas de aprovechamiento adaptadas al tipo de producto que se puede sacar del monte (siempre pensando en un producto de dimensiones que faciliten el transporte, como es el caso de la astilla). Normalmente, las calderas trabajan con serrín y no son capaces de emplear astilla.
• A falta de cambios en las políticas de subvenciones, en principio no cabe plantear que los beneficios generados por la venta de la biomasa compensen los costes de los trabajos de su producción, tratamiento y transporte.
• Tanto el manejo en el monte como el posterior tratamiento en planta debe hacerse en condiciones adecuadas.
La humedad en el monte será la determinante, ya que el residuo húmedo se astilla con mayor dificultad, resultando las astillas así obtenidas más heterogéneas y con mayor porcentaje de piezas largas. (Por ello resulta conveniente un secado -natural- previo).
La presencia de “impurezas” en la planta obligará a realizar una serie de procesos de separación del material seco, verde y tierras/piedras mediante el uso de filtros. Al hilo de lo reseñado en el punto anterior, uno de los principales problemas es la presencia de elementos metálicos (perdigones, clavos, alambres, etc.) en los residuos forestales, lo que puede causar roturas, atascos y desgaste en los rodillos y cuchillas de los equipos. Otras fuentes de desgaste son las partículas minerales procedentes del polvo que se concentran en la corteza y los aportes de áridos producidos durante la extracción de los residuos. Por tanto, el astillado no es compatible con máquinas de arrastre.
Posibles soluciones.
• Aproximación de la planta al monte. Eso implica estudiar los tamaños ideales de la planta para que tenga suficiente con los aprovechamientos cercanos y no tener que acudir a transportes largos que encarecen el producto.
• Subvención tanto a productores de biomasa como al sector industrial que tratará el producto.
• Colaboración pública en el buen manejo de las masas, permitiendo la mecanización mínima e imprescindible que evite gastos innecesarios en mano de obra.
• Colaboración pública mediante subvenciones en el desarrollo y adquisición de maquinaria adecuada a los trabajos. En ocasiones, se podría plantear la cooperación entre propietarios particulares y administración, fomentando esta última el aprovechamiento de biomasa mediante maquinaria pública (de empresas públicas) que trabaje para particulares a cambio de cuidar y gestionar bien el monte.
• Investigación de nuevas especies productoras de biomasa que sean más productivas, así como nuevas técnicas de gestión de las masas forestales.
• Búsqueda de alternativas que complementen la disponibilidad de biomasa de los municipios con desarrollos técnicos que faciliten una rebaja en los gastos energéticos de sus vecinos mediante la creación de sistemas de calefacción comunitarios. Así se fomentaría el apoyo social al empleo de la biomasa como sustituta de los combustibles fósiles.
- BAJO PÉREZ, V. M.. Guía de Maquinaria Forestal. http://usuarios.lycos.es/maquinariaforestal/ |
Páginas de la revista “La gestión forestal: Potencialidades y desarrollo de la biomasa forestal en Castilla-La Mancha.” |